En los últimos años Eloy Moreno se ha convertido en un autor de masas. Sus libros, escritos de forma sencilla pero que versan sobre temas complejos, convencen cada vez a más lectores. Su última criatura, 'Cuando era divertido' (Ediciones B), reflexiona sobre las parejas que van cayendo en la rutina, primero, en el desamor, después, y en la ruptura, indefectiblemente.
¿Es la intención de su libro provocar divorcios o al menos animar a las personas a divorciarse?
(Risas) No, no, aunque lo parezca no es así. La intención es que analicen cuál es la situación. Mucha gente que lo ha leído ha vivido lo contrario: les ha servido para darse una segunda oportunidad. Simplemente es reflejar una situación cotidiana que ves en mucha gente.
Más en serio, con este libro quiere reflexionar sobre el final del amor, pero, sobre todo, sobre cómo afrontan las personas ese final del amor...
Viene un poco de situaciones cotidianas que he tenido alrededor. Gente que ha pasado de ser compañeros de vida a ser compañeros de piso y siguen unidos por pura inercia. Se inventan excusas para seguir.
De alguna manera, su libro es una pelea entre la nostalgia del pasado y la ilusión por el futuro, ¿no?
Sí, porque es cierto que es el fin de un amor pero también es el principio de otro. Desaparece una pareja, pero no el amor, porque una de las partes lo encuentra en otra persona. Es la continuidad del amor, en realidad. Muchas veces no se sabe cómo gestionar el final del cariño, esa penuria que solo desaparece cuando aparece una tercera persona.
Una de las cosas más interesantes de la novela está en los nombres de los dos protagonistas, que se llaman igual, quizás porque usted no quiere caer en los roles masculino y femenino. ¿Quiere decir con ello que las reacciones son iguales sin tener en cuenta el género?
Sí, he utilizado mucho "Ale" sin usar el género. No quería caer en eso. Me inventé este recurso de llamarlos igual y lo curioso es que dependiendo del lector cada uno lo ha interpretado de una manera.
¿Cree usted en que las parejas puedan eternizarse, en eso del amor para toda la vida?
Sí que hay casos, no se puede decir que no a nada ni que sí a todo... Conozco casos de gente que llega al final de su vida y cuando uno muere, a los dos años el otro muere, porque el vínculo era muy fuerte... En todo caso, no creo que separarse sea un fracaso, hay que desmitificar el amor para siempre, porque si no es así, no pasa nada.
Usted ha escrito mucho para niños. Esta novela, desde luego, es para adultos. ¿Es más sencillo escribir para unos o para los otros?
Es distinto, sobre todo porque cuando escribo para todos los públicos, intento utilizar un lenguaje que tanto alguien de 12 años como alguien de 60 pueda entenderlo. De hecho, los testeo cuando los acabo con gente de varias edades. Mi objetivo es hacer un libro para todo el mundo. Y sí, la temática es cierto que en este caso para más mayores.
Por último, a usted se le acusa de utilizar una prosa muy sencilla, muy directa. ¿Es su estilo precisamente la clave de su éxito?
Totalmente. Y a vaces es más complicado decir mucho con pocas palabras, decir las mínimas palabras para expresa algo fuerte. Aquí me pregunto eso de "cuánto tiempo puede aguantar una pareja sin hacer el amor", que quizás impacta más que un párrafo largo.