Economía

Raúl Arza: "La clave es que la huelga no sea un fin en sí mismo"

El secretario general de UGT Euskadi confía en que las instituciones, que "van tarde", también tomen medidas para paliar los efectos económicos de la guerra y la huelga del transporte entre los consumidores

27 marzo, 2022 05:00

Atajada la crisis de la pandemia y dos otoños muy calientes en la calle, a Raúl Arza (Llodio, 1963) le ha venido encima otra crisis con la intención de hacer mella cuando no directamente lastrar por completo la recuperación económica: la guerra de Ucrania, con sus derivadas energéticas y logísticas. El secretario general de UGT Euskadi atiende a 'Crónica Vasca' desde su sede de Bilbao, desde la que se oyen precisamente los megáfonos y pitos de una concentración de transportistas. El sindicato acaba de cerrar el 2021 con "una subida modesta" y ha arrancado el 2022 ganando en sitios como la ACB de Sestao. Arza considera que es el momento de reflexionar sobre la huelga para que sea una medio, "una herramienta" y "no un fin en sí mismo". Más allá de los créditos habilitados por el Gobierno vasco, cree que las instituciones van tarde y espera medidas que también lleguen a los consumidores.

¿Qué diagnóstico hace Raúl Arza de las derivadas económicas que nos ha traído la guerra en Ucrania?

Creo que la guerra agrava la situación que ya teníamos, especialmente en algunas industrias, con el coste de la energía y la falta de suministros. Grandes empresas vascas como Mercedes o las acerías ya estaban planteando antes la posibilidad de parar. Hay un agravamiento de la situación. La huelga del transporte también está incidiendo negativamente no solo en el sector industrial; también en la construcción, en los grandes almacenes... Creo que el Gobierno central tienen que tomar una decisión con urgencia, porque ya va tarde

En cuanto a los hidrocarburos, el margen de reducción de los impuestos en España es bajo, porque los impuestos en los hidrocarburos vienen impuestos por Europa con un suelo mínimo de impuestos. En el caso del diésel, el mínimo exigido por la Unión Europea es de 33 céntimos por litro y España está en 37,9. Y en el caso de la gasolina, son 35,9 céntimos y España está en 47. Ahí tenemos algo más de margen, pero tenemos que ser conscientes de que España está en la parte más baja de todos los impuestos.

SEA ya dijo el otro día que le gustaría que las negociaciones colectivas se pospongan. ¿Cree UGT que es momento de negociar convenios o es preferible esperar a que la situación económica se estabilice?

Nosotros somos partidarios de negociar ahora, porque la subida de precios también está repercutiendo sobre los trabajadores y las trabajadoras. Somos partidarios de un pacto de rentas, pero que no influya solo sobre la moderación salarial de los trabajadores, sino que sea un pacto de rentas de moderación para todo el mundo y que nadie suba los precios en función del IPC del año pasado. Nosotros estamos planteando una subida salarial a dos o tres años que permita tener una subida lo más cercana al IPC.

¿Fórmulas como la de Bridgestone?

Es una fórmula que nos parece interesante. En la negociación colectiva podemos a ir modelos de subida de salarios de 4-3-3 -una subida del 4% en el primer año y de un 3% en el segundo y tercer año- o 3-3-3 con un compromiso de revisión del IPC al final de estos tres años. Que la revisión vaya en tablas y la subida a partir de 2025 ya sea con el IPC recuperado.

Somos partidarios de un pacto de rentas, pero que no solo modere los salarios de los trabajadores, sino que sea un pacto de rentas de moderación para todo el mundo

 

¿Veremos grandes movilizaciones si no se alcanzan ese tipo de compromisos?

Bueno, lo veremos. Para nosotros la clave es que la huelga no sea un fin en sí mismo. Nosotros entendemos la huelga como una herramienta, pero estamos por la negociación, la movilización y el acuerdo. Esas son las señas de identidad de la UGT y más en el País Vasco. Y creo que los trabajadores nos lo van reconociendo. En el último año hemos tenido una subida en elecciones. Una subida modesta, pero que interpretamos como un cambio de tendencia. En algunas grandes empresas, como en la ACB, los trabajadores han entendido nuestro mensaje de que hay momentos en los que tenemos que repensar qué objetivo tenemos. Y en este momento, el objetivo es proteger el empleo. Por eso estamos hablando de un pacto que mire a largo plazo.

