Gotzone Sagardui, consejera de Salud, continúa en el ojo del huracán. Esta semana ELA, Satse, LAB, SME, CC.OO y UGT convocaban dos jornadas de huelga en Osakidetza bajo el lema: “No al desmantelamiento de la sanidad pública”, pidiendo la dimisión de esta política. Pedían a la consejera la oportunidad de retomar la negociación sobre las condiciones laborales de los profesionales sanitarios y criticaban el “bloqueo absoluto de la mesa”. 

La respuesta de Sagardui no variaba mucho del discurso que lleva siguiendo desde que hace un año tuvo lugar la primera gran huelga de este sector. “Sí, hay problemas en Osakidetza; pero estos se originan en la falta de profesionales, un problema estructural que afecta a toda España y Europa”. Sus soluciones distaban mucho de lo pedido por sindicatos y sanitarios: “Como son a largo plazo, habrá que convivir un tiempo planificando alternativas de manera que si no es en un centro, en el más cercano, la atención esté garantizada”. 

Destaca, sin embargo, el flojo seguimiento que ha tenido esta convocatoria entre los profesionales. Hospitales con la mayoría de sus sanitarios y citas atendidas a su hora era la estampa que se observaba durante la primera jornada de huelga, recogida por Crónica Vasca. Aparente normalidad en los centros, al menos en el Hospital de Txagorritxu de Vitoria, pese a que los sindicatos cifran el seguimiento de las jornadas de huelga en torno al 50% de los más de 40.000 profesionales convocados. Porcentaje que el Gobierno vasco rebaja hasta el 0,10% en el turno de noche. 

La mera celebración de la huelga evidencia que los problemas prosiguen en Osakidetza. Y Sagardui es quien tiene que trabajar para resolverlos. Ella dice apostar por el diálogo pero por ahora parece un diálogo de sordos