Empresas

Uno de los gestores del 'Aerofondo' posee intereses particulares en empresas del sector

Domingo Ureña, gestor del fondo que repartirá inversiones con dinero público y privado, participa en órganos de gobierno de al menos dos empresas a las que se dirige la financiación

2 noviembre, 2021 05:00

El Aerofondo es una herramienta impulsada por el Gobierno de España, a través de la SEPI e Indra, junto a Airbus y el fondo de inversiones Tickehau Capital. En total con un primera dotación de 100 millones de euros para apoyar a empresas de segundo nivel del sector aeronáutico en la crisis derivada de la pandemia. El caso es que uno sus gestores, Domingo Ureña, mantiene intereses directos y puestos de gobierno en, por lo menos, dos empresas del sector, M&M (Mecanizados y Montajes Aeronáuticos) y en Centum Research Technology. Se trata de compañías que pueden acceder a estas ayudas que cuentan con financiación pública. Ureña, además de haber sido presidente de Airbus España, también es el partner de operaciones en España para ACE Capital, el fondo filial de Tikethau que es el gestor del Aerofondo de España, pero también del Aerofondo francés, país en el que mantiene participaciones en empresas del sector que son competencia directa de muchas compañías vascas y españolas. 

Diferentes agentes del sector y directivos de compañías de primer nivel han transmitido a 'Crónica Vasca' el malestar ante esta posición. Y es que, por el funcionamiento del Aerofondo, sus gestores van a tener un conocimiento muy profundo de todas las compañías del sector en un juego sutil que podría acercarse a la incompatibilidad, además de gozar con toda la información de compañías que son competencia entre sí para reorganizar un sector del modo en que más interese a uno de los gigantes aeronáuticos, Airbus. De momento, los cluster aeronáuticos son reacios a trasladar información sobre los avances en las inversiones del Aerofondo. Tanto el nacional, Tedae, como el vasco, Hegan, han declinado dar información a 'Crónica Vasca'. Lo único que se conoce son los listados preliminares que se manejaban este verano en el arranque de las operaciones y en los que aparecían una decena de compañías vascas

El Gobierno vasco ha manifestado públicamente su intención de participar en el Aerofondo. Este pasado viernes, la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, confirmó en el Parlamento vasco que ofreció capital en la primera ronda de financiación, pero explicó que se rechazó desde los gestores del fondo "porque no era necesario". Tapia insistió en que estudiarán la posibilidad de participar en una nueva ronda que amplíe los recursos del fondo con otros 100 millones y alcanzar así, los 200 millones de euros, que son los planes establecidos para esta figura que acordó el Gobierno central con Airbus. 

El sector aeronáutico siempre ha sido una industria de gran peso tecnológico y en la que el peso de los grandes fabricantes ha marcado la reordenación de las compañías proveedoras. Es el caso de Airbus en Europa, que goza de un gran peso en el Aerofondo español, que busca a ayudar a un tejido de empresas sin músculo financiero que ha acusado más que nadie el parón de la actividad con motivo de la pandemia. Sus pedidos corresponden a fabricantes como Aernnova, ITP Aero o Aciturri, y han caído de golpe con lo que muchas están pasado serias dificultades. Con el Aerofondo se busca inyectar dinero en estas empresas por dos vías: créditos participativos o tomas de capital. En ambos casos, se accede al accionariado de las compañías y se toman decisiones políticas. El objetivo en última instancia es poder coordinar la reestructuración que necesita el sector y que todos lo analistas señalan que pasa por varios movimientos de concentración y fusiones. 

Reordenación de Airbus 

Esta industria posee dos polos importantes. En el País Vasco, gracias al peso de fábricas como la de ITP Aero en motores, o las de aeroestructuras, como Aernnova o Aciturri. Muchas compañías de mecanizados, utillaje o piezas de motor sostienen su facturación con estos pedidos. El otro polo es el de Andalucía, donde es Airbus el gigante contratador sobre el que orbitan cientos de compañías. El constructor de aviones está en plena reorganización de sus activos. Va a cerrar una de sus plantas y se queda con la de Cádiz con lo que la liberalización de los trabajos que realizaba en la instalación que abandona se podrían trasladar a estas empresas Tier-2 creando una nueva estructura y fusiones que podría financiar el Aerofondo para hacer frente a trabajos de una facturación en torno a los 100 millones de euros. Es lógico el interés de Airbus en controlar estas operaciones y, por lo tanto, su participación en el Aerofondo.

La fuerte presencia de Airbus en el Aerofondo y su peso en el sector andaluz, así como el hecho de que M&M, la compañía de Domingo Ureña, también opere en esa región, han despertado ciertas sospechas en el sector por si se desarrolla un uso de los fondos para reordenar las empresas de acuerdo a unos intereses concretos que se alineen más con el de algunas empresas privadas en concreto. 

La CNMV aprobó en el pasado mes de junio el Aerofondo, a pesar de que todavía no se conocían los directivos que iban a dirigir sus trabajos y aún cuando ya eran públicos los intereses cruzados en los gestores.