¿Qué será será? cantaba Doris Day para localizar a su hijo secuestrado en "El hombre que sabía demasiado” ¿Qué será será? susurra hoy Euskadi entera ante la reunión del LABI y lo que decida el lehendakari Urkullu a su término. Hosteleros, comerciantes, discotecas, hoteles, clubes de fútbol, ciudadanos y ciudadanas contienen la respiración, y no para evitar el contagio. Paradoja.

Una semana después de la conferencia de presidentes, con 30.000 nuevos contagios en Euskadi, 6.000 de ellos en Nochebuena, con los rastreos bajo mínimos, la atención primaria de aquella manera, las farmacias desabastecidas y sin test de antígenos, el pasaporte covid en barbecho (no lo pide ni Txus),… el lehendakari amaga con ponerse duro y empezar a dictar medidas necesarias e impopulares. 

 

 Hosteleros, comerciantes, discotecas, hoteles, clubes de fútbol, ciudadanos y ciudadanas contienen la respiración, y no para evitar el contagio. Paradoja.

 

Una semana, siete días, treinta mil contagiados después de que el lehendakari enviara una carta a Pedro Sánchez explicando lo que Pedro Sánchez - no él, claro-, tiene que hacer. Una semana, siete días, treinta mil contagiados después de escuchar a Josune Gorospe, diputada del PNV en el Congreso, decir que es “desquiciante y difícil de entender” que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no adopte medidas para atajar la sexta ola creciente de la covid-19. Una semana, siete días, treinta mil contagiados después, Urkullu, sin rastro de desquiciamiento o demencia, decide ejercer el autogobierno vasco y puede que anuncie restricciones tras el LABI de hoy. Puede.

Puede que el lehendakari escuche a los expertos que le asesoran y que manejan ¡desde hace varias semanas! la necesidad de adoptar medidas restrictivas que rompan las cadenas de contagios. Sobre todo, de cara al próximo fin de semana, Nochevieja y Año Nuevo, donde las mascarillas y las distancias de seguridad brillarán menos que Olentzero en una discoteca vasca. Estos cotillones y quedadas, unidas a las comidas y cenas familiares, pueden provocar, según dichos expertos, un auténtico “tsunami” de contagios que sitúe a Euskadi en las primeras semanas de enero en una situación crítica. No los primeros -eso ya lo estamos- sino con vuelta ganada.

Así que, medio salvada la Navidad, al Gobierno vasco no le queda otra que empezar a cerrar bares, discotecas y cotillones. Eso sería lo lógico. De hecho, en los globos sondas lanzados antes del LABI de hoy se afirma que nuestras autoridades se decantan por reducir los aforos al 60% en comercios, conciertos, cines, teatros, eventos culturales, bares o restaurantes y a la mitad (50%) en los campos de fútbol y otras «grandes citas sociales, culturales o deportivas exteriores», léase cabalgatas.

 

Estos cotillones y quedadas, unidas a las comidas y cenas familiares, pueden provocar, según dichos expertos, un auténtico “tsunami” de contagios que sitúe a Euskadi en las primeras semanas de enero en una situación crítica

 

Se volverá a prohibir el consumo de pie en la hostelería y no podrá haber grupos de más de 10 personas. Ese mismo número es el que se maneja para los gimnasios: 10 usuarios al mismo tiempo.

Y la traca final: en Nochevieja y Año Nuevo los comercios y bares cerrarán a las nueve de la noche, y los restaurantes y hoteles podrán servir cenas hasta las 23:30. Agur cotillón, agur

Tendremos que esperar al día de hoy para saber si estas medidas se van a aplicar o son una nueva columpiada del ejecutivo vasco para ver como respiramos para luego dejarlas en la mitad. Si finalmente el lehendakari osa tendremos que esperar unos tres días para saber si la Nochevieja se ha contenido o se ha convertido en la Kristallnacht. Es decir, si el Gobierno vasco y los ayuntamientos han puesto las herramientas necesarias para hacer cumplir las medidas o si todo ha sido un (nuevo) paripé. Finalmente tendremos que esperar una semana escasa para saber si hemos contenido la curva o, por el contrario, aquí, la hemos vuelto a liar. 

 

Aviso para navegantes. No tiene sentido adoptar medidas anti pandémicas, o de cualquier otro tipo, si no eres capaz de hacerlas cumplir

 

Pero al final sabremos. 

Posdata. No es necesario decirlo, pero el que suscribe está a favor de las restricciones planteadas y de otras accesorias. Asimismo, es ferviente partidario de coger algo de dinero de, por ejemplo, las múltiples, diversas, y a veces bizarras, actividades del departamento de Arantza Tapia y destinarlas al refuerzo urgente de la atención primaria en Osakidetza.

Aviso para navegantes. No tiene sentido adoptar medidas anti pandémicas, o de cualquier otro tipo, si no eres capaz de hacerlas cumplir. Como referencia cultureta que ayude a entender este aserto, recomiendo la atenta lectura de “Pedro y el lobo”, adaptación de una fábula de Esopo. A los que no puedan con la densidad de la obra les sugiero la versión de Walt Disney.