Las Fundaciones bancarias vascas accionistas de Kutxabak buscan alternativas de financiación para garantizar la Obra Social al margen de los posibles dividendos que reparta el banco, limitados en este momento al 15% del total por exigencia de las duras condiciones impuestas por el Banco Central Europeo a la banca.
En el mes de octubre el organismo regulador revisará estas condiciones y podría flexibilizarlas, permitiendo a Kutxabank un mayor reparto de dividendos a BBK, Kutxa y Vital, pero ante la posibilidad de que no lo haga, las fundaciones buscan vías alternativas para diversificar ingresos y garantizar que la Obra Social esté garantizada.
La BBK hace tiempo que busca esta diversificación. De hecho el año 2020 financió el 27,5% de su presupuesto de la Obra Social con ingresos distintos al dividendo repartido por Kutxabank. Las previsiones de la entidad es que en 2023 se eleve ese ratio de fondos propios hasta el 50%, según señalan fuentes de la Fundación vizcaína. Kutxa de Gipuzkoa está también en este proceso de diversificación, aunque desde la entidad guipuzcoana prefieren no ofrecer porcentajes ni proyectos, mientras que hoy por hoy es la Fundación Vital la única que no se lo plantea, por el menor volumen de gasto de su Obra Social.
En cualquier caso la que más problemas tiene es la BBK ya que la entidad vizcaína invierte en Obra Social alrededor de 37 millones de euros al año. El doble de lo ha recibido con cargo a los beneficios del año pasado. Además, la situación de liquidez se complica aún más porque está obligada como accionista mayoritario de Kutxabank y tener más del 50%, -tiene el 57%- a destinar 25 millones de euros anuales a constituir un fondo de reserva que supone una garantía de la capitalización del banco. Este fondo de reserva esta calculado en unos 235 millones que BBK tiene de plazo hasta 2024 para completar.
En concreto, Kutxabak ganó el año pasado 180,3 millones de euros en 2020, un 48,8 % menos que el año anterior, tras destinar 346 millones a provisiones. Este resultado supone que sus accionistas, las Fundaciones de las Cajas, cuentan con 27 millones de euros, - un 15% del total- para financiar su Obra Social que se reparte en función de su porcentaje de acciones en el banco: Es decir, BBK cuenta con 15,4 millones, en consonancia con el 57% del capital social que posee. La Kutxa guipuzcoana 8,6 millones (32% del capital) y Vital 2,9 millones (11% del accionariado).
Con esta situación de reducción de dividendo, BBK ha comenzado a tirar del fondo de participaciones empresariales, dotado con 100 millones de euros, para cubrir las necesidades de la Obra Social sin que se resienta. De hecho, en estos momentos tiene paralizada la toma de participaciones en empresas a la espera de que mejoren las condiciones impuestas por regulador.
Además de este fondo, BBK diversifica los ingresos con los rendimientos generados por inversiones financieras que la Fundación tiene en cartera. Por ejemplo, el año pasado compró cerca de 400.000 acciones de Iberdrola en las que invirtió 3,4 millones de euros, siguiendo esa estrategia de diversificación de las vías obtención de recursos. Además, ingresa por arrendamientos de inmuebles, ingresos fiscales o aportaciones de terceros al desarrollo de proyectos. El salto a conseguir la cuota del 50% de fondos propios se conseguirá si hay un impulso a las participaciones empresariales una vez que Europa abra la mano con el reparto de dividendos.