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"Los proyectos que sean importantes para el desarrollo deben hacerse aunque no haya Fondos Europeos"

La directora general de Orkestra Instituto Vasco de competitividad, Mari Jose Aranguren, considera que “la crisis ha vuelto a demostrar la importancia para Euskadi de mantener el modelo que combina desarrollo económico y cohesión social”

29 mayo, 2021 05:00

A Maria José Aranguren le apasiona la investigación y las múltiples publicaciones que ha hecho así lo atestiguan. Pero si hay algo que le guste más que esa faceta es que las investigaciones que haga tengan una aplicación práctica, que aporten y generen una mejora. A eso es a lo que se dedica como directora general de Orkestra, el Instituto Vasco de Competitividad, y, por tanto, se siente satisfecha con su desempeño.

Es Catedrática de Economía en la Universidad de Deusto y una reconocida experta en el área de competitividad y estrategia territorial, clústeres y redes y el análisis y evaluación de políticas. Cuenta, además, con una amplia experiencia liderando proyectos nacionales e internacionales en estas áreas tiene un reconocimiento del Instituto de Estrategia y Competitividad de la Universidad de Harvard por su trayectoria personal y su contribución a la competitividad territorial. Una carrera de éxito que pudo no haberse dado si cuando le tocó elegir estudios se hubiese decantado por la biología, que también le llamaba. En esa ocasión echó mano de la practicidad que le caracteriza, tuvo en cuenta “lo que me gustaba, pero también en lo que había oportunidades reales de empleo después” y se decantó por Económicas .

Antes de acabar sus estudios ya tenía ofertas encima de la mesa para ser docente en la Universidad, pero ella quiso hacer la tesis doctoral. “Sentía que tenía que profundizar más”, dice. Era el año 92, había una crisis muy profunda, un desempleo elevado y tenía una curiosidad enorme “por ver cómo se podía generar empleo” y en ese aspecto centró su investigación. Ahora, unos cuántos años después, ve que en en Orkestra, muchas de las investigaciones caminan por ese mismo sendero.

 

Una economía con mayor cohesión y mejor nivel de bienestar ayuda a un mejor desarrollo económico y viceversa

 

Realizada la tesis sí que aceptó el reto de ser docente, aunque también asumió cargos de más responsabilidad dentro de la Universidad: labores de gestión, dirección de departamento... Fue siguiendo una línea natural que también trazó desde que llegó a Orkestra. “Comencé como investigadora, preocupada por los temas de colaboración y clusters, luego asumí la coordinación de un área y desde 2012 soy la directora”, recuerda.

Investigar para mejorar la competitividad y el bienestar, ha dicho en más de una ocasión… ¡Menudo objetivo!

Es gran reto, sí, pero para eso se creó Orkestra y esa ha sido mi vocación, incluso antes de llegar a este instituto: la investigación orientada a la acción, a tomar decisiones, a generar cambios. Me gusta ese papel de hacer de puente. A veces en la investigación se tiende a hacer un trabajo académico que se publica en el ámbito académico y no sale de ahí. Me parece importante que ese trabajo de investigación, con la inversión y el esfuerzo que requiere, tenga algún impacto en la realidad. Y por eso me parece importante el trabajo que realizamos.

Le habrán dicho muchas veces eso de que “mucha recomendación a la empresa, pero nunca ha trabajado en una”

Si consideramos la Universidad como una, sí. La verdad es que durante la carrera hice prácticas en la banca y me sirvió para saber a lo que no quería dedicarme y para reafirmar mi camino hacia la investigación y la docencia. Ahora doy muy poquitas clases, pero me gusta aprender cosas nuevas y generar nuevos conocimientos y tengo claro que no me gusta hacerlo de forma aislada en la Universidad, sino en colaboración con empresas, con gobiernos, creando conocimientos con otros. No hago políticas, pero trabajo con quienes lo hacen y eso es importante.

