De héroe a villano. El multimillonario Elon Musk comenzó el año ganándose a muchos de los maximalistas de Bitcóin por sus comentarios favorables en Twitter y, sobre todo, tras anunciar que Tesla, compañía de la que es CEO, había invertido 1.500 millones de dólares en la criptomoneda el pasado 9 de febrero.
Solo tres meses después, todo ha cambiado: los mismos que antes aplaudían sus comentarios porque eran favorables, critican ahora las opiniones contrarias que el empresario suelta con relativa frecuencia en su red social favorita.
Pero además de que sus últimos comentarios sobre Bitcóin no han sido muy positivos, su ‘amor incondicional’ por Dogecoin (otra criptomoneda, la quinta por capitalización de mercado) ha sido utilizado para desatar la furia de sus seguidores, pese a que esto no es nuevo ni debería ya extrañar a nadie. La diferencia es que ahora ensalza las propiedades de lo que muchos consideran un simple meme mientras critica con dureza la energía que consume el rey de las criptomonedas.
Su pasión por Dogecoin tampoco es nueva, pues el también CEO de SpaceX ha reconocido allí donde va que le gusta “hacer bromas sobre Doge”, algo que en plena temporada alcista se ha visto muy sobredimensionado por los efectos que han tenido sus comentarios entre los numerosos adeptos, cada vez más, del activo del FOMO en lo que va de 2021.
Lo cierto es que el consumo energético de Bitcóin, mayor, por ejemplo, que el de países como Noruega o Argentina, y muchísimo menor que el empleado en la minería del oro o en el sistema bancario actual, es un debate que viene de lejos en la propia comunidad. Aunque pueda parecer increíble, también existen argumentos que los respaldan, como que genera más valor que la propia energía consumida. Si no fuese así, no sería rentable minarlo, eso es evidente. Ahora bien, ¿es creíble que el cofundador de Paypal haya invertido 1.500 millones de dólares en un activo sin conocer sus características o sin estudiarlo a fondo? ¿Se ha dado cuenta ahora de la energía que consume la minería de Bitcóin? De ser así, resulta inquietante.
¿Es Elon Musk el culpable del momento actual de Bitcóin?
Rotundamente no. Sus palabras pueden tener un efecto momentáneo en la gráfica provocado por unos cuantos seguidores incautos, pero poco más. Hay que tener en cuenta que son muy distintos y variados los actores de un mercado que mueve alrededor de un trillón de dólares estadounidenses, y resulta casi ofensivo pensar que los mineros o que aquellos que tienen el suficiente capital como para poder mover el precio lo suficiente puedan estar en sus casas con el dedo encima del botón de "comprar" o “vender” a la espera de que el magnate sudafricano ponga un tuit.
Lo que es evidente es que el ‘salseo’ funciona, y los polémicos tuits de Elon Musk vienen muy bien a ‘influencers’, youtubers y medios para atribuirle una importancia que, se mire por donde se mire, es mucho más relativa de lo que nos pueden hacer pensar. Si no es así, ¿por qué Dogecoin no siguió subiendo los días posteriores? Por lo general, sentimos una necesidad de buscar motivos o culpables cuando el mercado se mueve, pero la realidad siempre es bastante más compleja.
Sin ir más lejos, Bitcóin ha viajado gran parte de esta tendencia alcista sin Musk siquiera en escena. Y, como bien dice el analista Antonio Sáez del Castillo sobre los mercados: “No existe el fenómeno aleatorio”, frase con la que quiere decir que todo movimiento importante está preparado y orquestado de antemano y lleva consigo a muchos actores interesados asociados. Reducirlo todo a un tuit carece de sentido.
Entonces, ¿está Elon Musk lanzando FUD al mercado con algún interés oculto? No sería el primer caso, y de hecho es una práctica muy habitual: tratar de manipular a la opinión pública con la intención de obrar en contra del sentimiento de la mayoría tampoco es nuevo, ya se practicaba en tiempos de Livermore a finales del 1800, quien decía que "los valores se manipulan hasta el punto más alto posible, y después se venden al público en el descenso". Al contrario sucede exactamente lo mismo.
Es difícil saber si el magnate está comprando más Bitcóin aprovechando las caídas, lo que parece evidente es que le interesa lanzar mensajes contrarios a la contaminación energética, pues según publicaba en exclusiva Reuters el pasado 12 de mayo, solo unas horas antes del polémico tuit, Tesla busca ingresar al mercado de crédito de combustibles renovables de EE. UU., un mercado de miles de millones de dólares. ¿Casualidad?
Qué se espera ahora de Bitcóin
El pasado 14 de abril vivió su último máximo y, desde entonces, incluso antes de las ocurrencias de Musk, BTC se encuentra en lo que parece ser un proceso de consolidación pese a estar ahora dentro en un canal bajista, pues no solo su último máximo es más bajo que el anterior, también lo es su último mínimo.
A partir de aquí, la demanda tiene mucho que demostrar para volver a un nuevo ATH (máximo histórico): en primer lugar debería reclamar los 60.000, algo ahora un poco lejos, para luego pensar en volar más alto. Pero antes de soñar con una escalada mayor, debe salir del canal en el que se encuentra, donde podría rebotar hasta la zona de los 51.000. Llegados a este punto, si logra no hacer un nuevo mínimo el optimismo no tardará en volver pronto al mercado. De rebasar los 40.000 podría dirigirse al soporte situado alrededor de los 34.000 dólares. Si lograra traspasar este nivel, habría que replantear nuevos escenarios.
El índice de miedo vs. codicia muestra que el mercado se decanta de forma clara por la primera de las opciones, pero no hay que olvidar que la psicología inversa suele ser bastante eficaz en los mercados, y más aún en el de las criptomonedas, donde los niveles de codicia extrema son los que normalmente deberían hacer saltar las alarmas y avisar a los inversores de la llegada inminente de correcciones importantes.