La Autoridad Vasca de la Competencia ha cumplido en este 2022 diez años. Sin embargo, hay que preguntarse, ahora que cumple un lustro en el cargo, qué ha hecho Alba Urresola en estos cinco años de mandato.

La AVC ha pasado de ser un órgano que amenazaba monopolios y oligopolios a poner tímidas multas a empresas que fijan a su gusto y antojo cuánto tiene que pagar un guipuzcoano por enterrar a un familiar. Que no olió nada del cartel de las consultoras, que fue trabajo de la CNMC. Que está entre las instituciones con más remanentes sin consumir. Que presume de "creciente demanda" por trabajar con ella y que ha necesitado todo un año para encontrar solo a una de las dos becarias que buscaba para formar en Competencia. Es para hacérselo mirar.