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El comité de Ibermática convoca huelga los días 3, 8 y 10 de noviembre

Tras el fracaso de la tregua acordada en el SIMA los sindicatos de la tecnológica guipuzcoana elevan la presión laboral por el convenio

25 octubre, 2022 08:36

El comité intercentros de Ibermática ha oficializado ya lo que serán las tres jornadas de huelga que se preparan después de que fracasara la minitregua pactada en la mediación del SIMA a comienzos de mes. Los sindicatos llaman a la plantilla a parar los días 3, 8 y 10 de este próximo mes de noviembre en un pulso que eleva la tensión laboral después de que la tecnológica consiguiera desactivar la jornada de huelga del pasado día 18.

Será por tanto una primera quincena de mes muy condicionada por las movilizaciones para la firma guipuzcoana, que presta servicio en sectores clave de la administración, banca o industria. Habrá que ver si la negociación da un giro y deja espacio para un nuevo entendimiento que lleve a las centrales sindicales a suspender los paros, pero en estos momentos no es ese el escenario más probable.

Y eso no solo porque el convenio no presenta avances, también por el clima de desconfianza generado a raíz de ese pacto en el SIMA para suspender la huelga anterior. El comité defiende que se hizo ese gesto como muestra de voluntad negociadora y lamenta que, en cambio, Ibermática rehusa siquiera trasladar una oferta en la sede del SIMA a lo largo de esta semana. En una nota a la plantilla el comité considera que la dirección lanza "una nueva mentira" a los trabajadores, a los que emplaza a secundar las tres jornadas de paro de noviembre.

No está descartado en todo caso que hasta entonces pueda producirse un acercamiento en las dependencias del SIMA que deje en suspenso el conflicto, que llega además en un momento crucial, justo cuando Competencia acaba de dar una primera autorización a la entrada de la sevillana Ayesa. Aunque por ahora la ingeniería andaluza no está participando en las negociaciones del convenio, la operación de compra es uno de los elementos que preocupa a los sindicatos, que reclaman firmar las condiciones laborales más a largo plazo para evitar cambios cuando se produzca el aterrizaje oficial del nuevo propietario.