El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha defendido esta mañana en sede parlamentaria la necesidad de cerrar la hostelería, si bien, ha reconocido, "se retrasó todo lo posible" porque era una decisión "dolorosa", pero ha advertido que era necesaria, dada la expansión de la pandemia. Y es que para Urkullu, esta medida no sólo era un paso obligado sino que ha recordado que Euskadi se encuentra en el escenario más grave previsto en el plan de actuación frente a la COVID-19 y es necesario actuar con resposabilidad para evitar el "confinamiento general y el colapso sanitario".
Urkullu ha señalado que es consciente de las consecuencias económicas que supone esta medida, pero ha defendido toda la línea de ayudas que se ha puesto en marcha desde su ejecutivo. Frente las demadas que le han hecho desde la oposición EH Bildu y Partido Popular, el jefe de gobierno ha recordado el esfuerzo económico de las ayudas a la hostelería y otras acciones como el complemento a la retribución de los ERTES más bajos. En este sentido, ha señalado que prefiere el "modelo vasco frente al modelo alemán". Una referencia que ha salido en el debate, cuando el presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, ha reclamado que se ponga en marcha la cobertura que en Alemania cubrirá el 75% de la facturación a los hosteleros. Para Urkullu, el conjunto de medidas en Euskadi "son más globales, más amplias y más justas que quedarse solamente en esa acción puntual".
En estas circunsntacias, el lehendakari ha insistido en la gravedad de la situación porque "estamos en el escenario más grave previsto en el plan Biziberri II y es necesaria la responsabilidad de todos para evitar el confinamiento general"