Empresas

Los fondos de inversión se hacen fuertes en el tejido empresarial vasco

ITP o Euskaltel son los últimos ejemplos del poder que están adquiriendo estos fondos en las empresas vascas, en las que suplen en buena parte la financiación que no puede ofrecer la banca por tener limitadas las participaciones industriales

6 agosto, 2021 05:00

Los fondos de inversión son cada vez más fuertes en el accionariado de las empresas vascas. Siguiendo con la tendencia de la economía global, estos vehículos de inversión están tomando cada vez más posiciones de poder en compañías tradicionales, algunas de ellas empresas familiares en su origen, pero que han sucumbido con el paso de los años a la falta de financiación.

La crisis económica y la falta de liquidez en las empresas para acometer inversiones, unido al hecho de que la banca tenga muy limitado en estos momentos por parte del Banco Central Europeo sus participaciones empresariales, ya que exige a las entidades que se centren en el negocio bancario para minimizar su exposición al riesgo, ha ocasionado una especie de 'tormenta perfecta' y son cada vez más las empresas que tienen entre sus accionistas principales a un fondo, que o bien suple esa inversión que antes llegaba de la mano del banco o de las antiguas Cajas de Ahorros, o que directamente compra la parte del pastel de la entidad financiera se desprende necesitada de desinvertir.

Los casos de ITP y de Euskaltel son dos de ejemplos más recientes de empresas bandera en Euskadi que pasarán a estar controlados por un fondo.

En  ITP Aereo, si el acuerdo de exclusividad que Rolls Royce ha suscrito con Bain Capital llega a buen puerto, el fondo americano se hará con la mayoría del control del capital de esta empresa considerada estratégica por tener contratos con el Ministerio de Defensa. Eso es precisamente lo que ha llevado al Gobierno central a exigir que se busque un núcleo duro formado por empresas industriales que permitan que ITP siga siendo una empresa española. Unos socios que podrían ser Sener y Sidenor, entre otros.

Pero al margen del resultado final de esta venta, que no se desvelerá ya por lo menos hasta finales del mes de septiembre, lo cierto es que todas las propuestas de compra que se han presentado en el largo proceso de negociaciones iban de la mano de fondos de inversión, los únicos capaces de afrontar operaciones de tal envergadura como la venta de ITP, valorada en 1.600 millones de euros.

De hecho, la negociación se ha cerrado ahora en torno a Bain Capital, pero en el último tramo también se negoció con el fondo británico Cinven y por el camino se quedaron otros, como el fondo americano Towerbrook.

El caso de Euskaltel es similar. Pasará a formar parte del grupo MásMóvil tras conseguir hacerse con el 98% del capital en la OPA amistosa presentada por el 100% de la compañía naranja con un valor de 1.965 millones de euros. Detrás de MásMóvil, como parte fundamental del accionariado, están tres importantes fondos de inversión; Cinven -que también pujaba por ITP-  KKR y Providence Equity Partners.

Precisamente en esta OPA  salen del capital de Euskaltel el fondo Zegona, que controlaba  mayoritariamente la empresa desde hace dos años, y Kutxabank, dentro de su estrategia de desinversión para adelgazar su cartera empresarial.

Zegona ha seguido en Euskaltel la estrategia de 'comprar, arreglar, vender' que intenta implantar en las empresas en las que entra. De la venta de Euskaltel se va con 421 millones de euros en la búsqueda de otros negocios.

Esa búsqueda de rentabilizar su propia inversión al margen de otras consideraciones, una estrategia que comparten muchos de los fondos, es precisamente lo que ha llevado al Ejecutivo de Pedro Sánchez a blindar a las empresas ante la entrada de capital extanjero y tener capacidad para vetar determinadas operaciones.

Autorizó la OPA de MásMóvil sobre Euskaltel que convierte a la empresa vasca en otras de sus marcas, y que dará lugar al cuarto operador del mercado, pero en este marco de protección que pretende el Gobierno se encuadra la tutela que está llevando sobre la venta de ITP y las exigencias para que el fondo extranjero comprador se rodee de socios industriales españoles que garanticen que la compra de la empresa no está destinada a la mera especulación.

Músculo financiero para crecer

Está claro que el desembarco de los fondos ha venido para quedarse teniendo en cuenta que en un contexto globalizado como el actual, las empresas necesitan de mucho músculo financiero para crecer, para acometer inversiones y también para protegerse de compras hostiles no deseadas. Eso es lo que lleva a que los ejemplos sean cada vez más numerosos.

Otra empresa bandera del sector aeronáutico como Aernnova está participada por el fondo Towerbrook como accionista mayoritario.

La mítica Angulas Aguinaga, que se ha convertido en empresa puntera artífice de la gula elaborada con surimi, tiene como accionista mayoritario a PAI Partners, que en su día compró su participación a otro fondo, Portobello.

Otra de las OPA estrella de este año la de Solarpark, valorada en 881 millones de euros, tiene detrás al fondo de inversiones danés, EQT.

En los últimos días se ha conocido que el fondo Nazca ha comprado la empresa Zunibal, especialista en tecnologías para la pesca, o que Ufenau se ha hecho con el control de Alfus Iris;  otros ejemplos más que se unen a una larga lista que no hace más que crecer en un contexto en el que la inversión pública en las empresas está también muy limitada por parte de los reguladores europeos.