ELA pidió ayer que las instituciones vascas aborden una reforma fiscal "antes del verano" con la mirada puesta directamente en gravar las rentas del empresariado, argumentado que de esta forma podría paliarse el agujero que está dejando en las arcas la crisis de la pandemia. En concreto, la propuesta del sindicato pasa por fijar un tipo del 25% en Sociedades, "sin excepciones", y de hasta un 10% en Patrimonio. Con estas medidas creen que podrían recaudarse hasta 2.000 millones de euros para "paliar las necesidades de la actual crisis sanitaria, económica y social", dicen desde el sindicato. “Se trata de que la gente y las empresas con más dinero aporten una pequeña parte de su capital para paliar los efectos de la COVID-19 y poder sostener los servicios públicos, las prestaciones sociales... Es una cuestión de justicia.", dicen, poniendo en cuestión la contribución a los efectos de la crisis que se realiza desde el empresariado y sin tener en cuenta las pérdidas que acumulan muchas compañías en tiempos de pandemia.
Actualmente el tipo del Impuesto de Sociedades, que grava los beneficios empresariales, está en el 24% a nivel general y en el 20% cuando se trata de pymes. El sindicato, siempre ha denunciado en sus análisis de fiscalidad que en realidad son muy pocas las empresas que lo pagan, no porque no tengan beneficios, si no por las desgravaciones que pueden llevar a cabo en función de las inversiones que hayan acometido y, por eso, exigen que no haya "excepciones" a ese pago. En cuanto al Impuesto de Patrimonio, el tipo actual es del 1% al 2%, un tipo que el sindicato quiere que se eleve hasta niveles del 10%.
Esta propuesta, poniendo en el punto de mira lo que ELA considera escasa aportación del empresariado a la salida de la crisis, tensa aún más las relaciones del sindicato mayoritario con la patronal, en un momento en el que se está a las puertas de que deba abordarse la negociación de muchos convenios. De hecho, con datos recopilados hasta el mes de febrero por el Consejo de Relaciones Laborales vasco, hay un total de 940 convenios pendientes de renovar en estos momentos, ( 799 de empresa y 141 sectoriales), que afectan a un total de 360.700 trabajadores. Además, 39 convenios están decaídos (14 de empresa y 25 sectoriales) que afectan a 59.784 empleados. Es decir, un total de 420.484 trabajadores se encuentran pendientes de una negociación.
No es nueva la pretensión de ELA de que se suban impuestos como el de Sociedades, pero en el contexto actual, con muchas empresas en crisis y al borde de la desaparición adquiere una mayor dimensión por la consecuencia que tendría para el tejido empresarial. Los empresarios ya han manifestado en múltiples ocasiones que una subida de impuestos en plena crisis supondría un golpe definitivo para la supervivencia de las empresas. De hecho, las quejas recurrentes de las empresas se centran en la necesidad de contar con una fiscalidad favorable y en unos costes laborales que hoy por hoy son los más altos de todas las comunidades autónomas.
Pero con su propuesta de fiscalidad, ELA no sólo tensa su relación con los empresarios, también con Gobierno vasco y diputaciones forales, que en definitiva son las encargadas de abordar la fiscalidad. El sindicato es muy crítico con que en Euskadi no se aborde el debate de la subida de impuestos como se ha hecho, por ejemplo, en Estados Unidos. Y que mientras el propio Pedro Sánchez pone ya sobre la mesa la necesidad de abordar una reforma fiscal acogiéndose a las medidas que impone la Comisión Europea, las diputaciones vascas no recojan el guante.
Pero el sindicato carga también contra una "izquierda vasca" que no es capaz de abrir este debate con éxito. “Es una lastima que no hayamos oído hablar de ese tipo de medidas en Euskal Herria”, lamentaba ayer Mitxel Lakuntza, secretario general de ELA, que interpelaba no sólo a los gobiernos sino a los partidos de izquierda.
“Resulta muy significativo que el Gobierno de EEUU haya adelantado por la izquierda, no sólo al Gobierno vasco y al foral, si no a la propia izquierda”. "Esto sólo demuestra la falta de pulso de la izquierda en Euskal Herria".