Raúl Arza, secretario general de UGT Euskadi, en su despacho / Ainhoa Górriz

Raúl Arza, secretario general de UGT Euskadi, en su despacho / Ainhoa Górriz

¿Cómo de fluido es ahora mismo el diálogo entre UGT y el Departamento de Salud?

La relación ahora mismo es mala. El Departamento hace oídos sordos a las reivindicaciones de los trabajadores y las trabajadoras. La pandemia no ha hecho más que agravar una situación de deterioro que nosotros ya veníamos reclamando. Quiero hacer un llamamiento a la dirección de Osakidetza para que, de una vez por todas, ponga en marcha la carrera profesional y abone a los trabajadores y las trabajadoras ese preacuerdo que tenemos en vez de utilizarlo como chantaje para el resto de reivindicaciones que compartimos las organizaciones sindicales.

Euskadi está a la cabeza de la contratación temporal en las administraciones vascas: tiene en torno a 37.000 trabajadores cuando su plantilla estructural está en 27.000. Puede haber plazas coyunturales como consecuencia de la COVID, pero hay una fuerte temporalidad, una fuerte rotación que hay que resolver. Hay que reducir la temporalidad al mínimo posible.

Lanbide tiene que recuperar las características de un verdadero servicio de empleo

 

¿Se ha quedado la OPE de Osakidetza corta, entonces?

Sí. No sabe duda de que ha habido algunas limitaciones por parte de la legislación estatal con el tema de los complementos y la tasa de reposición, y eso se lo queremos demandar al Gobierno central: que en sectores como la sanidad o la educación no haya topes en las tasas de reposición. El reto es que Osakidetza cuantifique y haga una 'macro-OPE' en Osakidetza, en Educación y en el conjunto de la Administración General de la Comunidad Autónoma. Tenemos sectores que influyen claramente sobre la ciudadanía -como la educación, la sanidad o Lanbide- donde la temporalidad en casos como el de Osalan: de 80 técnicos, creo que 73 son temporales. Y en Lanbide igual con los orientadores temporales, que ganaron sentencia de que sus contratos estaban en fraude de ley.

Lanbide acumula unos remanentes millonarios. ¿Qué problemas observa usted en Lanbide?

Durante mucho tiempo se ha dedicado a ser un organismo gestor de prestaciones. Date cuenta de que ha habido momentos en los que han sido más de 66.000 familias las que han estado cobrando la RGI. A eso ahora se le va a sumar la gestión del IMV. Lanbide tiene que reforzar su plantilla y evaluar sus programas. No tiene mucho sentido seguir aprobando programas que no tienen el impacto necesario. Nosotros creemos que hay que hacer un esfuerzo muy importante por adaptar la formación a las necesidades de las empresas. Lanbide tiene que dar una respuesta nuestros trabajadores desempleados: más de la mitad de ellos son mayores de 45 años y un porcentaje importante son mujeres.

Hay que incidir en el problema formativo: nuestros desempleados, por desgracia, tienen muy poca formación y hay que incidir en esa formación que les permita volver lo antes posible a su puesto de trabajo, porque, además, es que necesitamos a todas las personas posibles. Los datos demográficos de Euskadi en los próximos diez años son demoledores: en la próxima década nos vamos a jubilar más de medio millón de trabajadores y trabajadoras. Lanbide tiene que recuperar las características de un verdadero servicio de empleo.

¿Se sentiría cómoda UGT con una Seguridad Social vasca?

Yo creo que nadie está planteando la ruptura de la caja única de la Seguridad Social. Ni el propio Estatuto habla de ruptura de la caja única, sino del modelo que se ha usado para la transferencia del IMV. Eso se puede utilizar para la transferencia de otras prestaciones, pero en ningún caso va haber ruptura de la caja única de la Seguridad Social. Los requisitos y las prestaciones van a ser las mismas en todo el territorio nacional, independientemente de quien lo gestione.

Las manos de Raúl Arza, durante su conversación con 'Crónica Vasca' / Ainhoa Górriz

Las manos de Raúl Arza, durante su conversación con 'Crónica Vasca' / Ainhoa Górriz

¿Se han recosido ya los rotos que provocó la reforma laboral o simplemente eso ha quedado aparcado por la guerra de Ucrania?

