El volumen del crédito privado, el destinado a particulares y empresas, ha crecido en Euskadi un 1,3% en los dos primeros trimestres de este año. Así, el stock de crédito que las entidades financieras han inyectado al tejido económico vasco es en estos momentos de 63.210 millones de euros. Un ascenso que cambia la tendencia en Euskadi que, desde el 2016 venía registrando caídas o estancamientos en la financiación. Del mismo modo, el sector público también ha aumentado el recurso al crédito para hacer frente a la caída de la recaudación, con una subida del 34% en el segundo trimestre respecto al primero del año y con un volumen de crédito de 9.800 millones de euros. Una inyección que ha evitado la parálisis, pero que no evita un repunte de procesos concursales en las empresas que en el tercer trimestre del año han registrado una subida del 24% respecto a 2019.
La crisis económica generada por la pandemia ha provocado una caída drástica de la demanda con la consiguiente necesidad de liquidez, principalmente en la pequeña y mediana empresa. Para dar respuesta a esa situación, los bancos han aportado un importante volumen de crédito, en muchos casos respaldado por avales del ICO y, en Euskadi, también de Elkargi con el Gobierno Vasco. Es lo que explicaría este cambio de tendencia.
Esas medidas han permitido que la economía vasca haya recibido un stock de crédito 819 millones superior que el que tenía el año pasado, lo que supone un crecimiento del 1,3% respecto al 2019. Es una cantidad importante y que rompe una dinámica negativa con un alza que no se registraba desde 2016. A pesar de todo, llama la atención la diferencia con el conjunto del Estado, donde el crecimiento del crédito empresarial del último año ha subido un porcentaje mucho mayor, más de un 11%. Así lo señala un estudio elaborado por la patronal vasca, Confebask.
Pero el dinero prestado no sólo ha crecido en el sector privado. La Administración Pública, mientras veía cómo la recaudación descendía en Euskadi en más de 2.000 millones en 2020, ha tenido que buscar también líneas de financiación. Así, el crédito que los bancos han dado al sector público creció en segundo trimestre un 34,5% sobre el primer trimestre del año. Así, el crédito al sector público vasco asciende, a mitad de este año, a más de 9.803 millones de euros.
Esfuerzo de la banca vasca
Para generar esta financiación los bancos han recurrido a las numerosas oportunidades que desde el Banco Central Europeo se han puesto a su disposición. Así, las dos entidades financieras con mayor penetración en Euskadi, Kutxabank y Laboral Kutxa, han recogido 4.800 millones de euros del BCE. Se trata de una cantidad de dinero, en mayor proporción en manos de Kutxabank, para tramitar operaciones de préstamo con sus clientes que no tengan que ver con refinanciación de deuda o con compra de vivienda. Unos fondos para impulsar las operaciones de financiación a largo plazo (LTRO) que son un mecanismo por el que el BCE ofrece dinero a los bancos a interés negativo (-1%), es decir, las entidades ganan con sólo cogerlo, pero se comprometen a destinar el capital a inversión y a mantener su volumen general de crédito al mismo nivel los próximos tres años. Si cumplen esos requisitos, las entidades vascas ganarán 48 millones de euros, más los intereses que cobren a sus clientes que serán bajos.
Estas medidas entidades han registrado un crecimiento importante en el crédito en los primeros 6 meses del año, en el caso de Laboral Kutxa, en un 15,6% para pequeños negocios y autónomos, y un 27% para PYMES. Mientras que para Kutxabank del 40%.
Aunque ambas entidades presentan tasas de morosidad más que saludables, 2,5% Kutxabank y 3,6% Laboral Kutxa, a nadie se le escapa que en marzo, cuando empiecen a vencer las moras de los créditos, toda la carga crediticia tensionará el sistema. Con ratios de solvencia del 17,5%, Kutxabank, y el 19,69% en el caso de Laboral Kutxa, hay músculo para soportarlo.
Situación complicada
Pero a nadie escapa que lo más complicado está por llegar, así, esta primera medida no deja de ser un recurso de urgencia. Las empresas necesitan reactivar la producción y, sobretodo, la facturación para poder hacer frente al 2021. Las complicaciones en el empleo, sobretodo en el sector aeronáutico y del metal, ya están formando parte del paisaje social. Pero además, también ocurre con el sector empresarial.
Los procesos concursales en el primer semestre del año quedaron congelados. Así, hasta junio se contaron por 176 empresas por 213 en 2019, lo que supuso un descenso del 17,4%. Sin embargo, la recuperación de la actividad ha evidenciado un cambio drástico en esa tendencia. De tal modo, que en el tercer trimestre del 2019, las empresas en proceso concursal han sido un 24% más que las del mismo periodo del año pasado.
Una de las medidas en las que ya se trabaja en Euskadi para facilitar la situación es la de ampliar la financiación y ampliar la moratoria de los créditos. Así, Elkargi trabaja ya con el Gobierno vasco en esas dos líneas, facilitando así la salud de la tesorería de las empresas, algo que las fuentes de la entidad ya dan por seguro de modo inminente. Y, por otro, en ampliar la convocatoria de créditos avalados por la entidad de garantía recíproca, poniendo a disposición de las empresas nuevos recursos a un tipo de interés del 0%, sólo cobrando el euríbor. Una cuestión que, aunque quedan 250 millones de euros disponibles, no se quiere dilatar en el tiempo.