Igualdad

Marea morada en el 8-M: miles de personas abarrotan las calles de Euskadi en defensa de la mujer

Miles de personas desbordan las calles de las tres capitales vascas para reivindicar más derechos para las mujeres y denunciar el "patriarcado capitalista"

8 marzo, 2023 21:10

Miles de personas han teñido de morado las calles de Euskadi este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, para reivindicar sus derechos y exigir la igualdad frente a los hombres. Grandes manifestaciones en Vitoria, Bilbao y San Sebastián evidencian el compromiso ciudadano con esta causa transversal. 

Este año, la división del movimiento feminista ha sido más palpable que nunca entre las asistentes a la marcha de Vitoria. Un hecho que lo ha corroborado es una situación que se ha producido antes de comenzar la manifestación, cuando una de las manifestantes ha sustraido una de las pancartas del movimiento abolicionista por no estar de acuerdo con sus ideales. En este sentido, una de las propias feministas de este último movimiento ha catalogado este hecho de “inadmisible”. “El único argumento que me han dado es que la calle es suya”, ha asegurado; y ha añadido: "Esto lo único que hace es fracturar el movimiento, un movimiento que debería estar unido. Debemos trabajar lo que nos une y no en lo que nos desune”. Además, en la plaza de la Virgen Blanca, a la llegada de las manifestantes, se ha podido leer en una pancarta desplegada: “Abolicionistas y transfobas no. Ni en el 8-M, ni en ningún lugar”.

Pancarta del movimiento abolicionista / Movimiento abolicionista

Pancarta del movimiento abolicionista / Movimiento abolicionista

La manifestación, que ha transcurrido sin incidentes ni alusiones directas a políticos ni a la nueva ley del 'solo si es si', se ha dividido en varios bloques. Entre ellos y al comienzo, mujeres saharauis, familiares de presas, el movimiento estudiantil o el de residencias. Tras ellos, les seguía la ciudadanía, en su mayoría mujeres de todas las edades, pero también algunos hombres. Al grito de 'Gora borroka feminista' han comenzado el recorrido en la plaza San Antón, pasando por varias calles céntricas como la calle Francia, Paz, Ramón Ortiz de Zárate o Dato hasta finalizar en la plaza de la Virgen Blanca, donde se han reunido todas las participantes y han leído un manifiesto.

Cartel de los propias manifestantes / CV

Cartel de los propias manifestantes / CV

Entre los mensajes que se han podido escuchar: “Migradas y aliadas, a las barricadas” o “no a las violaciones en las migraciones”, al grito del grupo de mujeres saharauis; “nuestro trabajo tiene valor” o “las mujeres no somos esclavas”, entonado por las mujeres que se dedican a los cuidados. Desde el movimiento de estudiantes se ha podido escuchar: “las mujeres jóvenes estamos en lucha” y, en general, "si tocan a una nos tocan a todas”. Además, se han podido leer carteles como “sí, soy mujer y no, no odio a los hombres” o “no me visto para provocarte porque mi vida no gira en torno a tu pene, supéralo”.

Al comienzo, el bloque de las mujeres cuidadoras / CV

Al comienzo, el bloque de las mujeres cuidadoras / CV

"Golpeadas por el patriarcado capitalista"

Al terminar el recorrido en la plaza de la Virgen Blanca, las manifestantes se han reunido para escuchar el comunicado en el que han intervenido varias mujeres. Entre ellas, trabajadoras de las residencias privadas de Álava, que no estaban presentes, pero se ha esuchado una grabación con la siguiente reivindicación: "Hoy 8 de marzo, no estamos presentes en este escenario. Tan invisible como nosotras hoy aquí, es el trabajo que hacemos. Esta sensación es compartida por todas las compañeras del sector. Nadie ve el trabajo que hacemos. Hoy, aquí, no ponemos el cuerpo, pero ponemos la voz. Ya no estamos silenciadas. Cuidamos a contra reloj, el ritmo no nos permite hacerlo de otra forma. Jornadas extenuantes, sin una regulación de ratios que nos permitan cuidar. En las residencias privadas de Álava, trabajamos 1.792 horas al año por 1.061 € al mes. Es violencia estructural del sistema patriarcal el empobrecimiento sistemático de las trabajadoras de cuidados. ¡Que los cuidados dejen de ser un negocio! ¡Que los cuidados tengan reconocimiento social! ¡Que podamos cuidar siendo cuidadas!".

Bandera feminista / CV

Bandera feminista / CV

Por parte del movimiento MUGIMENDU FEMINISTA, se ha podido escuchar: "Ante la fuerza del feminismo están resurgiendo movimientos fascistas y reaccionarios que pretenden hacernos callar. La normalización del acoso y del abuso sexual; el aumento de los feminicidios o el antigitanismo son claros ejemplos de que aún tenemos mucho camino que recorrer. Por si las anteriores agresiones fueran poco, cada vez son más los recortes en el sistema público, nos encontramos ante el desmantelamiento de la sanidad, la vida cada vez es más cara y a diario se vulnera el derecho a la vivienda igual que ocurre con el de el padrón. Todas estas no son más que la consecuencia de un sistema capital y patriarcal, mientras en el cual unos se lucran otras salimos perdiendo. Nos encontramos ante una crisis de los cuidados; la estrategía de el PNV, PSE, o CONFEBASK supone mercantilizar, privatizar y especular con ellos, haciendo de nuestras necesidades, su riqueza. Debemos hacer frente y catalizar una transformación masiva. Una transformación, que revolucione los cuidados para poner la vida de todas las personas en el centro".

Y han añadido: "La nuestra es una apuesta por el derecho colectivo al cuidado, para ser cuidadas con dignidad a lo largo de toda nuestra vida, con libertad y responsabilidad. Nuestro planteamiento va más allá de los casos de dependencia, exigimos que los cuidados básicos y necesarios estén garantizados. Estamos hablando de poder decidir a quién, cuándo y hasta qué punto queremos cuidar. Revolucionar los cuidados es transformarlo todo y sacudir uno de los principales ejes de violencia y desigualdad que hemos vivido las mujeres* siempre. La propuesta que hacemos desde el Movimiento Feminista es una propuesta para transformar las relaciones de poder que se dan en esta sociedad, porque el patriarcado capitalista nos golpea a todas las personas (aunque sea en diferentes intensidades) y esto no es cosa de las mujeres, esto es asunto de toda la sociedad".