Economía

La semana laboral de cuatro días: un camino árido en Euskadi

Lejos de suscitar interés, la propuesta realizada por la consejería de Trabajo con el objetivo de “atraer talento” al territorio vasco no ha recibido apoyo por parte del tejido empresarial

7 marzo, 2023 05:00

¿Utopía o realidad? Trabajar 32 horas semanales de lunes a jueves manteniendo el mismo salario, tal y como proponía la vicelehendakari y consejera de Trabajo Idoia Mendia hace unos días, suena atractivo, de primeras, para la mayor parte de los trabajadores, ya que permitiría conciliar mejor la vida personal con la profesional, pero ¿y para los empresarios? ¿Creen que la semana laboral de cuatro días podría favorecer la productividad de sus empleados y actuar, además, como un imán para el talento?

En busca de respuesta, tratamos de contactar con empresas vascas que ya estén implantando esta medida en su día a día para que nos cuenten sus ventajas e inconvenientes, pero lo cierto es que no encontramos ninguna que haya aplicado esta filosofía. Ni tan siquiera que se plantee hacerlo.

En un territorio eminentemente industrial como Euskadi, los intensivos turnos de producción de lunes a domingo exigen un funcionamiento ininterrumpido, lo cual hace muy difícil implantar la semana laboral reducida. Tampoco en el sector del comercio ven factible trabajar cuatro días a la semana, menos aún cuando su debate se encuentra enquistado entre partidarios y detractores de abrir también los domingos. Y la hostelería tampoco parece ser un escenario proclive a cerrar tres días a la semana.

El sector tecnológico vasco, más proclive al teletrabajo, tampoco prevé implantar la jornada laboral de lunes a jueves. / Pexels

El sector tecnológico vasco, más proclive al teletrabajo, tampoco prevé implantar la jornada laboral de lunes a jueves. / Pexels

Esperanza en el sector tecnológico

La esperanza de encontrar una empresa que pueda impulsar la semana laboral de cuatro días en su plantilla se dirige hacia el sector tecnológico, a la cabeza en establecer el modelo de trabajo híbrido y el teletrabajo. Pero, sorpresivamente, no nos encontramos con defensores de este modelo. Tampoco entre las startups.

Los casos consultados coinciden en destacar que los viernes tratan de aliviar la carga de trabajo y hacer jornada intensiva para alargar el fin de semana, pero no están dispuestos a reducir el número de horas semanales, ya que consideran que tanto su volumen de negocio como sus beneficios se verían afectados, mientras que mantendrían los mismos gastos de personal. “Subirnos al carro de la semana laboral de cuatro días sería un suicidio para nosotros, ya que todos nuestros clientes trabajan de lunes a viernes y no podemos perder un 20 % de nuestra productividad”, advierten desde una startup con sede en Bilbao especializada en Big Data.

Una empresa pionera en Euskadi

Únicamente localizamos una voz que ensalza los beneficios de la jornada laboral reducida. Es la voz de Patricia Draghici, cofundadora de Biskai Bay Startup Campus, una pequeña startup con sede en Portugalete, que comenzó a aplicar la semana laboral de cuatro días de forma pionera en 2020. “Si bien en la actualidad la empresa mantiene su actividad en ‘standby’, durante el año y pico que estuvimos trabajando de lunes a jueves estuvimos muy contentos y el lunes regresábamos todos a trabajar con mucha más energía”, recuerda Draghici, quien asegura que convirtieron esta filosofía en un valor de empresa. Sin embargo, comprende las dudas que pueda generar este modelo y su complicada adaptación a las diversas tipologías de empresas. Y es que la clave está en la adaptación de la jornada laboral a las necesidades de cada organización. En su caso, los tres meses en los que tenían mayor volumen de trabajo volvían a la semana tradicional de cinco días, así como en momentos puntuales en los que resultaba necesario trabajar en viernes.

Reunión de la Mesa de Diálogo Social de Euskadi. / Europa Press

Reunión de la Mesa de Diálogo Social de Euskadi. / Europa Press

Temor y dudas

Pero además del sector en el que se enmarque la empresa en cuestión, también influye el tamaño de la misma. Mientras que en las pymes se hace muy difícil prescindir de parte de la plantilla un día laborable, en las grandes empresas la medida sí podría tomar forma en departamentos concretos o en determinadas actividades que pudieran ser compatibles con esa reducción o bien  o si se estableciesen turnos en los que determinados trabajadores intercalasen la jornada tradicional con la de cuatro días.

No obstante, desde Confebask, la Confederación Empresarial Vasca, ya han mostrado su total rechazo a esta medida, a pesar de formar parte de la Mesa de Diálogo Social Vasco del Gobierno Vasco. Este foro, en el que participan dichos representantes del tejido empresarial y los sindicatos UGT y CCOO -sin presencia de ELA ni tampoco de LAB-, ha anunciado la creación de un grupo de trabajo que analice las oportunidades de innovación que vienen surgiendo en los últimos años en el ámbito laboral, como la implantación de la semana laboral de cuatro días -con la vista puesta en Valencia y en Reino Unido, donde está más extendido-, el teletrabajo -que ha descendido tras el ‘boom’ de la pandemia- o la determinación del centro de trabajo entre empresa y trabajador.