El programa de recolocación de trabajadores de sectores en crisis arrancará en breve con 500 desempleados de sectores industriales como el Metal, uno de los que más están sufriendo las consecuencias de la crisis económica. El organismo encargado del desarrollo del proyecto, Lanbide, ya ha recibido las directrices a seguir y tiene un grupo de 12 personas ya seleccionadas como orientadores que se encargarán de manera eclusiva del desarrollo de este programa con el fin de establecer una relación directa con los desempleados. Dos de esas personas estarán en Álava, cuatro en Gipuzkoa y seis en Bizkaia.
El arranque definitivo del programa se pondrá en marcha tras pasar por una reunión del grupo de trabajo constituida para este tema en el seno de la Mesa de Diálogo Social. Fue en esta mesa, donde se sientan el Gobierno vasco, Confebask, y los sindicatos CCOO y UGT, donde se aprobó en el mes de enero la puesta en marcha de este programa, y será en este foro donde se dará el pistoletazo de salida definitivo que se iniciará a modo de proyecto piloto, en lo que se refiere a la recolocación de trabajadores desde un punto de vista sectorial, y también para el funcionamiento de Lanbide, ya que el Instituto vasco de empleo estrenará con ello una nueva metodología de trabajo más más volcada en conseguir la recolocación de trabajadores, un cambio que se ha fijado el departamento de Trabajo que dirige la vicelehendakari Idoia Mendia entre sus objetivos de la presente legislatura con la mira puesta en reducir el desempleo.
Fuentes del Gobierno vasco han confirmado que el programa piloto está ya avanzado y que podría ponerse en marcha en un plazo corto de tiempo, aunque no han querido aventurar fechas a la espera de que se cierre el arranque en el seno de la mesa de diálogo social. De momento, la sintonía entre sindicatos, patronal y Gobierno es total en este tema, salvo que por ejemplo, la pretensión de los sindicatos, como UGT, es que se extienda a otros sectores como la hostelería y el comercio y no se quede solo centrado en la Industria. CCOO espera también que el abanico de sectores que puedan acceder a este programa se amplíe en un futuro. De momento, accederán 500 trabajadores en este año y otros 500 el año que viene.
El objetivo fijado en las directrices remitidas a Lanbide es que cada pareja de orientadores consiga la recolocación de alrededor de 85 trabajadores a lo largo de 2021, para conseguir así la reinserción laboral de todo el colectivo que acceda al programa.
Para ello, analizarán la información de la demanda de empleo de las personas que han aceptado participar, como su nivel educativo, formación, trayectoria y experiencia laboral o intereses. De esta forma se estimarán las competencias tecnicoprofesionales y transversales adquiridas, y se cruzarán con los puestos ofertados más cercanos a sus perfiles y sectores de actividad de las empresas en las que pudieran insertarse.
A simple vista puede parecer el sistema de orientación tradicional, pero aquí juega una especial trascendencia la implicación de las empresas en el programa, ya que a través de las relaciones entabladas con las empresas mediante visitas, acciones conjuntas con el clúster, etc y con los perfiles de las personas desempleadas, se diseñarán itinerarios y formaciones personalizadas, incluso ad hoc para las empresas concretas. Para el desarrollo del proyecto Gobierno y los agentes sociales están colaborando con la Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM), Gaia, Hegan, Aclima, AFM, el cluster de la Energía y Eraikude, además del SEA y las tres diputaciones forales.
Dotación presupuestaria
El programa está dotado con dos millones de euros para este ejercicio y de otros dos el próximo, tal y como se recoge en los Presupuestos Generales del País Vasco para 2021.
Este es uno de los programas en el que el departamento de Trabajo del Gobierno vasco que dirige la vicelehendajari Idoia Mendia ha puesto un mayor empeño, ya que el objetivo es intentar dar solución a uno de los mayores problemas con los que puede enfrentarse el mercado de trabajo vasco tras la pandemia, la pérdida de empleos en sectores muy concretos afectados por el parón de la economía pero ya se enfrentaban a dificultades en la adaptación a las transformaciones tecnológicas o energéticas.
En el momento de la presentación del proyecto, la vicelehendakari destacó que la pandemia "ha agudizado la situación difícil por la que pasaban algunos sectores, especialmente en la industria, para su adaptación a las transiciones sobre todo energéticas y tecnológicas”. Y esa pérdida de empleo de personas con experiencia y formación “es un capital humano y profesional que no podemos desperdiciar”. De ahí que se genere un para ellos un programa específico, que se suma a los existentes para otros desempleados, que pretende adaptarles cuanto antes a los nuevos perfiles que ya demandan las empresas.