La superdecadencia de superdetective en Hollywood
Hablábamos hace unas semanas de la moda loca del pastiche y la secuela que patardea las salas de cine todos los veranos como las de Del revés o Padre no hay más que uno, soluciones poco creativas que buscan el éxito fácil siguiendo la fórmula de lo que funcionó hace unos años. Es lícito. Es industrial. Es postmoderno.
Luego están los ejercicios sentimentales. Los Cobra Kai y Coming 2 America que toman el Karate Kid y El príncipe de Zamunda de hace, ojito, treinta y tantos años, y le rinde un homenaje con los códigos narrativos de hoy. Eddie Murphy, otrora estrella de la televisión y del cine de negros, se plegó a la moda de la secuela con el Él rey del Zamunda y el resultado fue indescriptiblemente desastroso. No contento con eso, se animó a hacer lo propio con Superdetective en Hollywood y, si bien no es tan espeluznante como la anterior, el resultado es igualmente deplorable.
Axel Foley, nuestro querido, desvergonzado, deslenguado y genial policía Axel Foley volverá a patrullar las calles de Beverly Hills en una nueva aventura en la que se ven inmersos su hija y sus viejos compañeros y todo parecerá vagar en un mar de postmodernidad y sentimentalismo engañoso con el que quieren hacernos creer que hay un conejo en la chistera. Pero no, señores, aquí no hay nada de magia, sino un grupo de actores con achaques que hace demasiados años dejaron de estar prestos para la acción.
Y no, esto no tiene nada que ver con el edadismo y ninguna otra palabra de moda, sino con que la acción no es un género para que ejecuten los mayores de 65 años, como el melodrama no es un género para los raperos, ni el cine bélico es un género para los niños de 4 años. Cada uno debe saber cuál es su elemento y el elemento de Eddie Murphy debiera estar ya sólo en el pasado. Y el problema no es el actor, que es un grandísimo actor de comedia, sino un guion que huele a acartonado, a rancio y a naftalina. Un guion malo. Démosle una pequeña palmadita en el hombro, seamos buenos: cuando suena la banda sonora, el temazo musical compuesto por Harold Faltermeyer, algo maravilloso se remueve por dentro.
La cinta, además, se estrena directamente en plataformas, signo de que ni los propios productores se fían de que Superdetective en Hollywood: Axel F. pueda hacer un recorrido medio digno en salas. Mejor enciendan Netflix para ver la primera y la segunda entrega que fueron, sobre todo esta última, dos auténticas delicias del cine de acción y de comedia, unas de las mejores buddy movie de su tiempo. La tres, acuérdense, ya patinó, pero lo de la cuatro es inenarrable.
¿Qué será lo próximo? ¿La secuela de El chico de oro? No, gracias.