Siemens Gamesa se despide del IBEX con un nuevo récord de 940 millones en pérdidas

La intensa semana de Siemens Gamesa se cierra este jueves con otra mala noticia en el círculo vicioso en el que se encuentra inmersa la compañía. Después de haber dado este martes el pistoletazo de salida a la OPA, la compañía ha presentado hoy los resultados de su año fiscal -que va de octubre a septiembre- y ha cerrado el 2022 con un récord de 940 millones de pérdidas. Una cifra todavía peor que los 627 millones de pérdidas con los que cerró su ejercicio fiscal de 2021. Ni la venta de actividades como la promotora de renovables a SSE han servido para cuadrar las cuentas de la eólica de Zamudio a pesar de haber alcanzado una cartera de pedidos récord de 35.051 millones de euros, impulsada por la fuerte apuesta por las renovables que ha provocado la guerra de Ucrania, algo que la firma ha defendido como prueba de que "está bien posicionada para aprovechar el potencial de crecimiento de las renovables, respaldado por la necesidad de garantizar la independencia energética y hacer frente a la emergencia climática".

El año, que Eickholt ha tildado sin paliativos de "muy complicado" en el que los problemas habituales han seguido siéndolo: la industrialización de la plataforma 5.X, que avanza más despacio de lo previsto, y con un aumento de costes debido a fallos de componentes y reparaciones en modelos previos de plataformas onshore. En el lado positivo, la mejora de los precios de venta de los aerogeneradores y un cuarto trimestre en el que sí ha habido beneficios, lo que abre la puerta a la esperanza. De cara al 2023, la compañía prevé otro año complicado por la inflación, el encarecimiento de los precios de sus proveedores y problemas en las cadenas de suministro que no se resolverán todavía en 2023. De hecho, la previsión de la compañía es que la recuperación de unos resultados razonables no llegará hasta 2024.

Mientras, la compañía sigue diseñando y pactando con los sindicatos la salida del 10% de sus empleados -475 en España- y la ubicación concreta de sus despidos. Además, las plantas de multiplicadoras y generadores tienen colgado el cartel de 'se vende' y ya ha aglutinado el interés de algunas multinacionales.