Miedo, incertidumbre y pánico son tres sentimientos que muchos de los inversores en criptomonedas, y más si son nuevos en este mercado, pueden haber experimentado durante la pasada semana. No es para menos, pues tanto Bitcóin como el resto de las criptodivisas han visto una merma considerable en sus precios, llegando a niveles que muchos creían impensables hace solo unas semanas.  

La vuelta a escena de China y su intención de querer seguir poniendo más palos en las ruedas dio el primer gran varapalo a un precio de BTC que retrocedió hasta los 30.000 dólares. Pero tras una recuperación nada despreciable, el remate lo puso Estados Unidos incorporando mayor incertidumbre al mercado por partida doble cuando terminaba la semana laboral, dejando por delante un fin de semana que de nuevo lo teñía todo de rojo, si bien BTC no volvió a retestear su mínimo del miércoles. 

Por un lado, el Departamento del Tesoro pedía en primera instancia que se informara al Servicio de Impuestos Internos (IRS) de las transferencias de cifrado superiores a 10.000 dólares: “Igual que con las transacciones en efectivo, también se informará sobre las empresas que reciben criptoactivos con un valor de mercado superor a 10.000 dólares”.  

Y por si esto fuera poco, luego golpeó la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) anunciando nuevos avances en el desarrollo de un dólar digital controlado por el Banco Central. Fue el propio Jerome Powell, su presidente, quien en un vídeo declaró que “nuestro objetivo es garantizar un sistema de pago seguro y eficiente que brinde amplios beneficios a los hogares y empresas estadounidenses y, al mismo tiempo, adopte la innovación”.

Es evidente, tampoco podría ser de otra forma, que la Fed ve en el dólar digital una mejora con respecto a las ‘stablecoins’ (monedas estables), pese a que estas estén vinculadas al valor del propio dólar. “Hasta la fecha, las criptomonedas no han servido como una forma conveniente de realizar pagos, entre otros factores, por sus variaciones de valor”, declaró Powell al respecto. 

“Las monedas estables apuntan a utilizar nuevas tecnologías de una manera que tenga el potencial de mejorar la eficiencia de los pagos, acelerar los flujos de liquidación y reducir los costos del usuario final, pero también pueden conllevar riesgos potenciales para esos usuarios y para el sistema financiero en general”, concluyó el presidente de la Fed. 

¿Se acabaron los sustos?

Nada es seguro, más bien todo lo contrario: sería más acertado asegurar que todo es incierto en los mercados, y más cuando la volatilidad es uno de sus signos de identidad, como sucede en el caso de las criptomonedas. Aquí, como ya se ha demostrado en varias ocasiones, todo es posible. 

 

 

Pese a esto, es lógico que tras la caída tan pronunciada de la semana pasada en esta podamos experimentar al menos un rebote digno, algo que ya hemos podido vivir en la jornada de este lunes. Esto, por supuesto, tampoco querrá decir que el mercado haya superado ya todos sus obstáculos y que no veremos nuevos mínimos, aunque es algo que también puede suceder. En cualquier caso, muchos achacarán el rebote de Bitcóin a un nuevo tuit de Elon Musk en el que dice haber hablado con los mineros de EEUU para el uso de energías renovables, algo que él mismo ha tachado de "potencialmente prometedor". 

Lo que sí parece claro es que hay inversores institucionales comprando las caídas y que el capital está cambiando de manos. Es importante no olvidar que el mercado suma cero y que para que haya una venta también tiene que haber una contraparte, en este caso una compra. En realidad, se trataba de un momento perfecto para la llegada de un 'hachazo', pues antes de que todo sucediera, la avaricia gobernaba un mercado en el que ya estaba dando igual qué nueva moneda con forma de perro saliera a escena para ser comprada de forma masiva con la esperanza de conseguir un 1000% de beneficio en un par de días, algo a todas luces insostenible.

Viéndolo con perspectiva, lo cierto es que era inevitable que sacudieran el árbol y reducir con ello el número de posiciones apalancadas mediante liquidaciones masivas. Las manos fuertes, como ya se sabe, siempre buscan momentos de optimismo extremo para atacar al mercado y acumular con ello más activos a costa de un 'retailer' sugestionado por el miedo, algo que en esta ocasión es evidente que también han conseguido. La pregunta es, ¿será suficiente o irán a por más?

El futuro no acaba en el precio

Más allá de su cotización actual, la irrupción de Bitcóin y de las criptomonedas en las finanzas tradicionales parece ya imparable. Superada la fase inicial, no olvidemos que el proyecto de Satoshi Nakamoto cuenta ya con más de una década a sus espaldas, cada vez son más, entre el FOMO y el FUD, las medidas aperturistas a una industria aún en fase incipiente.

En el punto en el que nos encontramos, la adopción parece ser ya el único camino incluso para sectores que antes ignoraban o, incluso, que mantuvieron una oposición frontal a todo lo que tuviera que ver con las criptodivisas. Los bancos, por ejemplo, ya se han dado cuenta de que necesitan renovarse si no quieren quedarse atrás atrapados en un modelo de negocio cada día más obsoleto

Ahora observan cómo el inversor de mercados alternativos sacan capital de sus cuentas bancarias para ingresarlas en los distintos exchanges para poder comprar criptomonedas. Pero la competencia les llegará incluso desde los propios bancos centrales y las divisas digitales que pretenden inundar los mercados en 2022 (CBDCs). El dólar digital, el euro digital o el ya presente yuan digital tampoco necesitarán a los bancos para su distribución, pues al ciudadano le bastará con una simple billetera digital (wallet) oficial para enviar o recibir fondos. 

Quizá por este motivo cada vez son más las empresas del sector bancario que comienzan a pasar por el aro de las criptomonedas. Sin ir más lejos, un importante proveedor de soluciones tecnológicas y servicios financieros dedicado a Bitcóin, NYDIG (New York Digital Group), se ha asociado con la firma de tecnología financiera FIS (Fidelity National Information Services), que provee servicios bancarios a casi 300 millones de cuentas corrientes, para ayudar a la implantación de bitcóin en los bancos de Estados Unidos. 

Gracias a este acuerdo, los bancos podrán ofrecer a sus clientes por primera vez poder comprar, vender y custodiar BTC directamente desde sus cuentas bancarias y, con ello, permitirán a los bancos "generar ingresos por comisiones, y también atraer y retener clientes".

Precisamente NYDIG incorporó a sus filas este mismo mes como director financiero a John Dalby, quien abandonó el mismo cargo en el mayor fondo de cobertura del mundo (Bridgewater Associates) por sus creencias en el potencial de Bitcóin como instrumento financiero, una muestra de que la industria está captando cada vez mayor atención entre los ejecutivos de las finanzas tradicionales. 

"Cada día más sectores comprenden el potencial de Bitcoin y más clientes buscan formas de acceder a él de forma segura. Personalmente, comparto la visión de NYDIG sobre la capacidad de Bitcoin para impulsar el empoderamiento económico de todos", comentaba John Dalby en una nota de prensa divulgada por NYDIG.

Incluso la teórica mala noticia del Departamento del Tesoro de los EEUU a la que antes hacíamos mención podría tener consecuencias muy positivas pues, al involucrar al IRS, el gobierno está tratando por igual al efectivo y a las criptomonedas, algo que podría suponer un punto de inflexión que podría elevar a estas últimas al siguiente nivel.