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Fin de etapa para Euskaltel: cuando la lógica empresarial se impuso sobre la identitaria

Nueve años después de que el Gobierno vasco iniciara la salida del accionariado, comienza un nuevo camino para una de las empresas bandera del nacionalismo, integrada ahora en el cuarto operador nacional

15 agosto, 2021 05:00

Hace nueve años, en pleno mes de agosto, Euskaltel comenzó el camino que se ha culminado ahora. El Parlamento Vasco aprobaba el 13 de agosto de 2012 autorizar al Gobierno vasco la venta de parte de su red de telecomunicaciones a Euskaltel con el apoyo de PNV, PP y PSE.  El objetivo era básicamente revalorizar la empresa para después reducir de forma drástica la presencia del Ejecutivo en el accionariado y también la de Kutxabank, que formaba parte de la compañía desde los inicios, entonces a través de las cajas vascas. 

Por un lado, el Gobierno vasco quería hacer algo de caja cuando se estaba en plena crisis económica. Por otro, comenzaba a imponerse la lógica empresarial sobre la indentitaria en una compañía cuyo nacimiento estuvo marcado más por lo segundo que por lo primero. 

Euskaltel surgió en 1995 por un acuerdo político entre el PNV y el PP. Los nacionalistas cumplían el sueño de tener una empresa de telecomunicaciones 'vasca' que pudiera hacer la competencia a la 'española' Telefónica -y de hecho lo hizo-. Los 'populares' ganaban con el acuerdo los codiciados votos del PNV en el Congreso para sacar adelante la investidura de José María Aznar como presidente del gobierno. 

Nacía así una empresa convertida casi en seña de identidad, en la que las reglas del mercado globalizado, que no entiende de fronteras, terminaron por imponerse. Nueve años después de que el Parlamento diera el visto bueno iniciar la retirada del Gobierno vasco en la empresa, Euskaltel es ya una marca más del grupo MásMóvil, con pocos rasgos de identidad 'vasca' más allá de mantener en la presidencia de la empresa a Xabier Iturbe, expresidente de la Kutxa de Gipuzkoa, exvicepresidente de Kutxabank y vinculado al PNV, el partido que impulsó el nacimiento de la compañía, y a  Iñaki Alzaga, como  otro de los consejeros independientes que continúa en el nuevo consejo de administración que preside el CEO de MásMóvil Meinrad Spenger, que asume también el control de la vasca tras el triunfo de la OPA. Ese es el 'guiño' al arraigo vasco de los nuevos dueños, además de comprometerse a mantener la plantilla y la sede durante cinco años. A partir de ese periodo de tiempo,  cualquier cambio en la sede social deberá contar con el acuerdo del  90% del consejo de administración. Una puntualización que es casi simbólica, porque Euskaltel ya solo tiene un dueño, MásMóvil y los fondos Cinven, KKR y Providence Equity Partners, que controlan su accionariado.

Este martes Euskaltel finalizará la aventura en Bolsa que inició hace cinco años, con la que arrancó una etapa de gran crecimiento y expansión que la convirtió en una empresa apetecible para los grandes del sector. 
MásMóvil excluye el día 17 a la empresa de la cotización y se garantiza así un control absoluto sobre ella.

Tormenta política

El anuncio de la  OPA de MásMóvil sobre Euskaltel ocasionó una auténtica tormenta política en Euskadi, y todo hace prever que la materialización de la compra no vaya a suponer el final de las críticas por parte de la oposición al Gobierno por haber perdido el control de una compañía que ha recibido fuertes inversiones públicas. Al contrario. 

Los primeros movimientos de los nuevos dueños, vendiendo el negocio de TV de Euskaltel a Agile Content por 32 millones de euros y subrogando a los trabajadores de este área, apenas unas horas después de hacerse con el control del consejo de administración no han gustado nada a los sindicatos que consideran "un mal principio" que ratifica sus temores sobre la precarización futura de la plantilla y la posible externalización de otras áreas y auguran un inicio de curso 'caliente'. 

El origen del debate, que ha llegado incluso hasta el Parlamento Vasco, está en si el Gobierno, o Kutxabank, que sale de la empresa anotándose unas ganancias 390 millones de euros, podían haber mantenido de alguna forma el control sobre una compañía que ha recibido fuertes inversiones públicas.

Las críticas han llegado incluso desde ciertos sectores del PNV, como el presidente de la Cámara de Comercio de Bilbao, José Ángel Corres, que afeó la falta de implicación para mantener la identidad vasca de la operadora. 

Pero lo cierto es que  MásMóvil ha invertido en la compra de Euskaltel 2.000 millones de euros. Cualquier participación del Gobierno vasco, teniendo en cuenta que las participaciones públicas están muy limitadas por Europa, no hubiera pasado de ser testimonial, sin ningún tipo de decisión en la empresa, con lo que el dinero público invertido no serviría para determinar el futuro de la empresa. En cuanto a Kutxabank, el banco está llevando a cabo una desinversión de su cartera empresarial siguiendo las recomendaciones del Banco Central Europeo que exige a las entidades que se centren en sus negocios bancarios para minimizar los riesgos.

La pérdida de control 'vasco' sobre Euskaltel se inició aquel agosto de 2012, con la decisión del Gobierno autónomo de empezar a reducir su presencia en la empresa. Para bien o para mal. Después vino la entrada de los fondos, la salida a Bolsa, el control por parte de Zegona, la expansión a nivel nacional...Ahora, convertida en una nueva marca de MásMóvil, forma parte del cuarto operador de telefonía a nivel nacional y se posiciona en la tecnología 5G en un sector como el de las telecomunicaciones en el que ya es imposible competir fijándose en fronteras.


Vendida la televisión, habrá que esperar a ver cuáles son los siguientes pasos que da MásMóvil para aprovechar al máximo mas sinergias que le proporcione la operación y ahorrar costes. Los usuarios de móvil de la vasca pasarán a usar Yoigo cuando la renovación del acuerdo que Euskaltel tiene con Orange se lo permita, y la red de fibra tendrá probablemente otra vida gestionada por una nueva empresa.  Euskaltel, como el equipo ciclista que lleva su nombre, inicia otra etapa.