Sociedad

Euskadi cumple un año de emergencia sanitaria con la amenaza de "un cambio de tendencia"

El Gobierno vasco presenta 'Memoria de un año de pandemia', un extenso documento donde advierte a la población de que no debe relajarse por "temor a un nuevo pico epidémico"

12 marzo, 2021 17:13

Este sábado 13 de marzo se cumple un año desde que a propuesta del lehendakari, Iñigo Urkullu, se adoptase la declaración de emergencia sanitaria en Euskadi al amparo del LABI. Y llega con una incidencia del virus al alza que amenaza con "un cambio de tendencia", según ha advertido este viernes el Departamento de Salud, a través de su viceconsejero José Luis Quintas. Euskadi suma 200 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, un punto más que el día anterior, rompiendo la tendencia a la baja de la curva iniciada hace algo más de un mes. Urkullu, que este viernes ha presentadola 'Memoria de un año de pandemia', un amplio domento de más de 50 páginas que recoge la gestión del Gobierno vasco durante este período, ha apelado a la responsabilidad social para hacer frente a la crisis pandémica. El documento presentado por el lehendakari advierte a la población de que no debe relajarse por "temor a un nuevo pico epidémico", donde las nuevas variantes del virus juegan ya un papel demoledor: el 65% de los casos de coronavirus que se registran a día de hoy en Euskadi son de la cepa británica.

En el documento hecho público este viernes, el Gobierno vasco insiste en que en estos momentos no cabe relajación por el "temor a un nuevo pico epidémico" de la covid-19 y la incidencia de las nuevas variantes. La británica ya es dominante y representa más del 65% de casos. El Ejecutivo mantiene "prudencia" sobre el proceso de vacunación, pero prevé que para el mes de junio podrían estar vacunadas al menos todas las personas mayores de 70 años, sanitarias, colectivos más vulnerables y colectivos esenciales. El texto recuerda que, a lo largo del año, se ha vivido "una situación inédita y desconocida con una afección a la vida social que nunca" se habría imaginado, y que han sido 3.912 las personas fallecidas en Euskadi. En la actualidad, subraya que "la crisis sanitaria se mantiene y se padece sus consecuencias en todos los órdenes de la vida". A mediados de marzo de 2021, destaca que "el temor a un nuevo pico epidémico y la incidencia de las nuevas variantes del virus no permiten relajación ninguna", por lo que "es indispensable que toda la ciudadanía responda como un equipo en el cumplimiento de las duras medidas de restricción y limitación que impone la defensa prioritaria de la salud pública".

No obstante, reconoce que la puesta en marcha el 27 de diciembre de 2020 del proceso de vacunación "se presenta como una gran esperanza", pero puntualiza que el primer trimestre de este año "la disponibilidad real de vacunas ha sido muy inferior a la prevista". También advierte de "la inseguridad" que existe sobre el calendario y cantidad de dosis de las que se dispondrá en próximos meses, "lo que impide realizar una planificación con garantías". Por ello, explica que se ha producido un escenario de "escasez real" de vacunas cuando había "una expectativa social" de que se iba a disponer de más antídotos. Ante esta situación "crítica", indica que ha sido necesario "establecer un plan de vacunación con diferentes escenarios que se adapta de forma continua a las contingencias e imprevistos provocados por las decisiones de las empresas farmacéuticas y la UE obliga". No obstante, subraya que, "del mismo modo que se han superado todos los problemas anteriores, Euskadi superará también las contingencias derivadas de los problemas" de las farmacéuticas en la distribución de vacunas. "A pesar de la escasez actual, toda la población vasca será vacunada", asevera.

En la memoria, también se hace una mirada prospectiva al segundo trimestre de 2021 y se señala que la situación ha mejorado pero la "predicción es incierta". Por ello, cree que no puede hacerse una "previsión clara" sobre cuál será la situación en los próximos meses. En este sentido, considera que la evolución de la segunda quincena de marzo y primeras semanas de abril será, en este sentido, "determinante". "Nos encontramos en una coyuntura de alta incertidumbre", ha añadido.