 

Se ha enfatizado la necesidad de acometer los retos ligados a las transiciones energética, sociodemográfica y digital que ya teníamos

 

Sois una de esas voces que se tienen es cuenta. Es una responsabilidad importante…

Nosotros/as hacemos diagnósticos. A veces con datos o análisis, utilizando marcos de referencia internacionales, aprendiendo de otros… Hay un conocimiento que se genera y se combina con el conocimiento que tiene la gente que está en la práctica y eso es algo muy valioso. Es muy importante tener en cuenta la visión de los que están en la práctica. Muchas veces técnicamente puedes proponer una cosa, pero que luego en la práctica del día a día no es aplicable. Entonces, a la hora de recomendar tenemos muy en cuenta esa visión de la realidad. Es como reconocer que el conocimiento está disperso, que hay tipos de conocimiento en diferentes sitios y que combinarlos da lugar a las mejores soluciones para los retos que tenemos.

¿Qué necesidad se detecta en 2006 en Euskadi para para que tenga que surgir Orkestra?

Por aquel entonces ya se venía impartiendo desde la Universidad de Deusto una serie de cursos sobre competitividad para el bienestar que ayudó a generar ese lenguaje y discurso interterritorial. Se veía necesario tener un sitio de referencia donde se fuese profundizando en todo este tema, estableciendo los retos reales que tenemos en el territorio, hacer una investigación transformadora del territorio. La mejora de la competitividad como aspecto imprescindible para seguir avanzando en el bienestar social del territorio es nuestro principal objetivo.

Y así llevan 15 años, con reconocimiento por parte de Harvard incluido

Dentro de la red de Harvard hay 330 universidades y 40 institutos de competitividad, que es la referencia en Harvard sobre cómo hacer de investigación más orientada a la acción. Nosotros pertenecemos a esa red y, además, Harvard nos tiene como uno de los ejemplos por el rol que Orkestra desempeña también en el territorio. Crear este proyecto como un compromiso colectivo de varias entidades nos ha ayudado a ser un ejemplo.

¿Y en qué andan trabajando?

Nuestra misión es proyectar el País Vasco, nuestro modelo, en el exterior, pero también aprender de otros. Eso requiere tener proyectos con diferentes instituciones (Gobierno Vasco, las tres diputaciones, Ayuntamiento de Bilbao, empresas) y en diferentes ámbitos: temas más medioambientales, energéticos, empleo de calidad, industria de desarrollo, competitividad, internacionalización empresarial… Trabajamos diferentes temas ligados con retos que tenemos en el País Vasco, pero a su vez tenemos proyectos internacionales en esos temas, para aprender de las experiencias de otros, de cómo lo hacen en otras acciones similares a nosotros...

 

Tenemos que generar nuevas actividades económicas para responder al reto de la sostenibilidad

 

Hablando de competitividad, ¿hay un precovid y un postcovid en Euskadi?

Con la pandemia hay empresas que, por ejemplo, se han replanteado sus propias cadenas de valor de compra. La importancia de tener proveedor más diversificado, de comprar de diferentes sitios y de más cerca…

Destaca la relevancia de la economía de lo fundamental, de todo lo que es esencial para la vida de las personas: alimentación, salud, educación, suministro de energía… Las crisis ponen de relieve cuál es la economía más esencial.

Hay otros temas muy relevantes para la actividad económica que se han puesto de manifiesto y que nos han ayudado mucho en la crisis, como son los procesos de digitalización y las posibilidades que nos puede generar. Las empresas que estaban mejor preparadas para la digitalización, han podido responder más ágilmente a la situación de la que la pandemia.

Además, durante la pandemia se ha enfatizado la importancia de los grandes retos que teníamos ligados a las transiciones: la energética, la sociodemográfica y la transición digital. Son incluso más importantes después de la pandemia.

