El consejero de Seguridad y vicelehendakari primero, Josu Erkoreka, está pasando ahora por uno de sus momentos más complicados en el cargo. Con cientos de ertzainas manifestándose cada semana y con los sindicatos de este cuerpo de policía reclamando la actualización de un convenio regulador que lleva 12 años estancado y una subida salarial lineal que, al parecer, es imposible de llevar a cabo, Erkoreka es el gran señalado de un conflicto que se continúa estirando y no parece tener una solución al corto plazo.
Es verdad que el consejero no está siendo la figura más receptiva ni la que más soluciones está dando para acabar con este pulso entre su departamento y los sindicatos de la Ertzaintza. Y también es cierto que su posición contra el colectivo asindical 'Ertzainas en lucha' parece estar más cerca de la confrontación que de la integración de esta plataforma en las negociaciones, aunque es algo comprensible si se tiene en cuenta que de este nuevo movimiento reivindicativo no se sabe apenas nada.
Sin embargo, hay que romper una lanza a favor de Erkoreka. Mas allá de que no se reúna él directamente con los representantes sindicales y que delegue estas labores a otras personas de su departamento, al menos ha conseguido que Erne, Esan, Esupel y Sipe se hayan sentado de nuevo en la Mesa de Diálogo, aunque fuera solo durante unos minutos. Y ha lanzado un plan plagado de propuestas. Plan insuficiente para los sindicatos, pero al menos ha movido ficha.