El Museo de Bellas Artes de Bilbao ha adquirido en la la feria de arte ARCO 2021 de Madrid el mural de Agustín Ibarrola inspirado en el Guernica de Pablo Picasso. El mural ha sido comprado por 300.000 euros gracias a una aportación extraordinaria de las tres instituciones fundadoras del museo, Gobierno Vasco, Diputación Foral de Bizkaia y Ayuntamiento de Bilbao.
Tal y como ha informado la pinacoteca bilbaína en un comunicado, con esta adquisición, el Bellas Artes incorpora a su colección permanente este mural realizado por Ibarrola (Bilbao, 1930) en 1977. Según han explicado desde el museo, esta emblemática obra del arte vasco y de la producción del pintor constituyó, además, uno de los episodios más significativos de la historia reciente del museo.
Según cuenta Europa Press, el Bellas Artes ha comprado el mural, de 10 metros de largo y dos de alto, a la galería madrileña José de la Mano, que ha sido quien rescató la obra que permanecía almacenada desde hace décadas, ya que su última exhibición en público fue a comienzos de los ochenta.
Con su Gernica, Ibarrola quiso homenajear el cuadro que Picasso realizó en 1937 y también buscaba que su creación fuera la expresión simbólica de la reclamación del cuadro original por parte de un grupo de artistas e intelectuales para que el cuadro del malagueño recalara en la villa de Gernika en un nuevo museo construido a tal efecto.
El mismo año de su creación, la obra se expuso en la sala Gris del propio Museo de Bellas Artes de Bilbao, que volvió a presentarla dos años más tarde, esta vez acompañada por otras creaciones de Ibarrola de estilo geométrico y con su característica temática social de obreros y fábricas.
Guernica, que volvió a exponerse, esta vez fuera del museo a comienzos de los ochenta, había permanecido desde entonces en el estudio del artista en su caserío familiar de Gametxo, en Ibarrangelu (Bizkaia). Pese a su almacenamiento durante años, se encuentra en "un excelente estado de conservación", han resaltado.
El mural está formado por diez lienzos pintados al óleo en donde se representan algunos de los motivos figurativos más icónicos de la obra de Picasso junto con elementos propios del universo creativo de Ibarrola, como los enrejados geométricos que simbolizan su denuncia del clima de opresión de la dictadura y su reivindicación de las libertades.
Esta nueva adquisición del museo de Bilbao recupera para el público una de las obras más importantes del patrimonio artístico vasco del siglo XX, ligada, además, a la historia de la institución, al tiempo que enriquece significativamente la representación de Agustín Ibarrola en su colección.
Así mismo, brinda la oportunidad de actualizar el conocimiento de esta obra monumental en el contexto artístico y social en que fue creada y de evaluar su trascendencia a través de la documentación que se conserva en el Archivo del museo.
La adquisición ha propiciado la donación de dos pinturas de Ibarrola fechadas hacia 1973-1979. Ambos cuadros formaron parte del singular montaje expositivo concebido por el pintor para su exposición inicial en la sala Gris del museo en 1979, con el Guernica y otras obras de esos años como punto de partida.