Sociedad

Los txikiparks se asoman al abismo

Más del 50% de los centros de ocio infantil han tenido que cerrar su negocio por no poder hacer frente a la situación económica desde la llegada de la pandemia

5 agosto, 2021 05:00

Pasar una tarde de lluvia en un txikipark o celebrar los cumpleaños infantiles en un parque de bolas siempre han sido buenas alternativas para los más pequeños y sus familias. Sin embargo, ahora, parece que eso ha quedado en el olvido. El sector del ocio infantil está sufriendo una gran crisis económica desde la llegada de la pandemia. Más del 50% de los locales de este tipo se han visto obligados a tener que cerrar los negocios por no poder enfrentarse a las deudas económicas que se venían generando desde marzo del año pasado. 

“En una época normal estaría celebrando una media de cuatro  cumpleaños al día. Ahora solo uno. Las reservas han caído en picado y a pesar de reducir el aforo como medida de prevención contra la Covid-19, la demanda sigue siendo mínima. Por eso, muchos locales no han podido hacer frente a la situación y han tenido que cerrar.”, señala Rebeca Belloso, propietaria de Territorio Dakota. En el mejor de los casos, como ocurre en el centro de Galaxy Park de Donosti se están cubriendo los gastos, pero el aforo sigue estando limitado al 35% y la facturación todavía está lejos de alcanzar las cifras de la era “pre-covid”.

El miedo de los padres por un posible contagio es el principal enemigo de estos parques privados. “Ahora que los niños van a ser el único grupo que va a estar sin vacunar complica más la situación, porque muchas familias van a seguir sin verse seguras”, declara Mikel Laborería, dueño del Galaxy Park. “Da la sensación de que nuestro negocio no es seguro pero llevamos a cabo todas las medidas de higiene pertinentes”, añade. Cristina Jaume, responsable, de Sherwood Park Bilbao cuenta con elementos para la desinfección constante del espacio, además de poner en funcionamiento un protocolo extendido con medidas de seguridad,  pero toda prevención sigue siendo insuficiente para ganarse la confianza de los clientes. “Los padres tienen que ir quitándose el miedo, si no es imposible que el negocio salga adelante”, declara. 

Laborería reconoce que es normal tenerle respeto al virus, pero advierte que hay otros lugares de disfrute en los que la desinfección no es constante y no causan ese rechazo. “Los parques públicos están muchas veces más llenos que nuestro local y son más difíciles de controlar”. Además, el propietario de Galaxy Park, asegura que este tipo de actividades son beneficiosas para los pequeños y que ningún niño se las debería de perder. “Llega un punto en el que tienes que determinar si quieres que tus hijos se pierdan estas cosas. Esta situación va para largo y en la medida de lo posible hay que intentar hacer vida normal”. 

Otras quejas

No obstante, diferentes miembros del sector se quejan de que ese no es el único motivo por el que el negocio se encuentra al límite. Denuncian la exclusión económica e informativa  por parte del Estado. “He tenido que pedir préstamos y tirar de los ahorros que tenía para hacer frente a estos meses. Yo de momento no me he visto en la obligación de cerrar, pero ya hay locales del sector que no han podido aguantar la situación y se han visto forzados a desmontar el negocio”, sostiene Belloso. “Además, por si esto fuera poco, no se han dado ayudas para poder mantenernos”, apunta esta profesional que no va a parar de luchar hasta conseguir sacar su actividad adelante. 

Con el fin de  dar voz de alarma a la situación, un grupo reducido de trabajadores del sector de las fiestas infantiles de Euskadi se ha unido para montar una asociación autonómica y crear una federación a nivel estatal junto con otras comunidades. De esta manera, esperan poder dar más visibilidad al sector y recuperarse de este duro golpe que les sigue azotando. Mientras tanto, todos ellos siguen viviendo en la incertidumbre de lo que ocurrirá, pero con la esperanza puesta en el siguiente curso escolar que empezará en el mes de septiembre.