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"La vacuna debe responder cuestiones clave para acercanos a la normalidad a finales de 2021"

El investigador Gorka Orive prevé la normalidad a finales de 2021 si la vacuna es eficaz en colectivos de riesgo y su inmunidad es duradera,.

11 noviembre, 2020 01:01

El investigador, divulgador y profesor de la Facultad de Farmacia de la Universidad del País Vasco, Gorka Orive, analiza los elementos más importantes sobre la vacuna contra el coronavirus que ha anunciado la farmacéutica Pfizer. Orive, además, acompañará a los lectores de Crónica Vasca para ir señalando las claves científicas a las que prestar atención en el reto de hacer frente a la COVID-19.

Para el investigador, el anuncio realizado por Pfizer es una buena noticia que, "además, supera las expectativas en cuanto a la eficacia del medicamento superando el 90% de efectividad en los casos probados, muy por encima del 50% establecido por las autoridades sanitarias americanas". Aún así, Orive, ha destacado la importancia de esperar a los estudios clínicos y científicos que pueda presentar la farmacéutica y que ahonden la información presentada en el comunicado de prensa. Por eso ha señalado que prefiere “ser muy cauteloso”, ya que “todavía no se ha acabado el ensayo clínico no hay dossier científico”.

Las claves que darán garantía a la vacuna

Las claves a tener en cuenta sobre un escenario de vacuna con eficacia del 90% residen para el investigador tres cuestiones. La primera es “la duración de la inmunidad, dado que la alta eficacia es importante, pero es también fundamental la duración de la inmunidad, no es lo mismo que la vacuna prolongue sus efectos seis meses o dos años”. Otro elemento fundamental es conocer “cómo es capaz de proteger a los grupos de riesgo”. Y, en tercer lugar, conocer, “si la gente vacunada puede infectar a terceros”.

Si la vacuna cumple estos requisitos: “tiene una eficacia del 90%, es una vacuna segura, con inmunidad duradera y, encima, previene la infección de los contagiados, pues tendrá todos los elementos para lograr la inmunidad colectiva que ponga fin a la cadena de contagio”.

Siguientes pasos

En cuanto a los siguientes pasos, el profesor de la UPV ha insistido en que “lo primero es acabar el ensayo clínico y terminar la línea científica”. En este punto ha recordado que las agencias oficiales del medicamento establecen una serie pruebas para validar la vacuna, aunque “cabe el trámite por vía de urgencia”.

Superado este punto, el reto sería “la fabricación, la logística y el transporte, así como un plan detallado de los grupos de riesgo sobre los que comenzar el tratamiento”. Orive ha destacado que “afortunadamente vienen otras vacunas y eso me hace ser optimista porque hay 10 proyectos en fase tres, pero otros 40 en fases uno y dos. Es algo sin precedentes en la investigación y es algo que  permitirá aumentar la velocidad del proceso de fabricación para llegar a más personas”.

Del transporte y administración del fármaco de Pfizer, el investigador ha destacado “dos elementos limitantes”: La necesidad de administrar el tratamiento en dos dosis inyectables y la necesidad de “temperaturas de entre 70 y 80 grados bajo cero para su almacenamiento que son, en nuestro entorno, accesibles, pero lamentablemente no en todo el mundo”. “Lo que sí está claro”, ha añadido, “es que el proceso será gradual,  atendiendo primero a los más vulnerables”.

La importancia de la transparencia y las medidas de prevención

Otro de los elementos que puede favorecer la velocidad de aplicación es el dar información a la población, ya que “si se es transparente y con resultados, animaría a la gente y aceleraría la aplicación y para finales de 2021 el escenario sería mucho mejor”. Aún así, Orive ha destacado que es importante no olvidar que “el riesgo por este anuncio no cambia, el riesgo es el mismo. Por lo tanto, nuestra vacuna son las medidas preventivas como el uso de la mascarilla o la distancia social, y no vas a ser tan fácil quitárnoslas durante el año 2021”.