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'Comprar' una licencia de taxi en las capitales vascas oscila entre 70.000 y 220.000 euros

La crisis dificulta el traspaso y 'atrapa' a más de un centenar de taxistas que quieren jubilarse y no pueden ante la falta de relevo

5 junio, 2021 05:00

Tener una licencia de taxi hoy en día en una de las tres capitales vascas supone un desembolso entre 70.000 y 220.000 euros. Un coste que varía según la capital en la que el taxista desempeñe su trabajo y que está condicionada por las reglas que marca la ley de la oferta y la demanda. Es decir, el precio de 'venta' de estas licencias -traspaso como prefieren llamarlo-  varía en la medida en la que hay más taxistas que quieren desprenderse de ella o de lo rentable que sea la carrera en cada capital. Porque pese a que las licencias son municipales, es decir, que es el ayuntamiento de cada ciudad es el que fija el número de taxis que hay, es decir, la cantidad de licencias que concede, o la tarifa con la que se sube la bandera, corresponde después a cada taxista-propietario fijar el precio de venta y a quién se lo vende, que debe pasar un examen antes de convertirse en taxista y que sí fija el consistorio.

El Ayuntamiento de Bilbao ni siquiera pone ningún precio tope para la venta y deja que el sector sea el que se "regule". Casualmente, es en la capital vizcaína donde se están vendiendo ahora como media las licencias a precios más bajos  -entre 70.000 y 80.000 euros- por la excesiva oferta y la baja demanda que existente en estos momentos y la situación concreta del sector en la ciudad, con más licencias de las necesarias.

En Vitoria y San Sebastián los respectivos ayuntamientos han fijado un tope máximo de precio de esas licencias, 170.000 euros en el caso de la capital alavesa y 220.000 en el de la donostiarra, una cantidad que es el equivalente al que se pagó en su día al ayuntamiento cuando se sacaron las últimas licencias originales que luego se traspasan, más el IPC de cada año, en el caso de Vitoria, y a un precio acordado por el consistorio y el sector en el de San Sebastián . Desde el  sector señalan que últimamente en ambas capitales se están fijando precios inferiores por las dificultades para culminar la venta, porque hoy por hoy, el interés por hacerse taxista está en clara recesión.

El cóctel entre los precios que deben pagarse por la licencia, la crisis económica agravada en el sector por el parón de la movilidad ha dejado a alrededor de 124 taxistas de Bilbao, Vitoria y San Sebastián a la espera de un comprador para su 'plaza de taxi' obligándoles a retrasar la jubilación

Sector refugio en otras crisis

La incertidumbre sobre el futuro del sector y de la economía en general  "no animan en estos momentos" a hacerse autónomo y ponerse al volante de un taxi, señala Borja Musons, presidente de la Federación Vasca de Taxistas y de RadioTaxi Bilbao.

Nada que ver con otras crisis económicas en las que según recuerda, el taxi, como la hostelería, ha sido "sector refugio" de trabajadores despedidos de diversas empresas.. Esos eran tiempos en los que era 'fácil' vender la licencia, algo que ahora no ocurre, quizá porque junto a los bares y restaurantes, el del taxi es uno de los sectores que más ha acusado el confinamiento. "Hoy en día Bilbao es un chollo para el que quiere hacerse con una licencia", dice.

Los taxistas que quieren jubilarse se apuntan en una lista para que quede constancia de las licencias que salen a la venta. En Bilbao, con 774 licencias, hay 50 personas esperando a jubilarse. En Vitoria circulan 194 taxis y 38 personas quieren dejarlo por acercarse a la edad, mientras que en San Sebastián hay 308 taxistas de los que unos 40 años son jubilables.

Sin embargo, como señala Emilio Fernández, presidente de la Asociación Guipuzcoana de Taxis (Agitax) en la lista donostiarra para intentar traspasar la licencia hay un total de 72.  "Ante las dificultades que hay ahora para realizar el traspaso la gente se apunta con dos o tres años de antelación". "No es que quieran jubilarse", dice  "pero si no consigues venderla pierdes la licencia". Un situación que obliga a muchos a quedar 'atrapados' sin poder jubilarse o, al menos, a no jubilarse del todo y acogerse a la jubilación activa a la espera de encontrar un comprador.

