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En unos días Guimarães ostentará este título concedido por la Comisión Europea a ciudades que promueven la sostenibilidad urbana, un esfuerzo que en 2012 se le reconoció a Vitoria-Gasteiz, la única capital vasca que lo ha logrado y la primera de España en alcanzarlo.

Cuando entre el año se habrá consumado la conjugación de ambos hitos que llegan separados por siglos. "Aquí nació Portugal", se lee en las paredes de la muralla de esta ciudad declarada  Patrimonio de la Humanidad, en la que nació Alfonso Henriques, primer rey de Portugal.

Su pequeño casco histórico, magníficamente conservado y superlativamente pulcro, se recorre a pie, caminando sin rumbo, con el único objetivo de detenerse ante los escaparates de "lojasque tanto venden ricas joyas de filigrana, navajas  de Palaçoulo, cerámica de Barcelos como textiles locales. Tras la caminata, los visitantes se acomodan en una de las muchas terrazas y, si es posible en la Plaza Largo de Oliveira, buen lugar para observar la iglesia Nossa Senhora da Oliveira.

Los parroquianos, más acostumbrados a la genialidad de su cuidad optan por socializar en el Café Milenio, último bastión de los cafés históricos en la ciudad, que abrió sus puertas en 1953 y en el que aun codeándose con la frase  de bienvenida que muestra la Torre de la Aduana, es posible tomarse un café, servido en mesa, por solo un euro.

Un Olivo que le dio nombre volvió a  instalarse en la Plaza en 1985. Frente a él, el Padrão do Salado y la iglesia que lleva el nombre la de Plaza, ambos monumentos nacionales A. Viri

La leyenda se escribe en el corazón de la ciudad A. Viri

Como en todo Portugal, las iglesias se encuentran a cada vuelta de esquina, algunas llegando a pasar desapercibidas. No es el caso de la Iglesia de Nuestra Senhora da Consolação e Santos Passos con una altura y tamaño que la hace visible desde la distancia, aunque su popularidad le llega al ser el lugar en el que se celebran las fiestas Gualterianas cada primer fin de semana de agosto.

Lo mismo sucede con la azulejada fachada de la iglesia de San Francisco, que formó parte de un convento levantado junto a la muralla medieval. La de Nuestra Senhora del Carmen, de camino a los monumentos más visitados en la ciudad -el Castillo y el Pazo de los Duques de Braganza- bien merece una visita para admirar el altar tallado en madera y cubierto de pan de oro, único en la zona norte y posiblemente en todo el país.

Visitas imprescindibles en Guimarães son el Pazo dos Duques de Bragança, uno de los hombres más ricos de la época, y el Castillo de São Manede, ambos monumentos nacionales entre los que se sitúa la Iglesia de San Miguel, en la que fue bautizado el primer rey de Portugal, con la misma calificación y todos en la llamada Colina Sagrada.

En la visita al Pazo dos Duques de Bragança hay que elevar la mirada para contar las treinta y nueve chimeneas del tejado, admirar los techos artesonados y prestar atención a los tapices que cuelgan de las paredes del palacio mandado construir por D. Alfonso, uno de los hijos que el Duque de Bragança, João I, tuvo con Inés Pires, con quien nunca contrajo matrimonio, y al que llamaban “el bastardo”. D. Alfonso, tras la muerte de su segunda esposa, transformó el palacio en un albergue y se dedicó a la vida monacal.

La orfebrería, tapices y mobiliario no dejan lugar a dudas de que la propiedad pertenecía a una de las dinastías más poderosas A. Viri

A poca distancia se encuentra el Castillo, considerado una de las siete maravillas de Portugal y mandado construir en el siglo X por la condesa Mumadona para proteger el Monasterio de Santa María de las invasiones y de asaltos vikingos a la población. Disputa tras disputa, peleas y luchas siglo tras siglo, el Castillo entró en periodo de abandono en el siglo XVI, que al haber perdido su función militar fue usado como prisión durante algún tiempo. Finalmente, en el siglo XX fue nuevamente recuperado.