En junio tienen que estar vacunados los mayores de 70

El documento señala que los principales factores que alimentan este contexto son cuatro: el riesgo que representa la extensión de nuevas variantes del virus, la "ralentización" en la tendencia descendente que se observa desde primeros de marzo, los "repuntes" en la tendencia que están reflejando algunos países del entorno, y el "efecto negativo que pudieran tener procesos de desescalada precipitada junto a la relajación social". En la vertiente positiva, sitúa la perspectiva de vacunación de los próximos meses y el hecho de que un número significativo de localidades de Euskadi está consiguiendo sostener durante días su tasa de incidencia acumulada en 14 días por debajo de los 60 casos por cada 100.000 habitantes.

Por otra parte, se señala que el tercer pico epidémico de la segunda ola ha dibujado, hasta el momento, una curva similar a la del segundo pico, aunque con incidencia "menor", si bien el sistema sanitario se ha visto "más tensionado" en este tercer ascenso que en el segundo, aunque "sin llegar a los niveles de la primera ola". En este sentido, se advierte de que el "suelo alto" de la ocupación de UCIs es un "factor de atención prioritaria" y que, si hubiera que enfrentar un nuevo pico o una nueva ola epidémica, se tendrá como base
"un punto de partida de mayor tensionamiento que en el anterior pico". El documento indica que "la mirada" al periodo marzo-junio se ve condicionada por dos variables importantes: "la variable negativa de las variantes mutadas del virus; y la variable positiva del impacto de la vacunación".

En la vertiente negativa, se alude a la incertidumbre por la incidencia que pueda llegar a tener, en Euskadi, la variante británica, u otras del SARS-CoV-2. En concreto, precisa que la prevalencia de la variante británica del virus ha progresado hasta llegar a ser predominante y en las muestras analizadas en la semana del 1 al 7 de marzo ya representa más del 65%. En esta coyuntura, indica que las previsiones no pueden ser todavía definitivas y se puede dar un escenario de infectividad "significativamente mayor que multiplique la Tasa de Incidencia Acumulada en pocas semanas" o bien "un escenario de incremento moderado de la incidencia bien porque la contagiosidad no es tan intensa o porque las medidas de prevención adoptadas constituyen un medio de contención eficaz".

En la variante positiva, se sitúa el proceso de vacunación y se precisa que, a fecha de cierre de este documento está prácticamente completada la vacunación de las personas del ámbito sociosanitario y en la vacunación de los profesionales sanitarios de la Sanidad Pública se ha alcanzado ya un 43,50%. El Ejecutivo contempla, aplicando un criterio de "prudencia conservadora en las previsiones", para el mes de junio puedan estar vacunadas, al menos, todas las personas mayores de 70 años, además de los sanitarios, los colectivos más vulnerables y los colectivos esenciales. Ello puede suponer que el indicador de gravedad -que viene esencialmente determinado por el riesgo de afección en el sistema hospitalario y, especialmente, en la ocupación de las camas UCI- "pueda verse aliviado".

La ley vasca antipandemia

La 'Memoria de un año de pandemia' recuerda que, con motivo de las resoluciones del TSJPV, que han revocado determinadas restricciones decretadas por el Gobierno vasco para luchar contra la covid-19, el Gobierno Vasco ha propuesto cambios en el contenido del Real Decreto del estado de alarma "para dotar de mayor seguridad jurídica" a sus medidas, pero "no han sido tramitadas por el Gobierno español". Tras haberse "topado con obstáculos jurídicos a la hora de abordar la gestión de la crisis sanitaria y sus respuestas", el Ejecutivo ha planteado impulsar una Ley vasca antipandemia "que permita dotar de la máxima garantía jurídica" a las decisiones que adopte, adoptadas en el ámbito de las competencias propias. La norma ordenaría "el comportamiento y las actuaciones de instituciones, agentes públicos y privados y de la ciudadanía", y clarificaría "los ámbitos de actuación posibles", dentro de las competencias establecidas en el Estatuto de Gernika y de la legalidad vigente.