La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno vasco, Beatriz Artolazabal, intentaba esta semana criticar el proyecto del Gobierno del PSOE y Podemos para crear en Vitoria un centro de acogida de refugiados. Críticas pero sin entrar en el fondo de la cuestión. Una posición extraña que, sin duda, trae causa de su extraña posición política actual, con la citada responsabilidad en el Ejecutivo y como candidata del PNV a la alcaldía vitoriana. Es el problema lógico que se tiene cuando se está al mismo tiempo en una doble responsabilidad.

Si, como reza el viejo refrán, no se puede estar en misa y repicando, tampoco se puede estar, al menos cómodamente, en los dos sitios donde Artolazabal está en estos momentos. Lo lógico sería que cuanto antes dejase la consejería del Ejecutivo vasco y se centrase en su candidatura a la alcaldía de Vitoria. Porque sólo así podría hablar con total libertad de qué propopone u ofrece para la ciudad que quiere regir.