La vida de un paria de la India que se convierte en empresario de éxito. Un emprendedor, como él mismo se llama. Cuando aburrido la escogí en Neflix, nunca supuse que me iba a dar una visión tan amplia de la efervescencia que las personas de los países emergentes están experimentando.Supongo que si escogiese cualquier otro país de los tigres asiáticos tendría la misma visión de una sociedad en transformación. Pero al ser una película hindú, con un gran capacidad cinematográfica, la película mantiene ritmo y guion hasta el final, está bien hecha. Evidentemente, mi interés aquí no es cinematográfico, sino la descripción del trasfondo de una sociedad en marcha.

La descripción de la pobreza, de la miseria, del abismo social, de la corrupción política, moral y social de la India, se realiza cruda y real. Con un pasmosa naturalidad. Los muertos campan por la película, pero no como en las de gánster o de la guerra de las galaxias americanas. Aquí flotan en el rio. Y los pies se contraen y chamuscan en la pira funeraria.

La corrupción en “la mayor democracia del mundo“ es el hilo en el que se apoya, aunque no es el argumento. El argumento es como puede ascender un paria de la oscuridad a la luz, o como describe el protagonista, del mundo de los flacos al de los gordos. No tengo ninguna duda, que lo que se refleja es la realidad de los países en vías de desarrollo. Alguna similitud, medieval y no tan medieval, la hemos vivido en Europa.

 

El argumento es como puede ascender un paria de la oscuridad a la luz, o como describe el protagonista, del mundo de los flacos al de los gordos

 

A lo largo de la película, el protagonista reflexiona sobre China y su propio país. La disciplina china frente al desbarajuste indio. Pero la película jamás se podría rodar en China, alguna ventaja tenia que tener la India. Si fuese China, viviríamos una de su operas: con rascacielos, banderas desplegadas y nacionalismo. Perfectamente ocultada la realidad de millones de chinos que viven en la miseria.

Pero en el 'ránking' de la miseria, la India se encuentra entre los lideres absolutos. Ahora bien, la revolución ya ha comenzado y los hindúes crecen y crecen. Así la consultora McKinsey pronosticaba, 'El pájaro de oro: el aumento del mercado de consumo indio', que si clase media en 2005 representaba apenas un 5% de la población (50 millones), en 2025 llegará a ser el 41% (583 millones). Ni Europa, ni Estados Unidos juntas.

La película va de eso, de llegar a la clase media. Sin estudios, sin dinero, con inteligencia y superando todas las barreras.

 

Frente a la magnificencia de los edificios de las grandes multinacionales “blancas”, el protagonista tiene fe en su presente y esperanza en su futuro

 

Mas allá del afán del protagonista, que también, lo que me ha llamado la atención es que la película pensada para la India, no esta creada ni pensada para el mundo occidental. Se ha colado en mi casa porque Neflix es un cajón de sastre. El director es un Berlanga hindú. En ella el mundo de occidente, el mundo de “los blancos”, está en descomposición y decadencia. Es la idea base de la película, la gran oportunidad que tiene el protagonista y su país. Una idea, con la que, conseguido su objetivo, finaliza la película.

Frente a la magnificencia de los edificios de las grandes multinacionales “blancas”, el protagonista tiene fe en su presente y esperanza en su futuro. La tiene en él y en muchos hindúes, y lo cree también en los chinos. El desprecio en el futuro del blanco, futuro que es de “los amarillos y de los morenos”, subyace en la película. Una visión de las sensaciones e ideas que trasmitimos, Ellos creen en sí mismos, ellos tienen futuro. Nosotros no creemos en nada, solo tenemos pasado. Y este fue el colonialismo.