No hemos tenido ningún roto. En cualquier caso, nosotros entendemos que no hemos acabado la reforma laboral con esta primera fase. En esta primera fase el Gobierno entregó un memorándum y nosotros vamos a seguir trabajando. Sí ponemos en valor lo que hemos conseguido: una reforma muy importante en nuestros sistema de contratación que pone en el centro la contratación indefinida. De hecho, los datos de Euskadi en febrero ya eran muy buenos: ha aumentado la contratación indefinida del 8-9% que veníamos registrando a un 16%. Ahora en marzo, con la desaparición del contrato de obra y servicio, las empresas van a tener que buscar una alternativa. Para nosotros, esa alternativa es el contrato fijo. Creo que las empresas se han malacostumbrado a la contratación temporal.

Esperamos que esto también influya en la seguridad laboral, porque los datos de siniestralidad laboral, por desgracia, están siendo muy malos. Las empresas se tienen que tomar en serio este asunto, porque ellas son las responsables del cumplimiento de la normativa. También hay que pedirle al Gobierno vasco que aumente, de una vez por todas, los recursos de la Inspección de Trabajo. No tenemos más que ver lo bien que han funcionado las cartas con el fraude en la contratación, que han permitido que 16.000 trabajadores se hayan convertido en fijos. Las empresas sabían que estaban usando una contratación fraudulenta, porque si tú no eres conscientes de eso, por el mero hecho de que te llegue una carta no le conviertes en fijo, ¿no?

En ningún caso va a haber una ruptura de la caja única de la Seguridad Social

 

¿Habló con Loli García en los días posteriores a la votación de la reforma laboral?

¿Qué le dijo?

Me explicó cuál era su posición. Nosotros entendíamos que había que separar al Gobierno vasco de la actitud del Partido Nacionalista Vasco, que, a nuestro entender, buscó una excusa para no votar favorablemente, porque de hecho reconocían que era una reforma que compartían en un 95%, pero se desmarcaron por un 5% que encima vemos que no tienen una gran afección para los trabajadores vascos.

No entendimos la postura del PNV, pero tampoco la de Comisiones Obreras, porque nosotros vimos que el Gobierno vasco, desde el minuto uno e incluido el lehendakari, defendió la reforma laboral.

¿Se ha retomado el diálogo con el PNV?

No lo perdimos en ningún momento. De hecho, durante toda la tramitación parlamentaria de la reforma laboral tuvimos una relación bastante fluida tanto con el PNV como con EH Bildu. Al final también somos conscientes de que forman parte de la llamada mayoría de la investidura.

 
El secretario general de UGT Euskadi, Raúl Arza, con la Torre Iberdrola al fondo / Ainhoa Górriz

El secretario general de UGT Euskadi, Raúl Arza, con la Torre Iberdrola al fondo / Ainhoa Górriz

La huelga en el Puerto de Bilbao nos ha llegado a dejar un herido. El Gobierno ha subrayado el derecho a trabajar en estos últimos días. ¿Ha visto alguna actitud entre los piquetes que no le haya gustado?

Lo primero que hay que decir es que el derecho a huelga es un derecho fundamental reconocido en la Constitución, es un derecho fundamental y tiene una regulación especial. El derecho al trabajo, aunque es muy importante entre los derechos constitucionales, está por debajo del derecho a huelga. Uno está en el artículo 28 y otro en el 35. Dicho esto, a nosotros no nos gustan las actitudes violentas por parte de los piquetes. Yo creo que tienen que ser piquetes informativos. Y en ese sentido, garantizar el derecho al trabajo, sí, pero respetando también el derecho a la huelga.

No nos gustan las actitudes violentas por parte de los piquetes

 

¿No se respeta?

Nos encontramos muchas veces con que los decretos de servicios mínimos para las huelgas en muchos caso son abusivos, sobre todo en el sector público. Nos parecería interesante regular por fin el derecho de huelga y negociar con las administraciones, cuando no hay huelga, cuáles son los servicios esenciales en todo lo que tiene que ver con la educación, la sanidad, las residencias, la ayuda a domicilio y todo esos sectores que tienen una incidencia sobre la ciudadanía y que vemos que cada vez que hay una huelga hacen prácticamente imposible ejercitar ese derecho.

El Gobierno vasco ya ha anunciado un primer paquete de crédito para las empresas. ¿Echa en falta medidas para los consumidores?

Esperemos que lleguen también medidas para los consumidores. Al final el consumidor es el último de la cadena y nosotros esperamos que lleguen lo ante posible. La luz, el gas y los hidrocarburos también influyen en el poder adquisitivo de los trabajadores y las trabajadoras.