La visita al abismo de Bitcóin y el resto de las criptomonedas del pasado miércoles supondrá, sin lugar a dudas, un antes y un después en este ciclo alcista, pues no se experimentaba nada similar desde la madrugada del del 13 de marzo de 2020, cuando un cisne negro llamado 'coronavirus' sacudió por sorpresa a los mercados de manera generalizada.
Aquella noche (en España) se desencadenó una tormenta perfecta que, por momentos, dio la sensación de que acabaría en tragedia. Las liquidaciones en cascada no parecían tener suelo. Era como si los bots se hubieran vuelto locos y no pudieran parar. Pero justo en ese momento los exchanges más importantes se fundieron, sin más. Todos a la vez, como si el botón de reset fuera cosa suya y tuvieran que pulsarlo al unísono para poder salvarlo.
Fue justo ahí, al estilo del especialista que aparece para ayudar a Sean Connery en 'James Bond contra Goldfinger' y "funde un fusible" que desactiva la bomba a falta de 0.07 segundos, así precisamente se frenó la monumental caída que había llevado a BTC desde los 8.000 dólares hasta los 3.800 en solo un rato. Desde ese punto, como por arte de magia, comenzó a subir y ya no paró hasta llegar a rozar los 65.000 dólares justo un año después, el pasado 12 de abril.
Precisamente la caída de marzo de 2020 se está comparando en las redes con el 'crash' del pasado miércoles, nada descabellado si se atiende al movimiento fractal que deja la gráfica. Si bien esto no significa que la historia tenga por qué repetirse de nuevo en cuanto al comportamiento del precio en el futuro más próximo, podemos ver algunas similitudes (y diferencias) entre ambos momentos dignas de mención:
- Tanto en la primera como en la segunda, el precio cayó de forma violenta y se recuperó también de forma muy rápida.
- En estas dos importantes caídas el pánico logró apoderarse de los inversores y generó que los activos cambiaran de manos. El mismo Justin Sun, fundador de TRON, reconoció haber comprado 4.145 BTC y 54.153 ETH durante este último retroceso, hace solo dos días.
- En marzo de 2020 el precio cayó hasta los niveles de la apertura de 2019, mientras que en mayo de 2021 el precio frenó en los niveles de apertura de este mismo año 2021. Dicho de otra manera, los precios de apertura anual tienen importancia y en ambas ocasiones el precio frenó la caída justo en ellos.
- el precio manda, pero también hay excepciones: en 2020, como ahora, muchas voces apuntaban a precios aún más bajos porque se habían traspasado mínimos anteriores importantes. Esto, sin embargo, no sucedió. Ahora, sin embargo, todavía no podemos saber qué pasará en las próximas semanas.
- La manipulación del mercado por parte de actores interesados, como es lógico, ha sido mucho más evidente en esta última ocasión: ¿no es extraño que hasta hace poco todas las noticias eran favorables a la adopción y a la inversión institucional y que desde hace unas semanas todas las noticias tengan carácter negativo?
China, el gran reclamo bajista
Es la mayor potencia mundial en la minería de Bitcóin, pero cuando sale a escena alguna noticia negativa de China con las criptos el mercado lo encaja entrando en pánico. No, en China no se han prohibido las criptomonedas. Aunque en muchos titulares que han podido leerse estos días lo pareciera, lo cierto es que el país asiático ha prohibido a las instituciones financieras y las empresas ofrecer servicios relacionados con transacciones de activos digitales. Nada nuevo bajo el sol, pues ya sucedió en 2013 y en 2017, y en ambas ocasiones también afectó de manera importante al precio.
Siempre quedará en la retina de todos los que vivieron ese momento el año nuevo chino como justificación del inicio de la temporada bajista en 2018. Claro, "los chinos venden sus BTC en esa época para irse de vacaciones" y por eso el precio baja... este razonamiento, no hay duda, es un firme candidato para volver a la palestra algún día.
JP Morgan dice y se desdice
El banco más grande de Estados Unidos, que primero dijo digo (FUD) y luego dijo Diego (FOMO), ahora vuelve a su primera versión y afirma que el dinero institucional estaría saliendo de Bitcóin para irse precisamente al oro. Eso sí, lo hace después de afirmar hace solo unos meses que Bitcóin se iba a comer al mercado del oro. El metal, por cierto, consume mucha más energía y contamina infinitamente más que Bitcóin, un dato muy curioso cuando muchos se empeñan en señalar esta causa como el origen de la locura en el mercado a raíz de un tuit de Elon Musk.
¿El ciclo alcista está terminado?
Tras una caída como la del miércoles, no es difícil encontrar en estos días muchas y muy variadas opiniones enfrentadas al respecto: para unos esta corrección superior al 53% desde su último máximo y un 30% en un brevísimo espacio de tiempo no tendrá mayores consecuencias. Para otros, sencillamente, ya está todo el pescado vendido en este 'bull run' y no veremos el precio más allá de los 65.000 dólares hasta la próxima temporada alcista.
Es cierto que solo un día después la revalorización de algunos criptoactivos ha sido impresionante, pero... ¿puede tratarse solo de un 'rebote de gato muerto' al que luego le seguirán nuevos mínimos o, por el contrario, el mercado volverá a máximos en las próximas semanas o meses? Aún es pronto para saberlo e incluso el que afirme de forma categórica cualquiera de las dos opciones, aunque esa sea su punto de vista, debería saber que podría estar equivocado porque todavía podría pasar cualquier cosa.
A favor de los toros (alcistas) se podría argumentar el comportamiento positivo del precio inmediatamente después de la caída. Además, de terminar este ciclo aquí, sería mucho más corto y muchísimo menos lucrativo que los anteriores. En teoría, hasta la fecha, cada ciclo ha ido consumiendo más tiempo que el anterior. No debería dejarse de lado el hecho de que con esta enorme caída se ha dejado fuera del juego a las manos más débiles, algo que también suele ser clave antes de subidas importantes...
Del lado de los osos (bajistas) está la importantísima acción del precio, pues los niveles de esta corrección han roto mínimos anteriores importantes, además de que Bitcóin hasta la fecha no ha tenido retrocesos tan importantes en sus anteriores ciclos alcistas, pese a que en 2017 se vivieron varios cercanos al 40%.
El precio, en cualquier caso, será el que aportará todas las pistas a partir de ahora. Eso sí, sin dejar de lado que el mercado nos hace pensar que puede pasar algo para que acabe sucediendo justo lo contrario. Pocas son las conclusiones que se pueden aportar en este momento aún de incertidumbre pero, más allá de que haya acabado o no el ciclo alcista, es importante tener en cuenta que Bitcóin y el resto de criptomonedas son ya una industria que mueve y genera cientos de miles de millones de dólares. Hace unos años nadie les hacía caso, hoy preocupan a muchos tanto por sus desarrollos innovadores como por su enorme expansión en el mundo de la tecnología y las finanzas. Si esto fuera una película, efectivamente, debería acabar bien. Pero no lo es.