Euskadi está sumido en un importante, aunque tardío, despliegue y apuesta por las energías renovables. Será Mikel Jauregi el que, tras la estela que le ha dejado su antecedora, Arantxa Tapia, tendrá que ajustar esa apuesta por este sector que requiere especial colaboración entre agentes públicos y privados.
Una de las apuestas más novedosas, y que cobrará especial relevancia en 2025, es el dispositivo Marmok (marmoka es medusa en euskera) de la bizkaina Idom. Una boya gigante que ha superado ya su particular 'proceso de prueba' -tres inviernos consecutivos en mar abierto- y que consigue producir energía con el movimiento de las olas.
La puesta en marcha y los resultados del proyecto de la ingeniera vasca de Luis Rodríguez supondrían un antes y un después en el plan de puesta en marcha de Lakua, facilitando así una alternativa a otros proyectos cuyo despliegue podría extenderse en el calendario.