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Confebask acertó plenamente esta semana cuando denunció que el acuerdo arancelario al que llegaron Donald Trump y Úrsula von der Leyen es malo para la industria vasca. Porque la patronal presidida por Tamara Yagüe verbalizó lo que piensan los empresarios afectados por dicho pacto. 

Afirmaron desde Confebask —compuesta por la vizcaína Cebek, la alavesa SEA y la guipuzcoana Adegi—, que el citado pacto provocará que la industria vasca vea incrementados sus precios en EEUU especialmente en tres sectores: el acero, la automoción y la máquina herramienta, pero también lo tendrá en otros sectores como el energético o el vitivinícola. 

Eso es justo lo que va a pasar. O, al menos, eso es lo que puede esperarse de un acuerdo que, al menos, resulta incompleto para los intereses de Euskadi, en particular, y de toda España, en general. 

Pero es que, además, Confebask acierta con su visión aunque no se conozca todavía toda la letra pequeña del acuerdo. 

"La imposición de aranceles, independientemente de su porcentaje, supone dar comienzo a una nueva era de proteccionismo que va en contra de la libertad de mercado y el desarrollo global", afirmaron desde la patronal. 

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