El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha insistido en la presentación del plan España 2050 en la necesidad de armonizar la fiscalidad en el conjunto de España en una operación que contemple también el incremento de la presión fiscal hasta al menos el 43% del PIB. Es una de las herramientas que el grupo de 100 expertos han fijado como fundamental para dar respuesta a los retos del cambio climático, el envejecimiento de la población o la transformación económica tras la pandemia. Se unen así los argumentos a las demandas que desde la Unión Europea están insistiendo en unificar los tipos impositivos de Sociedades y sobre los que se apoyó también la Ministra de Hacienda, María Jesús Montero, cuando defendió la armonización de tipos en Sucesiones y Sociedades. Es un giro más de tuerca que pone en el punto de mira la fiscalidad de las Haciendas forales que presenta unos tipos impositivos notablemente más bajos que los de las comunidades del entorno.
Tasa a los vuelos de corta distancia
El presidente Sánchez ha señalado que es necesario realizar una serie de cambios estructurales en España que van desde el compromiso de reducir las emisiones o transformar el modo de viajar hasta los modelos de trabajo, con la introducción de la jornada de 35 horas en 2050 que pueda acompañar a la automatización de la industria. Así, entre las medidas presentadas en el documento destacan aquellas que impulsan la reducción de emisiones en los traslados y la movilidad, entre ellas la creación de una tasa para los trayectos en avión que puedan realizarse en otro medio con una duración menor de dos horas y media. También se ha introducido la figura de un impuesto al uso del coche. Son medidas que buscan dar empuje a los objetivos marcados por la recién aprobada Ley del Cambio Climático que apuesta porque en 2030 ya no se fabriquen vehículos de combustible diésel o gasolina y que establece una reducción del 90% de las emisiones de CO2.
La propuesta de Pedro Sánchez establece también soluciones para afrontar el problema del envejecimiento población. En esta línea prevé duplicar la tasa de actividad de los mayores de 64 años desde el 5% de hoy al 11% en 2050. Un porcentaje que, para las personas de entre 55 y 65 años, sea del 67% sobre el 62% que presenta en la actualidad. En cuanto a los jóvenes, la propuesta del Plan 2050 plantea una "herencia pública universal" que permita el acceso a la vivienda o la primera inversión para emprender un negocio.
Subida de ocho puntos en la presión fiscal
Son medidas que requieren una revisión fiscal que el presidente ha cifrado en ocho puntos más de presión tributaria. El objetivo es incrementar el peso de los impuestos hasta el 43% del PIB y avanzar en la unificación de tipos, especialmente en Sociedades. Según señalan los expertos que han participado en la elaboración del documento, estas diferencias de tipo en la fiscalidad "acentúan la despoblación". El caso es que, por una u otra cosa, es un planteamiento que vuelve a poner el punto de mira en la fiscalidad vasca.
Impuesto de Sociedades
Actualmente el Impuesto de Sociedades presenta un tipo impositivo en Euskadi del 24% para empresas medianas y grandes, frente al 25% del resto de España. En el caso de pequeñas empresas la diferencia es mayor, un 20% en las Haciendas vacas por el 25% en el conjunto de territorio común. En el caso, además de las microempresas se reduce al 18% cuando ha habido compensaciones tributarias. Y en el caso de las compañías de nueva creación, en Euskadi no han de pagar este tributo, mientras que en el resto del país es del 15%.
Impuesto de Patrimonio y de Sucesiones
El caso del Impuesto de Patrimonio, para un total de 700.000 euros, el contribuyente de Bizkaia, Gipuzkoa o Álava está exento de pagar el Impuesto de Patrimonio, siendo los únicos territorios de su entorno con estas condiciones. Del mismo modo, en cuanto herencias y donaciones, los vascos vemos menos gravados esos movimientos que los riojanos, castellanos, aragoneses o incluso, los navarros.
Diferencias en la tributación de las Sicav, más castigadas en Euskadi
Si bien hay matices importantes a tener en cuenta, como el hecho de que las Haciendas forales suprimieron el tratamiento de privilegio fiscal a las Sicav, coincidió con la caída en la recaudación que Patrimonio registró en 2019, cuando apareció la preocupación por una posible huida de capitales de Euskadi, provocada también, es cierto, por un sistema fiscal que, respecto al entorno, si bien es más benévolo con las rentas bajas y medias, es más exigente con las altas.
En cuanto al IRPF, y como ocurre en las demás figuras impositivas, Euskadi tiende a presentar menos presión fiscal en las rentas más bajas que el entorno, aunque en la medida en que la base imponible crece, los impuestos son más altos en Euskadi que en el entorno. De todos modos las comparaciones son difíciles porque entran en juego deducciones que sí hay en País Vasco y que no hay en territorio común, como las aportaciones a fondos de pensiones y EPSV, las que corresponden a la compra y alquiler de vivienda. Se trata de una serie de medidas que terminan por afectar al tipo real. En cualquier caso, sin tener en cuenta esto, en las rentas medias y bajas, las haciendas vascas presentan condiciones más favorables que las del entorno.