Una nueva semana con terribles datos epidemiológicos en lo que a nuevos infectados, hospitalizados y fallecidos se refiere. Según el ministerio, esta semana han fallecido en España 1800 personas con covid-19. Algunos expertos hablan de que se ha superado el pico de la tercera oleada, pero el decalaje de semanas con las cifras de pacientes hospitalizados y en UCIs pronostica un mes de febrero e inicios de marzo muy complicado, con una elevadísima presión sanitaria. No debemos olvidar que el miedo al virus, a la enfermedad y la propia saturación del sistema de salud provocan retrasos y desplazamientos en el tratamiento de muchas enfermedades crónicas.

Es cierto que todos vivimos y sufrimos una especie de anestesia y fatiga crónica con la pandemia. Es hasta normal, como mecanismo de supervivencia. Sus consecuencias emocionales, psicológicas e incluso adictivas están siendo evidentes en la ciudadanía. La adicción al alcohol, al juego por internet y a los ansiolíticos ha aumentado a lo largo de los últimos meses en Euskadi, siendo la angustia, el estrés y la soledad los principales catalizadores.

En Israel, en las últimas 2 semanas, se ha producido una caída del 41% en los casos, 32% en las hospitalizaciones y 27% en enfermos

Pero esta semana no todo ha sido negativo. Las vacunas y el proceso de vacunación están deparando titulares, afortunadamente esperanzadores. De los más de 50.000 vacunados en ensayos clínicos y los cientos de miles en población real (tras autorización condicionada en los diferentes países), no hay datos de ningún fallecido tras recibir las dosis estipuladas de las vacunas, y los casos de enfermos graves son residuales. Israel, que sirve de espejo al mundo en este proceso, está empezando a vivir el potente y preventivo efecto de las vacunas. En las últimas 2 semanas, se ha producido una caída del 41% en los casos, 32% en las hospitalizaciones y 27% en enfermos.

Europa debe acelerar su proceso de vacunación de forma urgente. Para ello, ya cuenta con una tercera arma, la de AstraZeneca, una vacuna que además de presentar un buen perfil de eficacia-seguridad, podría reducir en más del 60% la carga viral en los vacunados y con ello poder impactar en la transmisibilidad del virus. Esta semana, también se publicaron los resultados provisionales de las vacunas de Johnson & Johnson, con un 66% de eficacia media y Novavax, con un 89%. No obstante, ambas tienen una eficacia significativamente menor (entre el 50 y 60%) frente a la variante sudafricana B.1.351. Así mismo, fue una grata noticia ver publicados en una prestigiosa revista científica, un dato de eficacia del 91,6% para la vacuna rusa Sputnik, con un muy buen perfil de seguridad y con una potente estimulación de las respuesta inmunitarias humoral y celular. ¿Acabará Europa aprobando condicionalmente la vacuna adenoviral rusa?

Hemos dado inicio al mes de febrero con la expectativa de vacunar al 70% de la población durante el verano. Un objetivo ambicioso, que esperemos se pueda cumplir, aunque para ello será necesario acelerar drásticamente el ritmo actual de vacunación

Por último, mientras se da inicio a estudios que permitan combinar dosis de diferentes vacunas en un futuro próximo, también supimos a través de un estudio que las personas que hayan pasado la covid-19 deberían vacunarse, pero les bastaría en principio con una sola dosis para lograr protección y títulos de anticuerpos similares a los que nunca se infectaron y se vacunaron con 2 dosis.

Hemos dado inicio al mes de febrero con la expectativa de vacunar al 70% de la población durante el verano. Un objetivo ambicioso, que esperemos se pueda cumplir, aunque para ello será necesario acelerar drásticamente el ritmo actual de vacunación. La esperanza e ilusión es que si bien el virus tardó un año en infectar a 100 millones de personas en todo el mundo, la humanidad, ha logrado administrar 100 millones dosis de vacunas en 6 semanas. Una carrera necesaria y urgente para superar la pandemia.