Si tuviésemos que establecer los retos fundamentales para Euskadi en cuanto a la competitividad…

El modelo vasco de competitividad ha combinado siempre el desarrollo económico y la inclusión. No hay más que mirar cómo estamos en los indicadores económicos y sociales en comparación con otras regiones europeas. Estamos en muy buenas posiciones en indicadores económicos y sociales y, por tanto, ese un reto: mantener este modelo, porque se ve que cuando vienen las crisis hay indicadores sociales que se ven muy afectados, no solamente en la pandemia, sino también en la crisis financiera del 2008, la del 92…

Tenemos que mirar esa combinación de modelo de crecimiento y desarrollo económico, pero también de cohesión social. Hay que cuidar a los colectivos más vulnerables, generar empleo para jóvenes, gente de más de 55 años que a veces está en contacto con el desempleo de larga duración, mujeres… y cuidar la calidad del empleo. Todo eso es importante para ese vínculo de competitividad y cohesión social porque se retroalimentan mutuamente de forma positiva. Una economía con mayor cohesión y mejor nivel de bienestar ayuda a un mejor desarrollo económico y viceversa.

 

Viendo la situación demográfica de Euskadi, es obvio que necesitamos y vamos a necesitar gente y que haya una adecuación de las capacidades de las personas a las necesidades de los puestos de trabajo que se van generando

 

¿Cómo nos afectan los retos globales, el Green Deal, la agenda 2030…?

Junto al reto de la cohesión social que hay que seguir manteniendo, en los últimos años se han estado haciendo una serie de apuestas para trabajar lo que tiene que ver con la sostenibilidad: la medioambiental, social y económica. Es un reto que tenemos ahí y que genera también grandes oportunidades industriales y tecnológicas. Tenemos que generar nuevas actividades económicas para responder a ese reto. Vamos a pensar en clave de oportunidad porque, además, hay requerimientos a nivel europeo que no podemos eludir, hay que ir a por ello.

¿Hay algún aspecto al que haya que prestar especial atención que le preocupe?

El tema de las capacidades de las personas tenemos que tenerlo muy en cuenta. Viendo la evolución demográfica del País Vasco, con una natalidad tan bajísima y gran esperanza de vida, es obvio que necesitamos y vamos a necesitar gente. También es necesario que haya una adecuación de las capacidades de las personas a las necesidades que hay en los puestos de trabajo que se van generando. Porque, si además de faltarnos gente, tenemos otra con capacidades que no son las que se necesitan, se pueden generar tensiones.

Es muy importante el trabajo de colaboración entre centros de formación de FP, universidades, empresas y unas políticas integrales de integración de inmigrantes, con programas de formación e intervención para solventar nuestras carencias.

 

El conocimiento está disperso, hay tipos de conocimiento en diferentes sitios y combinarlos da lugar a las mejores soluciones para los retos que tenemos

 

Está sobre la mesa el Euskadi Next 21-26, la propuesta del Gobierno vasco para optar a los fondos europeos con 188 proyectos… ¿Ha trabajado Orkestra en alguno de ellos?

Hemos participado en alguno de los que se han presentado desde la universidad, de la Diputación de Gipuzkoa… Lo importante es que estamos pensando en los proyectos, y que son proyectos que vamos a desarrollar, independientemente de si hay dinero de fondos europeos o no. Si se establece que son importantes para la comunidad autónoma, importantes para nuestro futuro, habrá que buscar la forma hacerlos.

¿Ha echado un ojo a ese Next 21-26, está bien parido, recoge esos aspectos que favorecen la competitividad del territorio?

Creo que está bien planteado. Hay una diversidad de proyectos alineados con estos retos que hemos planteado y creo que va a ser muy importante la involucración fuerte del sector privado para generar actividad económica y empleo desde ahí. El vínculo entre el sector privado, el sector público será vital. Hay un buen equilibrio entre proyectos de futuro y grandes proyectos de transformación.

Cuando se habla de ser competitivo la alta temporalidad no parece muy adecuada

Primero hay que generar empleo, generar actividad económica, generar proyectos profesionales y empresariales de futuro, de medio y largo plazo, donde se generen empleos sostenibles y un contexto de trabajo, de organización interna, que permita el desarrollo y el crecimiento de las personas en ese puesto.