Pedro Sánchez quiere acabar con el Gobierno de coalición. Con los presupuesto aprobados y la primera remesa de fondos europeos en el bolsillo deslizarse por los sucesivos toboganes electorales en solitario parece ser lo que está buscando el partido socialista. Llegar a las generales solo y surfeando la ola de la recuperación y la superación de la pandemia.

Como en las relaciones sentimentales que empiezan sin muchas ganas y que con el paso del tiempo la rutina y las dificultades de la convivencia empiezan a pesar, piensas que a lo mejor ser un corazón solitario, de nuevo, te convertirá en mas atractivo. Pero romper siempre es un tema delicado. Hacerlo supone aceptar la responsabilidad del break up, por eso hacer irrespirable la relación y forzar a que sea el otro quien decida entonar el “se acabó” sería la opción que de cara a la galería te exime de la culpabilidad de la ruptura y convierte a tu ex en el malo. Win - win de manual.

 

Que el lobby cárnico y que las derechas aprovechen el consumo de carne, las casas de apuestas y las explotaciones ganaderas intensivas para arremeter contra, un comunicativamente débil Garzón, no es ninguna sorpresa

 

Y no se me ocurre otra explicación a los últimos acontecimientos que estamos viviendo con la polémica de las macrogranjas. Sirva la metáfora sentimental para entender el por qué la parte socialista del Gobierno ha desautorizado al ministro de Consumo, Alberto Garzón. Pedro Sánchez es muy consciente de que comprar los marcos comunicativos de las derechas es apostar a pérdida, luego tiene que haber algo mas que para meterse en un lío innecesario con las elecciones autonómicas de Castilla y León a la vuelta de la esquina. Que el lobby cárnico y que las derechas aprovechen el consumo de carne, las casas de apuestas y las explotaciones ganaderas intensivas para arremeter contra, un comunicativamente débil Garzón, no es ninguna sorpresa. Pero que por segunda vez, sea la parte socialista con argumentario en mano , la que deje sin respaldo a Garzón, incluso llegando a poner en cuestión la pertinencia de la continuidad del ministro dentro del Gobierno, obedece a una estrategia.

 

Incomodar tanto a tu socio, dejarlo al pie de los caballo, no puede tener otro fin que sacar a éste de la ecuación por propio cálculo político

 

Mas grave es aún cuando en el fondo de la cuestión están de acuerdo. La amenaza de las explotaciones porcinas y vacunas intensivas son una espada de Damocles para el medio ambiente, sin ninguna rentabilidad en términos de creación de empleo para los entornos rurales donde se instalan y que los productos cárnicos que se obtienen son de peor calidad. Yo, sinceramente, no me imagino un 5 jotas sin dehesa y sin bellota. De hecho, la lucha contra dichas macroexplotaciones es un objetivo europeo  comprometido en el programa de Gobierno. Incluso la videoteca es cruel para Sánchez en este sentido. En un vídeo-tweet de 2019, replicado hasta la saciedad en las redes sociales, el actual Presidente español defendió la reducción del consumo de carne y la ganadería ecológica. 

De hecho, podríamos preguntarles, e incluso exigirles, que no se hayan tomado iniciativas legislativas que reviertan la mayor amenaza para ganaderos y explotaciones extensivas de carácter familiar o cooperativas. Menos declaraciones, menos táctica y mas política efectiva.

Finalmente han ido recogiendo sedal desde el Gobierno al dejar destapada la bandera verde y que la derecha, sin sudarla, ya tiene la campaña autonómica hecha a costa de las rumiantes.

 

Arrodillarse y decir que estás de pie, por el momento, es la postura a la que se agarra Unidas Podemos

 

Incomodar tanto a tu socio, dejarlo al pie de los caballo, no puede tener otro fin que sacar a éste de la ecuación por propio cálculo político. La máquina ya venía forzada con el acuerdo alcanzado con los agentes sociales en el tema de la reforma laboral. Yolanda Díaz ha terminado aceptando las premisas que Nadia Calviño pretendía. Otra muesca mas en la relación de los socios por liderar los designios de las relaciones laborales que se ha solventado con mucho maquillaje y sin contar, al menos todavía, con los apoyos políticos de la mayoría de la investidura para sacarla adelante por peccata y por no respetar los ámbitos autonómicos de los convenios.

Arrodillarse y decir que estás de pie, por el momento, es la postura a la que se agarra Unidas Podemos. Saben que fuera del Gobierno hace mucho frío y al menos hasta que se termine de conformar el espacio morado bajo la batuta de la ministra de Trabajo no parece oportuno tocar la relación, aunque el desamor se apodere de la coalición.