Zelensky es de esos tipos a los que les das la mano y te toman el brazo. Lo quiere todo. Empezó pidiendo material militar defensivo y no ha parado. Que si tanques, que si aviones, que si misiles. Zelensky pide como la superiora de un convento, como un alcalde de pueblo al que todo le parece poco para sus vecinos, pero claro, como un alcalde de pueblo invadido, que debe de ser mucho peor que uno normal, de los que ya en tiempos de paz son muy pesados.

Claro que Zelensky podía haber sido todo lo contrario. podría haber sido de las superioras que se vienen abajo cuando cae la puerta del convento o como los alcaldes que entregan las llaves al primer soldado que pisa las calles. Aunque pueda no parecerlo, es muy cómodo y, frecuentemente, eficaz. 

Así se ha hecho en muchas ocasiones en la historia en las que el agredido se ablanda, se adapta, se amolda a las nuevas circunstancias y de ese modo salva, frecuentemente, vida y hacienda.

Vichy es una gran vergüenza para Francia, representa la cesión ante el invasor, el sometimiento de los poderes públicos y la emulación de las estrategias políticas nazis tales como la persecución de judíos, masones, liberales y comunistas

Vichy es la localidad en la que se instaló el Gobierno francés cuando la Wehrmacht apabullaba a las tropas francesas y la Cámara de Diputados y el Senado galos creyeron que era más fácil firmar un armisticio con Hitler que plantarle cara.

Vichy es una gran vergüenza para Francia, representa la cesión ante el invasor, el sometimiento de los poderes públicos y la emulación de las estrategias políticas nazis tales como la persecución de judíos, masones, liberales y comunistas.

El mariscal Petain, al frente de aquel Gobierno, evitó muchas muertes y la destrucción de la parte de Francia que hubiera sido escenario de la guerra. Petain hizo, lo que ahora reclaman muchos antimilitaristas, pacifistas y afines; evitó el choque militar y prefirió que triunfara la negociación, el diálogo: La diplomacia.

La diplomacia de Petain hizo que Gran Bretaña fuera la única potencia enemiga de la Alemania nazi, a la que luego se suaron otros países a medida que Hitler se enfrentaba a ellos, como sucedió a partir de 1941 tras la invasión de Rusia.

Afortunadamente, los británicos, liderados por Winston Churchill, no fueron tan diplomáticos como lo fueron los franceses y mantuvieron vivo el frente militar ante la amenaza alemana.

Sin ir tan lejos, otro ejemplo de estrategia diplomática ante la guerra fue la empleada por los líderes nacionalistas del PNV durante la Guerra Civil española. Tras la caída de Bilbao, las tropas vascas se refugiaron en Cantabria desde donde debían de apoyar al ejército republicano en el Frente del Norte. Hacerlo así hubiera prolongado la resistencia republicana ante el acoso de las tropas franquistas, pero eso hubiera costado mucho sacrificio, muchas muertes y toda clase de pérdidas que se quisieron evitar mediante la diplomacia, la que los dirigentes del PNV establecieron con mandos del Gobierno de Benito Mussolini por la que se garantizaba la evacuación de mandos y el respeto a los soldados vascos que se entregaran con sus armas.

Como digo, Zelensky no ha resultado ser un diplomático, por el contrario, se ha entregado a defender la libertad de su país frente a la invasión rusa. Ha puesto a su ejército a cumplir con su obligación y ha solicitado refuerzos a todos aquellos países que han querido escuchar su llamada. Hoy, lo sigue haciendo, sigue exigiendo armamento defensivo y también ofensivo para parar el ataque ruso y para recuperar los territorios que han sido conquistados por el ejército de Vladimir Putin.

En esta búsqueda de apoyos, Zelensky se encuentra siempre con el apoyo constante de Polonia, que desde el primer momento ha acudido a todas las llamadas que ha hecho el presidente ucraniano, también la de la entrega de tanques Leopard, para lo que ha logrado la preceptiva autorización alemana.

Polonia, que sufrió ya las embestidas de los ejércitos nazi y soviético durante la II Guerra Mundial, sabe que la mejor diplomacia que se puede aplicar en este momento es la que conduzca al armamento de los ucranianos, como también lo ven así las repúblicas bálticas, que se saben en el punto de mira del ejército ruso al que con tanta valentía está conteniendo el pueblo ucraniano.

Por el contrario, hay voces, también en el Gobierno de España, que, cuando hablan de evitar el envío de material bélico a Ucrania y defienden la vía diplomática, están avalando las fórmulas que se emplearon en Vichy y en Santoña, la de pactar con el agresor y evitar de ese modo el coste en vidas que representa hacerle frente

Por el contrario, hay voces, también en el Gobierno de España, que, cuando hablan de evitar el envío de material bélico a Ucrania y defienden la vía diplomática, están avalando las fórmulas que se emplearon en Vichy y en Santoña, la de pactar con el agresor y evitar de ese modo el coste en vidas que representa hacerle frente.

Zelensky ha emprendido con eficacia una lucha frontal contra el invasor. Su futuro, el de Ucrania y el de otros países europeos dependen del apoyo que logre esta estrategia a la que los países occidentales pueden responder como lo hizo el belicoso Winston Churchill o como lo hizo el diplomático Mariscal Petain.