Bilbao es el único ayuntamiento en el que se da al taxista un periodo de cuatro años antes de perder la licencia de forma definitiva. No así en las otras dos capitales. "Si te jubilas sin vender pierdes la licencia, por eso la gente se apunta antes de tiempo para poder traspasar con tranquilidad", señala Rubén Edeso, vicepresidente de la Federación del Taxi de Euskadi y de RadioTaxi Vitoria. Hasta ahora no se ha dado la situación de terminar perdiendo la licencia. Había más demanda que oferta. Pero ahora, la crisis y el hecho de que haya cada vez más taxistas en edad de jubilarse están poniendo sobre la mesa un  problema que intentan que las administraciones les ayude a solucionar. "Mucha gente ha entrado en el taxi con 45 o 50 años, despedido de otras empresas en crisis anteriores y ahora quiere jubilarse. Debería buscarse una solución para que puedan hacerlo en la que debería implicarse la administración".  

Esta situación se agrava en pueblos en los que hay pocos taxis y al estar considerados como servicio público no pueden desaparecer.

Las mismas licencias que en el 78

En la capital vizcaína cuesta menos hacerse con una licencia que en el resto de las otras dos capitales vascas a un precio que oscila entre los  70.000 y 80.000 euros porque "los que quieren vender no pueden" y eso lleva a bajar el precio. También influye el hecho de que hay más licencias de las que en serían necesarias en la actualidad, según reconocen en el sector. En total 774 licencias, que son las mismas que sacó el Ayuntamiento de Bilbao en 1978. Es decir, que llevan 32 años 'vendiéndose' entre diferentes generaciones de taxistas. El propio sector reconoce un cierto sentido endogámico. "Los taxistas que entran nuevos son más que nada a través de familiares, hay matrimonios trabajando en el taxi o tienen amigos"  en el sector, señala el responsable de la federación. Ahora ni con eso cubren las plazas, entre otras cosas porque son demasiados para una ciudad que ha cambiado de radicalmente su forma de moverse por el Gran Bilbao desde que salieron las licencias originales, con líneas de metro y tranvía que cubren los trayectos para los que antes era prácticamente imprescindible  coger un taxi. 

Lo que ha hecho el consistorio es, en lugar de reducir el número de licencias, regular el trabajo del sector para que no haya "tantos taxis en la calle", Es decir, acotar los horarios, y obligar a descansos semanales y a alternar los fines de semana de trabajo. Una regulación que puede hacer menos atractiva la capital vizcaína que el resto de las capitales, donde como autónomos trabajan cuando quieren, según sus necesidades. "Como todos los autónomos, si no trabajas no ingresas".

Rubén Edeso también considera que el número de taxis, 194, que cubren la capital alavesa son hoy en día demasiado porque "Vitoria es una isla, aquí se sale muy poco a los pueblos", dice, a diferencia de lo que pasa en el Bilbao metropolitano. La actualización de las licencias es sin embargo posterior a la de Bilbao. Se sacaron nuevas licencias en 2002 y 2007. Poco después llegó el tranvía que, como en Bilbao ha cambiado la forma de movilidad.

En el caso de San Sebastián las licencias también son de los años 80, aunque en el 2000 se llegó a un acuerdo de valoración de las licencias para establecer un precio máximo de las mismas. 

Ahora el sector, que en su conjunto que agrupa a un total de 2.120 taxistas en Euskadi de los que 1-229 están en Bizkaia, 653 en Gipuzkoa y 230 en Álava, se enfrenta a retos muy importantes. Por un lado la necesidad de relevo generacional, con una media de edad que empieza a acercarse a los 45, 50 años. Por otro, la modernización para hacer frente a la  inevitable irrupción de plataformas como Uber, que ya está instalada en Bilbao, pero cuya expansión está todavía pendiente de la sentencia  sobre la norma que regula la prestación de servicio de compañías de VTC y que saldrá a la luz en unas semanas. Uber recurrió el decreto del Gobierno vasco por considerar que era "discriminatorio" para ellos y excesivamente proteccionista con el sector del taxi. 

En este contexto de modernización se engloban por ejemplo la planificación de plataformas que permitan reservar carreras con precio prefijado a imagen de los que permiten compañías como Uber y que todavía están en desarrollo.