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Tubos Reunidos engrasa el convenio con un acuerdo para hacer fijos a eventuales

Empresa y sindicatos cierran un primer pacto para consolidar en plantilla a medio centenar de temporales con más antigüedad y reactivar el contrato de relevo

8 noviembre, 2022 05:00

Paso adelante en la negociación del convenio de Tubos Reunidos con un primer acuerdo sobre una de las materias que hasta ahora estaba bloqueando el proceso como era el asunto de la consolidación de eventuales. Con el respaldo del bloque CCOO, UGT y LAB la parte social y el fabricante de tubos cierran la incorporación de 44 eventuales que llevan trabajando en la factoría de Amurrio desde el periodo 2012-2014 y firman también la reactivación del contrato de relevo.

La firma que preside Francisco Irazusta logra así engrasar una negociación que la propia dirección anticipaba complicada por la fuerte inflación en la comparecencia con la prensa previa a la junta de accionistas antes del verano. En cambio, y pese a todas las complicaciones, el grupo con sede en Amurrio, donde tiene algo más de 800 trabajadores, da un primer paso importante sobre todo porque la cuestión de mejorar la situación de los eventuales era una reivindicación de peso para los sindicatos. El bloque CCOO, UGT y LAB que pone el sello a este primer acuerdo para el próximo convenio es el mismo que en marzo firmó la actualización de salarios pendiente del tramo con el pacto anterior ultraactivo 2017-2021.

A partir de aquí eso sí toca hablar de otras cuestiones también muy relevantes para ese convenio cuyo periodo de vigencia, por otro lado, sigue en el aire. La empresa había planteado 2026 como año final de vigencia pero los sindicatos temen que el fin de la aplicación de la normativa sobre pensiones pueda condicionar esos meses finales, por lo que plantean un límite bien en 2025 o bien 2027.

El presidente de Tubos Reunidos, Francisco Irazusta, en una Junta de Accionistas./ EP

El presidente de Tubos Reunidos, Francisco Irazusta, en una Junta de Accionistas./ EP

Plan estratégico

Año arriba año abajo, la cuestión es que el grupo alavés, que anota por primera vez beneficios desde 2014 con 1,9 millones de margen positivo en la primera mitad del año, necesita la paz social para implementar el nuevo plan estratégico. La ayuda pública de 113 millones de euros recibida el año pasado se acompaña de un ambicioso plan de concentración de actividades en torno al cuartel general de Amurrio que conlleva inversiones y el cierre de la acería del centro Sestao-Trapagaran. La antigua Productos Tubulares conserva su propio convenio y este también está en negociación, de momento sin avances.

Un proceso de traslado que cuenta ya con un acuerdo por parte de los trabajadores de la factoría vizcaína que deberán mudarse pero que sigue acumulando retrasos.

En parte porque la propia fábrica alavesa cuenta en estos momentos con un volumen de pedidos muy elevado y no se encuentra el momento de parar para proceder al acople de la nueva estructura. La reactivación del sector oil y gas, con EEUU como mercado clave acaparando casi la mitad de la facturación, ha sido clave en la recuperación de una de las grandes tuberas vascas, que como el resto encara también un proceso de diversificación que le permita asentarse a futuro en tecnologías renovables o en el hidrógeno.