Los autónomos volvemos a estar en el orden del día de la agenda política y esto no es habitual, excepto cuando nos van a pedir que paguemos más, o estamos cerca de unas elecciones y alguno se acuerda de nosotros, porque somos más de 3 millones y también votamos.

En esta ocasión volvemos a la palestra porque vuelve a hablarse de la reforma del RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos), reforma que fundamentalmente pasa porque las cuotas que aportamos religiosamente cada mes se ajusten a los ingresos reales que percibimos. La idea que todavía no tiene fecha de negociación tiene sus pros y sus contras.

Entre los pros, parece un sistema más justo y equilibrado que nos acerca a los trabajadores del régimen general y que además, según hemos podido saber mejoraría nuestras pensiones, que por cierto ya era hora. Y entre los contras, el más acusado es el momento, tal y como están las cosas, tal y como está la situación de muchos autónomos, no parece oportuno plantear este debate en una coyuntura económica tan incierta como la que estamos viviendo.

Vamos a los datos de los que disponemos, no demasiados, que es como mejor se entienden estas cosas. Hay en España algo más de 3.250.000 autónomos que se verían afectados por la nueva norma, siempre y cuando consigan mantener sus negocios abiertos para cuando esta llegue. De ellos, 700.000 pasarían a pagar más de acuerdo con los ingresos, y el resto menos, aplicando el mismo criterio de ingresos percibidos.

Hay en España algo más de 3.250.000 autónomos que se verían afectados por la nueva norma, siempre y cuando consigan mantener sus negocios abiertos para cuando esta llegue

Los datos son orientativos entre otras cosas porque como bien sabemos los ingresos de los autónomos son absolutamente volátiles, cada mes es una sorpresa a veces agradable y otras desagradable, lo cual sin duda dificulta que los cálculos de pago se ajusten a la auténtica realidad. De esos cálculos aproximados se desprende que un buen número de autónomos pasarían de cotizar 288,99 euros mensuales a 433,48, lo cual es un buen pico.

En el otro lado de la balanza, el de la compensación obtendríamos a cambio un incremento medio de nuestra pensión de 378 euros lo cual no está mal, sobre todo si tenemos en cuenta que la pensión media que le queda en este momento a un autónomo es de 755 euros al mes. Claro que esta compensación está sujeta a la pendiente reforma de las pensiones así que de momento es una entelequia.

Y quien gana por encima del resto con esta operación, como suele ser habitual es la banca, en este caso la caja común y el Gobierno que se apuntaría un tanto incrementando sus ingresos anuales en más de 5.000 millones de euros. Hasta aquí el trazo grueso de las cifras que seguro que tienen y tendrán matices porque cada autónomo es un mundo, pero por aquí van los tiros.

¿Conviene plantear este debate en el contexto actual de pandemia y de incertidumbre económica?

Y ahora viene la segunda parte, eso que algunos han dado en llamar el sentido de la oportunidad. ¿Conviene plantear este debate en el contexto actual de pandemia y de incertidumbre económica?

El sentido de la oportunidad y el sentido común, hacen pensar que es mejor esperar a que el horizonte se despeje antes de salir en tromba con una medida para la que todavía hay mucho que pulir.

Si volvemos a los datos esos que nos alumbran antes de tomar decisiones, tenemos algunos aportados recientemente por la Asociación de Autónomos (ATA) que son más que significativos y que el Gobierno debería tener en cuenta antes de apuntarse un tanto a nuestra costa.

A los muchos autónomos que ya han tenido que echar la persiana porque la pandemia les ha sorprendido ya esquilmados, se sumarán la friolera de otros 300.000 antes de que acabe el año, esto es prácticamente un 10% del colectivo. La pandemia nos ha supuesto además pérdidas económicas de 70.000 millones de euros. 8 de cada 10 autónomos han visto como su facturación menguaba en un 60%...y así, un buen elenco de cifras que hacen pensar que no estamos precisamente en un momento dulce.

En definitiva Señorías, que si no queremos perder todos, igual conviene esperar y ver lo que nos queda cuando esto pase. Y no se olviden que hay 300.000 autónomos a los que ya les va a dar igual.