Política

Las claves de la pugna entre GKS y Bildu ante las elecciones del 28 de mayo

El movimiento juvenil comunista nacido en Euskadi y con raíces en Sortu, principal partido que compone Bildu, se presenta como una gran amenaza para una formación soberanista que reniega de ellos

6 marzo, 2023 05:00

Disidentes de Sortu”, “reaccionarios” o “rupturistas” son algunos de los distintivos que se le han dado últimamente al movimiento juvenil Gazte Koordinadora Sozialista (GKS) desde ciertos sectores de la izquierda abertzale. Un grupo, que si bien nace realmente de las juventudes de EH-Bildu, y más concretamente del principal partido de dicha coalición, Sortu, a nivel ideológico dice estar bastante distanciada de esa formación política. 

La tensión entre ambas partes es tal que ninguna de ellas ha querido dar sus versiones y hablar sobre cuál es la relación actual entre el partido de la izquierda abertzale y el movimiento estudiantil. De hecho, al preguntar a Sortu sobre el tema, lo único que apuntaron a Crónica Vasca fue que como partido tienen decidido “no hacer ningún tipo de comentario” sobre ello.

Antes de nada, hay que entender que GKS no tiene ningún tipo de vinculación actual con Sortu ni EH-Bildu, más bien todo lo contrario porque son un grupo muy crítico con dichas formaciones políticas. El movimiento surgió del sindicato de estudiantes de la universidad vasca, Ikasle Abertzaleak, y no tienen prácticamente nada que ver con Ernai, la formación juvenil de la izquierda abertzale, heredera de Jarrai y Segi

Jóvenes reunidos por GKS en Pamplona / Europa Press

Jóvenes reunidos por GKS en Pamplona / Europa Press

Conflictos ideológicos llevados a más

El problema, o más bien las tensiones, nacen en febrero de 2019, momento en el que GKS realiza su primera aparición pública en Vitoria, y cuyas bases, compuestas por jóvenes de la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra de ideología fundamentalmente comunista y rupturista con el ‘statu quo’ de la política actual, salen a las calles para denunciar las limitaciones de la política institucional.   

La cuestión está en qué pretenden hacer, si presentarse como un partido político nuevo, pedir la abstención de sus militantes o reclamar el voto para alguna otra formación

Desde entonces, EH-Bildu, y por tanto Sortu, no ha tenido pelos en la lengua a la hora de hablar sobre el desarrollo y la popularización de GKS, que en el último año ha conseguido arrastrar a buena parte de la militancia joven de la izquierda abertzale. De hecho, a finales de febrero de este año, desde la formación soberanista enviaron una circular en la que hablaban de “ataques” organizados por parte de este movimiento y señalaban que sus acciones, lo único que hacían era “debilitar a la izquierda independentista”. En este mismo comunicado aseguraron que GKS “daña la construcción del socialismo”, “alimenta prácticas nocivas” y “actúa de manera excluyente y agresiva”.

Antes de que el partido impusiera esa ley respecto a no hacer declaraciones sobre la relación con GKS, el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, se pronunció en diversidad de momentos sobre el tema, asegurando que la actitud del movimiento juvenil era "sectaria, reaccionaria y agresiva" y aseveró que GKS "no tiene nada que ver con el independentismo de izquierdas". Y el propio Arnaldo Otegi, coordinador general de Bildu, los tildó de "enormemente sectarios", dijo que "tienen un problema con la pluralidad" y afirmó que "nada tienen que ver con la izquierda abertzale" porque "impugnan lo que hacemos". 

Tal ha sido la atención que han recibido últimamente desde diversas formaciones políticas, que la imagen de GKS se ha ido asociando en muchos medios de comunicación con la violencia de la kale borroka en incluso se les llegó a llamar "cachorros de ETA". Una acusación que no dejó indiferente a los integrantes del movimiento, que rápidamente se desligaron de la banda terrorista a través de las redes sociales y otras plataformas, asegurando que su lucha estaba enfocada "en la clase trabajadora", y el desarrollo de una sociedad "socialistas" e "independiente de la oligarquía financiara" y la política actual.

El secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, durante una comparecencia pública por el 10º aniversario del cese definitivo de la actividad armada de ETA. / EP

El secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, durante una comparecencia pública por el 10º aniversario del cese definitivo de la actividad armada de ETA. / EP

Una traba para Bildu en el 28-M

Con todo esto, la mayor preocupación para EH-Bildu en relación con Gazte Koordinadora Sozialista tiene que ver con las próximas elecciones locales del 28 de mayo y con el papel que la formación estudiantil pueda tener en ellas. La cuestión está en qué pretenden hacer, si presentarse como un partido político nuevo, pedir la abstención de sus militantes, o el voto para alguna otra formación. 

Algo que todavía no han dejado claro hasta la fecha, aunque por lo que han ido diciendo a través de diferentes plataformas, no parece que vayan a presentarse a los comicios municipales y forales del 28-M, para explorar hasta qué punto pueden las instituciones políticas actuar ante un contexto que consideran superior a ellas. 

Incluso, han llegado a llegado a acusar a los partidos de izquierdas de “demostrar su incapacidad” para combatir el empeoramiento y el “retroceso en materia de derechos humanos”, y “alimentar una ilusión falsa”, de que un gobierno de izquierdas “es el camino para transformar la realidad”.

Sin embargo, no es descabellado que en un futuro, en función del contexto político, acaben presentándose de alguna forma para dar a su militancia una plataforma que recoja su voto. Aunque aseguran que ese no es su objetivo final, ya han señalado en otras ocasiones que ven necesario “articular una fuerza de masas independiente a los partidos parlamentarios, con carácter de clase y socialista”. ¿Será esa "fuerza de masas" finalmente un partido? ¿Habrá una formación que compita con Bildu ante las autonómicas vascas de 2024? ¿Tendrá Otegi que competir con alguien más joven que también hable de "socialismo" y de "estado vasco"? 

Por todo esto Sortu, y por tanto Bildu, se encuentran en una situación ciertamente complicada, con un movimiento como GKS que cada vez reúne a más jóvenes y le arrebata progresivamente a la coalición soberanista buena parte de su militancia futura. En concreto, en las últimas manifestaciones organizadas por Gazte Koordinadora Sozialista en Pamplona y Bilbao reunieron a unas 7.000 personas, 2.500 en la capital navarra y 4.500 en la ciudad de Vizcaya.