Nace Crónica Vasca. Y lo primero que quiero hacer es darle las gracias por estar leyendo este nuevo medio. Decir que son tiempos difíciles por la pandemia para un sector que vive acongojado desde que el advenimiento de lo digital reventó el modelo de negocio es gastar lágrimas de cocodrilo. Los tiempos son los que son para todos. Así que aquí no encontrarán lloros ni súplicas de lo mal que está el periodismo sino trabajo, ilusión y ganas. Crónica Vasca es un medio hecho en Euskadi, sin ataduras ni cabeceras asociadas, dedicado principalmente a la empresa vasca, a la economía, la política, el análisis y la opinión. Tendremos más secciones, que irán creciendo con el tiempo, pero nuestro objetivo es llegar a los lectores influyentes de Euskadi para ofrecerles una visión distinta de la realidad de nuestro país. Facilitarles las claves de lo que sucede aquí para, con total modestia y en la medida de lo posible, ayudarles a entender el contexto de lo que pasa.

Un medio hecho en Euskadi para los lectores influyentes del País Vasco, sin ataduras ni cabeceras asociadas. Tomando las decisiones aquí para los lectores, empresas, colectivos e instituciones de aquí.

Crónica Vasca aparece en el panorama mediático vasco con la convicción de que el periodismo debe ser constructivo. Eso no es óbice para que denunciemos los errores, los abusos del poder. Para que indaguemos y destapemos aquellos hechos que, por negligencia o intereses ocultos, hacen a nuestra sociedad peor. Pero queremos hacerlo sin apriorismos, sin trincheras mediáticas, sin querer cambiar ni poner gobiernos. Eso no corresponde a los medios. Simplemente, queremos hacer periodismo clásico, del que cuestiona, contrasta e informa con rigor. Esperamos estar a la altura.

Hoy, no existe en Euskadi un periódico digital potente dedicado a las noticias de un sector, el empresarial, cuyo PIB está muy por encima de la media nacional. Queremos dar protagonismo a nuestras grandes empresas, punta de lanza en muchos sectores; a nuestras pymes; al tejido cooperativo; a los miles y miles de autónomos; a nuestro comercio y a nuestra ahora vapuleada hostelería, símbolo orgulloso hasta hace no muchos meses de nuestra forma de ser, de acoger y de compartir. Por supuesto, entendemos que pieza fundamental de todas estas compañías es su parte social y todo lo que les afecta.

La política vasca se encuentra ante un momento apasionante con un gobierno de coalición recién conformado y unos resultados electorales que marcan un importante cambio de tendencia.

De la mano de nuestras empresas van, o deberían ir, nuestras instituciones. La política vasca se encuentra ante un momento apasionante. Con un gobierno de coalición recién conformado y unos resultados electorales que marcan un importante cambio de tendencia. Por un lado, el crecimiento del arco abertzale en el Pleno de Vitoria. Por otro, la caída de votos del PNV frente a la subida de un EH Bildu que a pesar de la abstención sumó apoyos respecto a los anteriores comicios. Detrás, la batalla del PSE para ampliar su espacio a costa del deterioro de Podemos y la pelea del centro-derecha por no caer en el anacronismo y combatir a Vox con la palabra, la razón y el argumento y no compitiendo en propuestas rocambolescas o vetos impropios de una democracia. Intentaremos contarlo y llegar más allá del hecho para aportar las claves.

Ahora mismo, se hace buen periodismo en el País Vasco. Se ha hecho desde hace muchos años. No hace tanto que compañeros y compañeras iban a trabajar con escolta, tenían vetada la entrada a determinados lugares e incluso fueron asesinados por el mero hecho de ejercer en libertad la noble profesión de contar verdades que molestan. Ese tiempo, el del terrorismo, ya es historia. Pero no puede ser olvido. Mantener viva la llama del recuerdo de lo que trágicamente sucedió será también una de las señas de este medio. Por dos razones: por respeto a todos los que sufrieron y para evitar que se repita. No se trata de vivir en el pasado sino de conocerlo para construir un futuro más decente y mejor.

Por último, pero muy importante, la pregunta a cómo vamos a financiarnos en un mundo como el digital. Dos serán las vías que traerán ingresos a Crónica Vasca: la publicidad, con un peso importante del sector privado y con lo que nos corresponda del público; y con la aportación de nuestros lectores. No es posible concebir que el periodismo sea gratis. La prensa es un derecho fundamental caro, que requiere inversiones importantes para mantener a un equipo de periodistas en condiciones dignas. Por eso, paulatinamente, Crónica Vasca cobrará por sus contenidos. Será una cantidad simbólica pero necesaria para mantener la calidad de un medio que nace con vocación de ofrecer periodismo que aporte valor a sus lectores.

Acabo como empecé: gracias por leernos. Esperemos que este sea el primero de muchos días en los que nos encontremos. Todo el equipo de Crónica Vasca os da la bienvenida.