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Viralgen se abre a colaborar con otras empresas en el desarrollo de la vacuna contra el coronavirus

La empresa guipuzcoana, una de las pocas que pueden desarrollar la vacuna frente a la covid-19, planea una expansión de 28.000 metros cuadrados en Donostia

31 enero, 2021 05:00

Viralgen Vector Core es en la actualidad una de las principales compañías en la producción a escala de vectores viales para terapias y una de las pocas que, en Euskadi, pueden desarrollar la vacuna contra el coronavirus. Con apenas cuatro años de vida, la 'start up' donostiarra situada en el Parque Tecnológico de Miramon planea una expansión de 28.000 metros cuadrados en la capital gipuzcoana para 2024.

"Es nuestro principal objetivo", señala su consejero delegado, Javier García Cogorro, quien espera inaugurar el primer módulo- un tercio de la obra- a finales de junio de este año. Tras la finalización de la planta, con la que multiplicarán por 15 su capacidad de producción, Viralgen no descarta la colaboración con otras empresas de cara a la fabricación de vacunas contra la covid-19.

 "Hay interés por parte de algunas empresas en que fabriquemos vacunas basadas en adenovirus por la tecnología de la que disponemos" explica el consejero delegado, quien afirma que "se está dando una colaboración enorme entre compañías".

Sin ir más lejos, Bayer, grupo farmacéutico al que pertenece Viralgen, firmaba hace unas semanas un acuerdo de colaboración con CureVac N.V. para el desarrollo de la vacuna candidata contra la covid-19 CVnCoV, basada en tecnología ARN. Según explica Cogorro, este y otros muchos acuerdos han visto la luz en los últimos meses en pro de una colaboración que responde a la necesidad de producir en un tiempo límite.

Javier García Cogorro, que cuenta con una extensa carrera en multinacionales farmacéuticas, explica que las fluctuaciones en la producción son algo común, y más al fabricar una vacuna en tan poco tiempo. "La producción siempre es un cuello de botella, hacen falta muchos centros de producción para llegar a esos niveles", sostiene. "No es muy diferente de lo que pasó en un principio con las mascarillas, los respiradores y todos los equipos", señala. 

En este sentido, afirma que "nada es descartable y "es una cuestión de diálogo" lo que permitirá a las empresas engranar las piezas y colaborar para producir en cantidades suficientes. "Llegaremos a un punto en el que la producción se estabilice, pero no estamos ahí todavía", aclara. 

La importancia de las reservas

Por esta misma razón, Cogorro considera "muy adecuada" la decisión del departamento de Salud del País Vasco de reservar vacunas para garantizar la segunda dosis ante la incertidumbre. En caso contrario, la población quedaría "medio inmunizada" y podrían darse "mutaciones y resistencias del virus".

Respecto a los criterios de vacunación, insiste además en la importancia de identificar a las personas con anticuerpos en una segunda o tercera línea de inyección. "A excepción de los sanitarios y personas en contacto directo con el virus, se deben priorizar aquellos que no tengan anticuerpos" porque "lo que intentamos es llegar a una inmunidad de grupo", admite.

Vacuna en desarrollo

Viralgen, que ya participa en la investigación de una segunda generación de vacunas junto con el consorcio de la Universidad de Harvard y el principal hospital de Massachusetts, está a la espera de los ensayos clínicos en humanos para proceder a la fabricación de esta nueva dosis. 

La compañía, que ya envió las pruebas piloto a Estados Unidos, espera ahora el punto de inflexión entre la primera y segunda fase de estos ensayos para poder empezar a producir en grandes cantidades y probar así la efectividad de la vacuna. 

"Cuanto más tiempo pase más fácil será para nosotros dar respuesta porque tendremos más capacidad", afirma Cogorro que, según explica, se necesitarían alrededor de 3000 muestras en la fase dos para medir las dosis y comprobar efectos adversos antes de pasar a una tercera, que asciende a 30.000 vacunas antes de su producción y distribución oficial.