El Banco Central Europeo (BCE) mantiene la lupa sobre toda la actividad de las entidades bancarias para minimizar cualquier riesgo. Lejos de relajar las medidas, el organismo regulador mantendrá de momento el férreo control que ejerce sobre la actividad bancaria, y en especial sobre los créditos dudosos, para evitar un crecimiento de los índices de morosidad y de impagados que pongan en peligro la solvencia de las entidades.
En este contexto de máximo control, el Mecanismo Único de Supervisión (MUS), del que forma parte el Banco Central Europeo, vigilará a partir de ahora también y con especial atención la exposición de la banca española al sector inmobiliario comercial, como el negocio de alquiler de oficinas, y del pequeño comercio, ante el peligro de que la crisis económica derivada de la Covid-19 pueda dar lugar a un incremento de la morosidad que tenga una repercusión directa sobre la rentabilidad bancaria.
El presidente del presidente MUS, Andrea Enria, se reunió ayer miércoles con representantes de entidades financieras españolas, a través de videoconferencia, a los que trasladó este incremento de la vigilancia sobre la exposición de la banca al sector inmobiliario comercial, como se ha vigilado también hasta ahora la exposición de créditos a sectores en crisis como la hostelería y el turismo, informa Efe.
El objetivo es mantener la máxima de la prudencia para mantener la solvencia y la rentabilidad en índices elevados y la morosidad controlada. En este examen, y a falta de que se realicen los test de estrés de la banca que ofrezcan una visión más global, las entidades bancarias vascas superan el examen a la vista de los cifras de que se recogen en los últimos resultados publicados y que les colocan en mejores niveles que la media del sector en España.
Por ejemplo, en el índice de solvencia CET1, un porcentaje sobre los activos ponderados por riesgo, y que cuánto más elevado es más garantías de solvencia muestra la entidad, Kutxabank tiene un 17,9%, mientras que Laboral Kutxa registra un 21,26% cuando la media del sector en España se situaba en el 12% a finales del año pasado.
En morosidad, Kutxabank registró con datos del tercer trimestre del año una tasa del tasa del 2,19%, frente a la media del sector del 4,55% en el mes de febrero. También Laboral Kutxa mantiene la tasa de morosidad por debajo de este ratio al registrar un 3,31% al cierre del pasado año.
En estos momentos los bancos están a espera de que el BCE levante la restricción de repartir dividendos entre los accionistas, en estos momentos limitada al 15% de los beneficios, y que en estos momentos en el caso de Kutxabank tiene una repercusión de directa sobre las fundaciones bancarias, BBK, Kutxa y Vital para financiar la Obra Social. De hecho, BBK tiene paralizado el fondo de inversiones empresariales para destinar este dinero a la financiación de la Obra Social al no poder contar con los ingresos del banco. Kutxabank ganó en 2020 180,3 millones de euros en 2020, lo que supone que sus accionistas, las Fundaciones de las Cajas, cuentan con 27 millones de euros.
En el caso de Laboral Kutxa, la entidad del grupo Mondragon tiene limitado al 15% el reparto de los beneficios entre sus cooperativistas, que en febrero se repartieron 9,8 millones de euros tras cerrar el ejercicio la entidad con unos beneficios de 87 millones de euros.
Fuentes del sector consideran que a la hora de levantar las restricciones sobre los dividendos, el BCE tendrá en cuenta la marcha general de la economía, más que la situación concreta que tenga cada entidad, por lo que habrá que tener muy en cuenta los indicadores que marquen la evolución de la economía tras el verano.