La plantilla de Petronor sopesa más paros ante una negociación con la empresa "paralizada"

Sin avances en la mesa negociadora y con el diálogo “estancado”, así aborda el comité de empresa de Petronor la asamblea de fábrica este jueves. Esta llega tras tres días de huelga -88 horas- este pasado fin de semana; paro que se convocó para exigir a la dirección avances en la mesa y el cumplimiento de los acuerdos tomados anteriormente.

Ya a principios de enero, tras un 2022 marcado por las movilizaciones, surgían los rumores sobre posibles nuevas jornadas de huelga de la plantilla de Petronor en los primeros meses de 2023 con el objetivo de actualizar un convenio caducado desde diciembre de 2019. Actualización que se ha discutido hasta en 12 ocasiones entre comité y dirección de la refinería de Muskiz y que, según la parte sindical, solo ha tenido un resultado: “reuniones sin contenido”.

Ocho meses de negociaciones

Los trabajadores, admite Javier Losa, secretario del comité de empresa de Petronor, abordan la asamblea con “total disposición para negociar con la empresa” ya que consideran que tienen unos indicadores “que tienen que avanzar”. Entre ellos: asegurar el IPC, una reducción de la jornada anual, mejorar las condiciones del colectivo de mayor edad o reorganizar la estructura de producción.

La plantilla lleva pidiendo estos cambios desde junio de 2022, cuando se iniciaron las movilizaciones y los paros de producción. Lo hacen pidiendo una mayor disposición a la compañía porque "esta reduce estos cambios únicamente a lo que se estipula por ley, porque el convenio que Petronor defiende tendría una duración de cinco años -periodo suficientemente largo como para aprobar cambios que relamente sean justos- y porque, aunque todavía no sabemos los beneficios totales de 2022, a septiembre de ese mismo año la empresa había facturado 305 millones de beneficios, un beneficio récord para la compañía".

Desde la parte sindical admiten que la última huelga fue bien "porque los paros en fin de semana tiene un seguimiento del 100%" pero, matiza Javier Losa "los servicios mínimos que tenemos son altos porque nos consideran imprescindibles, así que la planta continuó produciendo". A esperas de la decisión que tome la asamblea este jueves, explica que están intentado encontrar "que forma de movilización" adoptarán ante la posible pasividad de la refinería, pasividad que se ha estado viendo en los últimos encuentros: "A la vez que nosotros proponemos el diálogo, la direccion constantemente está bombardeando todos los puentes y tomando decisiones unilaterales en cuestiones que se deberian de consensuar entre todos".