El 'clúster' vasco de la aeronáuatica, Hegan, agrupa 85 centros de producción en el País Vasco que emplean a más de 5.000 personas. Es uno de los sectores que ha visto como su cliente principal, las compañías aéreas, han metido en el garage todos los aviones desde el mes de marzo. Un parón que todavía está lejos de recuperarse, con índices que señalan que en septiembre los vuelos eran todavía un 64% menos que en el mismo mes del año pasado. La directora de Hegan, Ana Villate, señala a´Crónica Vasca´ que la situación tardará en recuperarse al menos 4 años y destaca que ha acentuado los cambios en el consumo de los pasajeros.
¿Cómo valoran la evolución de los vuelos programados este año?
Tras la primera oleada del virus, hubo un período de cierto aumento del tráfico de pasajeros, justo en verano, cuando se abrieron las fronteras. Aunque la recuperación iba muy lenta se podía vislumbrar una cierta recuperación paulatina. Sin embargo, en esta segunda ola ha vuelto a descender la movilidad y por lo tanto el tráfico aéreo comercial y la curva va hacia abajo, con una tendencia negativa. Es un escenario en el que la demanda ha caído de un modo muy brusco,
Esta crisis, además de los datos de la infección, afectará también a la confianza y a los usos que tenemos para volar. ¿Cómo se puede medir eso?
Esta incógnita es una de la claves del futuro. Hay que tener en cuenta, no solamente la eficacia de la vacuna y el que todo funcione, sino que existen otras variables como la recuperación de la confianza de los pasajeros a volar, la conciencia social hacia un mundo más sostenible y la adaptación al teletrabajo. Son elementos que modifican la demanda y tendencias que ya venían marcándose, pero que ahora jugarán un papel fundamental para el futuro. Ya no estamos hablando de que nos recuperemos y de que no haya un contagio excesivo, sino de otros factores. Por lo tanto, es difícil saber cuándo se va a recuperar el tráfico de pasajeros. Pero sí que todos los expertos apuntan a que estamos hablando de cuatro años como mínimo.
Existen variables como la recuperación de la confianza de los pasajeros a volar, la conciencia social hacia un mundo más sostenible y la adaptación al teletrabajo
¿Cambiamos nuestra forma de volar?
Sí, desde luego. Las demandas del mercado de pasajeros, las necesidades de sostenibilidad y los compromisos para una forma de viaje responsable eran líneas en las que ya estábamos trabajando. Pero ahora, se han acusado y precipitado las dinámicas. El teletrabajo es una normalidad, las reuniones por videoconferencia están al orden del día. Eso afecta también a los vuelos nacionales. Los viajes de trabajo van a caer. La pandemia reducirá los vuelos domésticos, cambiará su demanda.
La puesta en marcha de los planes de vacunación favorecen una reactivación, ¿no?
Sí claro, la situación la vacuna y su funcionamiento son fundamentales. En este sentido cabría señalar que, en el escenario más optimista que manejan los epidemiólogos es que pueda producirse en el verano de 2021. Sobre ese escenario, Eurocontrol (la Agencia Europea de Tráfico Aéreo) maneja tres posibilidades. En la más positiva, teniendo a la mayor parte de la población inmunizada en 2021, el tráfico aéreo no volvería a los niveles del año pasado hasta 2024. En la más pesimista, la vacuna no logra una eficacia plena y los viajeros mantienen baja la confianza en un escenario de infección persistente, el tráfico no se recuperaría hasta 2029.