No está documentado, pero se cree que en el castillo nació el primer rey de Portugal, quien fue bautizado en la Iglesia de San Miguel A. Viri

Si Guimarães es la cuna de Portugal, sus 48 freguesias pueden ser las mantas que abrigaron al niño para que creciera sano y fuerte. Frecuentemente, se ignora su interés eludiendo visitas a Citania de Briteiros con un castro de la edad del hierro del tamaño de veintiocho campos de fútbol y considerado uno de los mejores de la península por su extensión y conservación. Como curiosidad, en este castro, en el que podrían haber vivido hasta tres mil personas y se han podido identificar unas cien unidades habitacionales, se instalaron dos saunas.

Una de ellas fue descubierta de manera casual durante las obras de la carretera nacional y de la otra solo se conserva la "pedra fermosa", custodiada en el Museo da Cultura Castreja instalado en la vivienda en la que residió Francisco Martins Sarmento, el descubridor del castro que no dudó en comprar todo el monte para proseguir con las excavaciones. Sus trabajos dejan a la visita una  iglesia a la que se acude cada año en romería y la reconstrucción de dos casas.

Tras concluir la restauración en el siglo XIX Sarmento admitió dudar sobre la altura dada a las casas, sospechando que las originales debieron ser más bajas A. Viri

El castro, rodeado por una muralla, aparece dividido en diferentes espacios configurando calles, manzanas o unidades habitacionales A. Viri

São Torcato es una de las fregesias a las que no suelen llegar turistas, pese a que en ella se encuentra la Basílica en la que se venera el cuerpo incorrupto del primer mártir  del cristianismo ibérico.

São Torcato es uno de los mayores centros de peregrinación del norte de Portugal A. Viri

Y aún anotaremos una tercera fregesia por descubrir: Montanha da Penha, que no solo es un buen mirador de Guimarães, sino que es un auténtico pulmón verde de belleza difícilmente descriptible. En una superficie de más de sesenta hectáreas, parte de la Reserva Ecológica Nacional, se agrupan flora, fauna y formaciones rocosas que forman curiosas figuras entre las que surgen grutas o rutas de senderismo.

¡ Algunas de las grutas son las del ermitaño, Nuestra señora de Lourdes, Nuestra Señora del Carmen o Do Padre Caldas. Otras formaciones, como la el "Penedo suspenso", tienen un carácter menos religioso A. Viri

En lo alto se alza el santuario que tras varios incidentes sucedidos durante su construcción se inauguró finalmente en 1949 y hacia donde cada segundo domingo de setiembre se llega en peregrinación.

Ante el santuario una gran explanada en cuyo extremo se alza con una estatua de Pio IX en mármol de Carrara A. Viri

Dormir

The grove houses, en Penha, no se esfuerza en maquillar las arrugas de una casa centenaria en la que han vivido, y hasta nacido, cinco generaciones. La casa familiar, transformada en pequeño hotel en 2022, ocupa una mínima parte del inmenso jardín propiedad de la familia.

A las tres habitaciones del edificio principal, en el que se continúa trabajando para recuperar elementos deteriorados por el paso del tiempo, se le suman otras seis en la antigua casa de jardineros, hoy totalmente restaurada y que permite a los huéspedes disponer de cocina compartida.

El concepto de The Grove Houses está alejado de los patrones seguidos en hoteles al uso. La atención es familiar y muy cercana A. Viri

Podríamos decir que las habitaciones tienen estas u otras características o adolecen de aquel detalle, pero nada transmitiría la sensación de entrar en "casa" que produce descansar en el salón, relajarse en la biblioteca, ver los paños de crochet, manteles bordados o la presencia de ese piano. El sueño inmediato es construir una piscina y un restaurante que permita alojamientos - ahora limitados a cama y desayuno- en régimen de media pensión. Por ahora son capaces de dar respuesta a eventos y actividades de pequeñas dimensiones.

El aroma que desprenden los árboles se extiende a muchos metros de distancia del jardín A. Viri

Pese a los años transcurridos desde su edificación, la propiedad sigue en manos de la misma familia. La matriarca fue la última en abandonarla hace diez años y son los propios hijos quienes ofrecen visitas guiadas por el jardín  histórico en el que crecen árboles procedentes de todo el mundo.