Hace diez años que San Sebastián era elegida Capital Europea de la Cultura y hace cinco que fue designada oficialmente tras un proceso de seguimiento que ratificaba el compromiso para con la cultura en la ciudad. Durante 2016, la capital gipuzcoana se mostró a Europa y al mundo a través de todo tipo de manifestaciones artísticas, en busca del reconocimiento internacional impulsado por una oferta cultural ya entonces sólida en la ciudad. Talleres, conferencias, degustaciones gastronómicas, residencias artísticas, exposiciones, proyecciones y conciertos destinados a convertir Donostia en un modelo de convivencia y actividad cultural todavía enriquecen la oferta de la ciudad, si bien no con la fuerza que supuso la capitalidad, en el marco de un éxtasis al que rodeaban partidas y organismos ad hoc en aquel momento.
Por aquel entonces, dos grandes ejes nacían en el seno del proyecto, 'Olas de energía', con el objetivo de incluir a la ciudadanía como agente cultural, y 'Conversaciones', promoviendo el intercambio como catalizador de la creatividad. Ambas formadas por proyectos que continúan creando sinergias entre artistas y personas de todas las edades gracias a la voluntad de agentes culturales que mantienen vivo el espíritu de Donostia2016.
Uno de ellos es Hip-Hip URRI! de la asociación cultural Ikertze, una iniciativa que adopta la idea creada en Holanda en torno a las actividades de ocio cultural en familia. "Hubo muchísimo movimiento, todo el mundo quería hacer cosas para Donostia2016", recuerda Nuria Fernández, al frente de la asociación, "después hubo bajón de oferta cultural y a nivel trabajo lo hemos notado, al acabarse la capitalidad muchas subvenciones desaparecieron y otras se han reducido muchísimo. Por desgracia, el sector cultural suele ser bastante deficitario, si se quitan fondos las iniciativas se reducen".
Aunque la financiación directa de la Unión Europea se limita a 1,5 millones de euros, el efecto de la propia concesión supone una palanca en la cantidad de fondos que se dedican al programa, además de ser un generador de interés y financiación por parte de autoridades regionales, nacionales y contribuyentes privados. Ya en el marco de la candidatura, todo sea dicho, la ciudad sufrió una reducción de casi la mitad de su presupuesto real en relación con la fase de oferta inicial.
Dificultades para acceder a Europa
Aun y todo, desde Ikertze, han seguido formulando proyectos a Europa que no han conseguido la proyección internacional. Aunque aplauden el nivel de difusión de la totalidad de actividades culturales en San Sebastián, echan en falta entidades públicas que ayuden a formular este tipo de proyectos. De hecho, la sede de Europa Creativa, para el asesoramiento y oportunidades de financiación a nivel estatal, se encuentra físicamente en San Sebastián, si bien la falta de personal hace inviable la gestión de todas o muchas de las propuestas. "Nos intentaron ayudar con algún proyecto pero solo tienen una persona, que esta saturada, y esto dificulta el presentar un proyecto competitivo a nivel europeo".
Aunque los recursos son escasos en función del área de trabajo, las asociaciones coinciden, "la relación con las instituciones es buena". "Todas las propuestas son escuchadas", afirma Ana Molina desde la asociación Mestiza, "nuestras iniciativas siempre han sido bien acogidas, aunque no llegaran a desarrollarse se aceptan y analizan para ver si finalmente hay cabida". La asociación mantiene, de hecho, uno de los proyectos que daba sus primeros pasos con 'Olas de energía' bajo el nombre "El lino 2016", en torno a la concienciación del valor de las fibras naturales y todo lo que las rodea.
"Creo que San Sebastián es una ciudad que tiene un fondo cultural potente y Donostia2016 ha allanado el camino a nuevas propuestas", explica desde la asociación, centrada en proyectos artístico-socioculturales y la diversidad multicultural que conecta la cultura vasca y las diferentes culturas del mundo, en contacto permanente con las instituciones para llevar a cabo sus propuestas.
La más activa, si cabe, K-Bulegoa, perteneciente a la diputación y de existencia posterior al nombramiento de la ciudad. "Crearon la oficina precisamente para ayudar a entidades sociales y culturales en el tema de ayudas públicas y asesoramiento a través de reuniones, ahora mismo el mayor esfuerzo viene de la Diputación", resalta Fenández desde Ikertze.
Los jóvenes se desmarcan de la oferta
En la misma línea se expresa Marilen San Sebastián desde Eragin, "tenemos una ciudad culturalmente muy activa, bien hablemos de música, pintura, conferencias y otro tipo de expresiones". Respecto al nombramiento de la Capital Europea, "Donosti se puso un poco más en el mapa, hubo mucha promoción y la gente respondió, pero nunca se han dejado de hacer cosas". El público, sin embargo, varía con la edad. Y es que si hay otro aspecto en común entre varias asociaciones es la falta de oferta para los jóvenes, o al menos, que llegue con éxito la franja de la adolescencia. "No hay un atractivo fuerte para ellos, no mucho más allá de conciertos masivos de madrugada", explica.
"Hay una oferta cultural para personas adultas, incluso para infancia, pero no para la adolescencia", añade Fernández, "es difícil trabajar con ellos y nosotras llegamos a través de los institutos, pero es un público cautivo porque no son ellos quienes deciden ir a ver la obra. Quizás haga falta buscar otras fórmulas".
Reactivación tras la pandemia
Más allá de los años transcurridos desde el bum de la cultura en la ciudad, la pandemia ha supuesto una sacudida para el sector al que alimenta la afluencia del público y el movimiento social. Al inicio de la pandemia, alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, anunciaba el cierre de las casas de cultura para hacer frente a la propagación del coronavirus, así como la actividades de Donostia Kultura durante los meses de desescalada.
A pesar del parón de actividad, de restricciones, y la ausencia de público, la mayoría de asociaciones han mantenido su actividad, muchas con previsiones para verano en el marco de vacunación y libre movilidad. De hecho, el alcalde ha apuntado a la recuperación este verano de algo de actividad cultural, incluso festiva en la capital. "Con la cultura tenemos una apuesta clara. Vamos a hacer lo máximo que podamos hacer. Las fiestas son mucho más complicadas, son espacios abiertos, muchas se basan en la aglomeración pura y dura y eso es más complicado. No descarto nada, pero no soy un inconsciente y no lo veo sencillo, Haremos los que podamos", argumentaba el edil.