La aeronáutica ha estado íntimamente ligada al País Vasco desde sus orígenes en España. Ahora son momentos especialmente complicados para el sector en el que las empresas afrontan ajustes de plantilla, caída de pedidos y problemas de liquidez motivados por la pandemia. Importantes compañías vascas como ITP, Aernnova, Alestis o Aciturri, así como una importante cadena de proveedoras, se enfrentan un año clave para activar el Aerofondo y el Plan Tecnológico Aeronáutico, así como confiar en la recuperación de los vuelos.

El origen de la aeronáutica vasca son cuatro amigos de 16 años intentando despegar un artefacto desde el monte de la "tortilla"

 

El panorama, en cambio, era muy diferente hace 100 años, cuando comenzaban los primeros movimientos de la aeronáutica vasca impulsados por un grupo de locos amigos que, con solo 16 años, intentaban despegar en un artefacto desde el “monte de la tortilla”, un paraje al sur de Vitoria. Entre ellos, destacaban Heraclio Alfaro Fournier e Ignacio Hidalgo de Cisneros. El primero marcharía a Francia para aprender a diseñar y pilotar aviones y luego seguiría su andadura por Estados Unidos convirtiéndose en una figura internacional de la aeronáutica. Hoy el Aeroclub de Vitoria lleva su nombre en recuerdo y homenaje.

El segundo, Hidalgo de Cisneros, quizá haya quedado más en el olvido. Y es que trata de una de esas figuras que vivieron entre dos bandos, sobresaliendo de una mediocridad general que obligó a escoger entre blanco o negro, rojo o azul. Uno de los habitantes de esa ´Tercera España´. Perdió la guerra y, como somos un país que debe convivir con el drama de no saber contar la historia si no es contra alguien, su figura quedó en el ostracismo hasta que la rescató su sobrino, Ignacio Hidalgo de Cisneros Alonso. Primero repatriando sus restos para enterrarlo en Vitoria en 1994 y después editando su biografía en 2001. Un relato delicioso lleno de humanidad: ”Cambio de Rumbo”.

Hidalgo de Cisneros perdió la guerra y, como somos un país que no sabe escribir la historia sino es contra alguien, su figura quedó en el ostracismo hasta que la rescató su sobrino Ignacio Hidalgo de Cisneros Alonso

 

Y es que Hidalgo de Cisneros, heredero de una bien asentada familia carlista de Vitoria, siguió la tradición de sus padres y se hizo militar, pero guiado más por su afán por volar que por ímpetus belicistas. Llegó a ser el máximo responsable de la aviación republicana en una contienda en la que se enfrentó a su querido hermano, Paco Hidalgo de Cisneros, que fue teniente coronel en la ofensiva de Teruel. Y con el que mantuvo siempre el contacto en un ejemplo de cariño y respeto por la libertad de las ideas del otro. 

Antes de la Guerra Civil, Hidalgo de Cisneros, estuvo destinado en África en un pequeño fuerte con aeródromo. Allí voló con Antoine de Saint-Exúpery, también piloto y autor de “El Principito”. Allí también, frustrado ante la pervivencia de la esclavitud, llegó a comprar por 90 duros a muchos esclavos para liberarlos.

En África llegó a comprar esclavos para liberarlos

 

Se casó con Constancia de la Mora en el primer matrimonio civil que se dio en España y con el escándalo familiar que acarreó en su casa y en la familia de la novia, ya que esta era nieta del conservador Antonio Maura, que fuera presidente del Consejo de Ministros durante el reinado de Alfonso XIII.

En la Guerra Civil, este pionero de la aeronáutica fue protagonista de excepción de un vuelo para la historia. Al final de la contienda, fue el encargado de sacar de España en un aeroplano a Dolores Ibarruri, la Pasionaria, a Rafael Alberti y a su compañera, María Teresa León. Lo relata con todos los detalles Andrés Trapiello en su libro “Las armas y las letras”, lo que también descubre es un detalle desconocido. Y es que en ese avión había también un hueco para Miguel Hernández. Pero el poeta lo rechazó con rabia por su profunda enemistad con Alberti al que acusaba de ser una de las pocas personas que en el Madrid de la guerra hacía tres comidas al día y, además, ganaba peso.

Pilotó el avión que sacó de España a la "Pasionaria" y a Rafael Alberti y en el que pudo viajar también Miguel Hernández

 

Durante la dictadura, su residencia fue de México a diversos países de la Europa del Este, hasta que falleció en 1966 en Bucarest, Rumanía. Poco antes había muerto también su hermano Paco, separados por la guerra, pero unidos por el cariño. Se acercó hasta Hendaya donde pudo, al menos, abrazar a sus sobrinos para transmitirles el pésame por el fallecimiento de su padre.  

 

*Ignacio Hidalgo de Cisneros Alonso, que recuperó la autobiografía de su tío y la reeditó en España en 2001 contribuyendo así al reconocimiento de su figura, falleció en noviembre de 2019.