Dicen que es un tópico eso de que donde todo el mundo ve un problema los empresarios dan con una oportunidad, pero lo cierto es que el Corredor Vasco del Hidrógeno es la viva muestra de que esto es así. Frente a las críticas de Podemos al hidrógeno y la crisis energética que ha traído la guerra de Ucrania, las empresas de uno de los consorcios más importantes de Euskadi siguen dando pasos para hacer realidad la llegada del hidrógeno verde a Euskadi. El último ejemplo de esto es la constatación de que el hidroducto de Abanto Zierbena será una realidad antes de que acabe 2022 y, si todo va bien, la conducción será la primera de España. El proyecto más grueso de todos los incluidos en el plan Euskadi Next comienza a hacerse realidad incluso antes de que lleguen las convocatorias del PERTE de las renovables y está por ver si el gran hidroducto de Boroa no está concluido también a finales de año.