Una cosa verdaderamente fascinante de Hollywood es que nunca deja de sorprendernos, que nunca se da nada por hecho. La historia del cine está llena de actores y directores que estuvieron en lo más alto sin que eso les garantizara el futuro, ni el trabajo, ni el éxito. Es más, que mordieron el polvo. Desde Chaplin a Woody Allen los ejemplos son tan infinitos como los metros de celuloide.
Miren a Kevin Costner, por ejemplo. Fue el actor de mayor éxito de finales de los 80 y principios de los 90, ganó siete Oscars por 'Bailando con lobos'. Hizo 'Los intocables de Elliot Ness', 'No hay salida', 'Robin Hood: Príncipe de los ladrones', 'Campo de sueños', 'El guardaespaldas', 'Open range'… Y se sumió en el olvido.
Hollywood le da la espalda y el mundo se rinde a sus pies. Empezando por la Francia de las subvenciones, por el cine que le ovacionó durante más de cinco minutos cuando presentó su trabajo en el pasado Festival de Cannes donde demostró emocionado, a sus casi 70 años, que el sueño americano, o lo que es lo mismo, sacar su película adelante cómo y cuándo él ha querido, sigue siendo posible
Hizo alguna comedia en los 2000, volvió en la madurez a la televisión, pero Kevin Costner hacía mucho que había dejado de ser lo que fue y lo sabíamos todos. Pero esto es Hollywood, amigos, y aquella vieja gloria, aquel hombre que lo logró todo llevaba años intentando sacar adelante su último proyecto llamando a las puertas de la industria y pidiendo una financiación que sí la logra cualquier película chusquera y mediocre de streaming. Así que, ante las negativas y las largas, el director hipotecó su casa, literalmente, para poder sacar adelante 'Horizon: An American Saga'.
Hollywood le da la espalda y el mundo se rinde a sus pies. Empezando por la Francia de las subvenciones, por el cine que le ovacionó durante más de cinco minutos cuando presentó su trabajo en el pasado Festival de Cannes donde demostró emocionado, a sus casi 70 años, que el sueño americano, o lo que es lo mismo, sacar su película adelante cómo y cuándo él ha querido, sigue siendo posible.
'Horizon: An American Saga', coescrita, dirigida, protagonizada y producida por Kevin Costner, se estrenará en dos entregas, una en junio y otra en agosto, en un experimento cinematográfico de lo más estimulante como es separar primera y segunda parte de una historia concebida como un todo sólo unas cuantas semanas. A lo largo de quince años y varias horas de viaje (esta primera es de tres horas) se acompañará al maravilloso elenco actoral de la película por la manera en que los pioneros construyeron la nación en el Oeste mientras se mataban en el Este los del Norte y los del Sur.
En plena postmodernidad cinematográfica donde impera el pastiche y la estética videoclipera, Costner vuelve a demostrar lo que ya logró en el año 90 con 'Bailando con lobos' y apenas 35 años: que otra manera de hacer cine es posible.
Entre todos estos puntos cardinales se construye una historia poderosa, ambiciosa, grandilocuente y con todo el oropel de las viejas glorias del género. Y es una verdadera alegría que esto ocurra. En plena postmodernidad cinematográfica donde impera el pastiche y la estética videoclipera, Costner vuelve a demostrar lo que ya logró en el año 90 con 'Bailando con lobos' y apenas 35 años: que otra manera de hacer cine es posible. Y que, paradójicamente, esa manera de hacer cine es la de antes, la de los clásicos, la de los John Ford y los Anthony Mann y los Howard Hawks que se enamoraron del Oeste y que supieron sacar de sus entrañas la verdadera historia de América.
La intención de Costner es hacer una saga de cuatro episodios y no podemos más que aplaudir su valiente decisión, pues esta historia cruda y adusta que, homenajeando también al propio Sergio Leone, otro de los grandes maestros del género, podría haberse llamado 'Érase una vez en el Oeste', sólo pide más y más.
'Horizon: An American Saga Capíulo 1' es una película grande y estimulante, que no pasará desapercibida para los amantes de un género que siempre parece intentar resucitar, pero que firmó su carta de defunción hace demasiados años. Maestros, sí, maestros como Kevin Costner, le hacen una peineta a la industria, a los que no le cogieron el teléfono, a los que no le financiaron su película, demostrando que Hollywood, el viejo Hollywood, el adorado, acartonado, cruento y fabuloso Hollywood, sigue en pie.