Euskadi es un territorio donde la industria siempre ha tenido un peso muy importante, lo sigue teniendo a pesar de las diferentes crisis que ha vivido y sus consiguientes reconversiones posteriores. La última de ellas apuesta de manera decidida por la industria 4.0, por la digitalización de los diferentes procesos. El foco informativo y los recursos públicos están muy volcados en este reto, que sin duda tiene una importancia capital, pero, en mi opinión, este excesivo protagonismo de la transformación digital está difuminando el verdadero reto que tiene la industria vasca y que tenemos como país: la transición ecológica. Esto está cambiando poco a poco y la semana pasada pudimos comprobarlo en el evento de presentación del nuevo Plan Estratégico 2023-2026 de Aclima, el clúster vasco de medio ambiente. 

Este excesivo protagonismo de la transformación digital está difuminando el verdadero reto que tiene la industria vasca y que tenemos como país: la transición ecológica


Vivimos un momento de transformación, de cambio, de oportunidad marcado por dos iniciativas a nivel internacional que nos dibujan el futuro que debe seguir nuestra economía. Se trata de la Agenda 2030 con sus ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), la hoja de ruta compartida por gobiernos y organizaciones para frenar el cambio climático, y el Green Deal, el Pacto Verde europeo, que impregna todas las nueva políticas de la UE y que nos obliga a una transformación verde de nuestra manera de hacer las cosas. Euskadi tiene pendiente profundizar y culminar esa transición ecológica necesaria y el plan estratégico de Aclima pretende que sea el sector medioambiental el que lidere esta transición, desde luego conocimiento y experiencia no le faltan.


Ya lo comentaba en uno de los artículos del año pasado, el medioambiental va a ser un sector palanca para el resto de sectores productivos vascos, un aliado esencial para transformar sus procesos y para incorporar e implementar los ODS en su día a día. Los nichos de oportunidad que se están abriendo, y se van a abrir en los próximos años, en torno a la transición verde van a ser muy numerosos. Los socios de Aclima han aceptado este reto y han trabajado en un plan estratégico innovador y disruptivo, que pasa de los sectores estancos a los círculos de valor en torno a los ODS, relacionando sus metas con las capacidades de las empresas del sector ambiental para ayudar a cumplirlos.


La eliminación de esta especie de departamentos estancos, que separan a unos sectores de otros, es algo totalmente necesario para una economía que se adapte a los nuevos tiempos. Colaborar es más necesario que nunca, necesitamos visiones más transversales y que aporten soluciones más integrales. Por este motivo, es de agradecer que organizaciones como Aclima sigan trabajando desde el sector privado por aportar valor a la sociedad y por innovar. Sinceramente, creo que desde las instituciones se debe seguir apoyando e impulsando los clústeres como Aclima que hacen una magnífica labor para conseguir que empresas de diferentes tamaños trabajen de manera colaborativa para incorporar valor a sus propuestas para el mercado. El reto que tenemos ante nosotros es mayúsculo y la colaboración público-privada absolutamente fundamental.

Colaborar es más necesario que nunca, necesitamos visiones más transversales y que aporten soluciones más integrales

Nuestra competitividad depende de que nuestro tejido productivo haga esa transición ecológica lo antes posible y lo haga bien, que abandone procesos ineficientes y los combustibles fósiles pero también que incorpore una visión más social y cercana a las necesidades del planeta y, sobre todo, de las personas que lo habitan. La Consejera Tapia presentó en este evento de Aclima un ejemplo práctico de lo que se puede hacer a través de la colaboración. Se trata de la creación de la Plataforma del Plástico de Euskadi, una iniciativa que nace con el objetivo de promover la valorización de los residuos de plástico generados en Euskadi, reducir este tipo de residuos que van a eliminación e identificar oportunidades de negocio en su gestión.

Xabier Caño, presidente de Aclima, mencionaba una reflexión de Larry Fink, el CEO de Black Rock, en su discurso final, “cada compañía y cada industria será transformada por la transición a un mundo con cero emisiones netas. La pregunta es si serás una empresa que lo lidere o serás una empresa que se deje dirigir”. Esperemos que Euskadi forme parte del grupo que lidera esta transición ecológica. Desde luego, apuestas como la del clúster vasco de medio ambiente son pasos muy importantes en la buena dirección. Dejemos que este soplo de aire fresco verde entre en nuestras empresas y en las entidades que las representan.